Tegucigalpa. La coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), Bertha Zúniga rindió testimonio este martes 15 de junio sobre la persecución que sufrió Bertha Cáceres previo a su asesinato por la lucha de resistencia que lideró en contra de la imposición del proyecto Agua Zarca.
La audiencia inició a las 2:00 de la tarde -tras una suspensión ordenada por parte del Tribunal de Sentencia que inicialmente había citado a las 10:30 AM- con la juramentación de Zúniga, hija de Bertha Cáceres quien, al ser cuestionada sobre su interés en declarar en el juicio, respondió que él mismo se basaba en «la verdad y la justicia para mi madre».
«Mi madre fue una luchadora social durante muchos años de su vida y durante los años del 2013 hasta el 2016, ella dedicó gran parte de su esfuerzo a reivindicar los derechos de las comunidades Lenca y defensa del Río Gualcarque», afirmó la coordinadora del COPINH al dar inicio a su testimonio.
INICIA LA VIGILANCIA Y PERSECUCIÓN CONTRA CÁCERES
Zúniga narró que, en julio de 2013, mientras ella estaba por graduarse, su madre viajó a Cuba y le contó sobre la lucha que enfrentaba la comunidad Lenca en Río Blanco contra el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, que era dirigido por David Castillo, un militar de inteligencia graduado en la academia de West Point en Estados Unidos.
También relató que su madre le comentó con «mucha inquietud y temor» que antes de salir de Honduras para su graduación, Castillo había hablado con ella para decirle que promovería un proceso en su contra pero que lo haría después de su viaje para no dañar la visita por la graduación de su hija en Cuba. Con lo que Cáceres entendió que Castillo tenía acceso a información sobre su vida privada.
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Zúniga comentó que su madre le dijo que la lucha era compleja y que estaba preocupada por las personas de la comunidad de Río Blanco. El día de su regreso a Honduras, mientras salía, se enteró del asesinato del líder Lenca Tomás García en las instalaciones del proyecto el 15 de julio de 2013.
Además, explicó que después de su graduación, mientras hacía la validación de su título, se integró al COPINH realizando trabajo de comunicación y que en varias ocasiones le pidió a su madre acompañarle a Río Blanco. Cáceres se negó inicialmente y cuando finalmente se lo permitió, le pidió que viajara por una zona diferente a la usada usualmente y que no usara su primer nombre. «Pasaba constantemente preocupada por lo que podría ocurrir», expresó.
Posteriormente, Zúniga refirió que comenzó a llevar un registro de incidencias con una sistematización de los incidentes que su madre vivió entre 2013 y 2015. Entre estos, pormenorizo que en 2013 fue agredida con machete por empleados de la empresa DESA, vehículos en los que se transportaba recibieron disparos o pincharon las llantas de los mismos.
Incluso, Castillo le contactó mientras participaba en una reunión político-privada para decirle «que bonita su falda» y que esa «manifestación le preocupó, pues entendió que estaba siendo vigilada». En enero de 2014, un hombre que se identificó solamente como «Alexis» le dijo a Cáceres que había gente en las asambleas del COPINH que reportaba información a DESA.
Para la entrega del premio medioambiental Goldman en 2015, Zúniga acompañó a su abuela a la premiación en Estados Unidos. Estando allá, Castillo llamó a Berta Cáceres para felicitarla por ser recipiente de este. «Mi mamá me dijo que ella lo entendía como una ironía, pues ella entendía que eran adversarios en la lucha», relató la coordinadora del COPINH.
BERTA TEME POR SU VIDA
Zúniga agregó que mientras su madre se preparaba para el retorno de sus hermanos que vivían en Argentina, le dijo que Castillo era mentiroso porque en 2014 le había dicho que abandonaría el proyecto. Algo que no ocurrió.
Sumado a esto, Douglas Bustillo -ya juzgado y condenado por su participación en el crimen- comenzó a darle seguimiento. Sin embargo, Cáceres pese a referir que Bustillo había participado en el secuestro del hijo de un presidente, dijo que le tenía más miedo a Castillo.
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En diciembre de 2015, ya estando sus hermanas y hermano en Honduras, su madre les dijo que quería hacer su testamento porque creía que «por la lucha del río Gualcarque cualquier cosa le podía pasar y ella no quería que quedáramos en el aire». Asimismo, realizó otros arreglos.
En enero y febrero de 2016, Zúniga narró que hubo incidentes que alertaron a su mamá, quien decía «que estaba siendo vigilada», que «tenía temor que le pasara algo a sus hijas o su hijo» y que «miraba que DESA no se iba a detener, que estaba obcecado con el proyecto».
Asimismo, comentó que, al momento de ella salir a estudiar su maestría en México, Cáceres le dijo a ella y sus hermanas que «que si algo le pasaba iba a ser por la empresa DESA, presidida por el señor David Castillo y que nosotras no tuviéramos miedo porque en este país cualquier cosa podía pasar».
La coordinadora del COPINH testificó que la última vez que habló con su madre fue en marzo, le comentó que estaban realizando un foro de energía alternativa con las comunidades Lencas y que estaba contenta con la participación de las personas en el evento.
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ZÚNIGA: PROYECTO AGUA ZARCA GENERÓ AMBIENTE HOSTIL
Durante la etapa de interrogatorio por la parte acusatoria-privada y pública, Bertha Zúniga recalcó que la imposición de la represa Agua Zarca fue ilegal, ya que no cumplió con la debida consulta previa, libre e informada, hicieron uso de firmas falsas, incluso de personas que no sabían leer y escribir, para decir que las comunidades estaban de acuerdo para beneficiar a DESA.
Además, reiteró que el proyecto de Agua Zarca generó un ambiente hostil de amenazas y ataques contra su madre, que aumentaron con la salida de la empresa Sinohydro a partir del asesinato del líder Tomás García.
En relación a lo que ocurrió tras el asesinato de su madre, Zúniga comentó «recibimos las condolencias de muchas personas alrededor del mundo, pero del señor Castillo -que dicen que era su amigo- nunca tuvimos ni un mensaje».
El juicio contra David Castillo por suponerlo responsable a título de autor intelectual del crimen contra Berta Cáceres ya lleva 39 días. Tras el testimonio de Bertha Zúniga Cáceres, el cual tuvo una duración de cuatro horas y cuarenta minutos, el Tribunal de Sentencia llamó a un receso, se espera que la defensa de David Castillo comience a evacuar a sus testigos.
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