Tegucigalpa.- La deuda pública en Honduras ha alcanzado su nivel más alto en los últimos treinta años, superando incluso la que tenía el país en el año 2000, después del paso devastador del huracán Mitch.
“Hoy por hoy sí son los niveles más altos de las últimas tres décadas, ya llegamos al 60 por ciento del Producto Interno Bruto”, dijo a Criterio.hn el economista del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh) Ismael Zepeda.
La destrucción causada por el Mitch, que azotó al país en 1998, obligó a “tomar medidas de alivio de deuda para la reconstrucción de los segmentos de la sociedad que se vieron mayormente afectados (…) ligado a la necesidad de recursos para un Plan de Reconstrucción coherente con la recuperación del sistema productivo del país”, señala el informe del Fosdeh titulado El antes y después de los procesos de condonación de la deuda externa en Honduras.
Dos años después del fenómeno, la deuda pública alcanzó el 57.8 por ciento del PIB
La insostenibilidad del endeudamiento “llevó a Honduras a formar parte de dos procesos de alivio de deuda pública externa”, lo que “se verían traducidos en programas de bienestar social, como la aprobación de la Estrategia para la Reducción de la Pobreza (ERP), buscar el mejoramiento de los sistemas de salud y educación en conjunto con la disminución de los niveles de corrupción en el país”, esto en perspectiva “teórica”, dice el documento.
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Zepeda agrega que “Honduras tenía $4,147.8 millones (de deuda externa), el endeudamiento interno era bajo y con la condonación se perdonaron más de dos mil 500 millones de dólares, entonces la deuda quedó en montos muy bajos, tanto interna como externa”.
No obstante, el tema de condonación se malinterpreta y se cree que es “como borrón y cuenta nueva”, dijo el economista. No obstante, esos recursos debían ser destinados a la ERP y a la reconstrucción del país de modo que “esa cuota” de Honduras con los organismos internacionales “tenía que ir a proyectos de inversión” como, por ejemplo, de infraestructura.
Con la condonación se pensó también en “un mejor manejo del endeudamiento público”, pero en la década siguiente este siguió “su cauce del crecimiento, y de manera exacerbada”, refiere el informe del Fosdeh.
Es así que a partir del año 2010, la deuda pública de la administración central representa un 30.3% del PIB. Los siguientes años “fueron de incrementos sostenidos debido a la apertura hacia nuevas líneas de endeudamiento, posicionando a Honduras en valores por encima del nivel crítico de sostenibilidad de la deuda”, dice el informe. Para 2019 la deuda representaba un 48.3% del PIB, es decir, un total adeudad de $12,128.5 millones.
En 2020, la deuda equivalía a un 59.5 por ciento del PIB.
La deuda fue el “medio de sostenibilidad ante la caída de los ingresos tributarios”, mientras que “las medidas apresuradas y poco eficientes en el control de los fondos estatales fue el reflejo de la fragilidad institucional, que ante la declaración de emergencia sanitaria nacional (por la pandemia) y el devastador paso de los fenómenos naturales ETA e IOTA dio apertura a nuevas líneas de crédito, siendo casi la solución al manejo de la administración pública”, indica el análisis del Fosdeh.
El documento menciona que a inicios de la pandemia, el monto adquirido mediante el Acuerdo Stand By/Facilidad de Crédito con el FMI fue por un desembolso de $466 millones (proponiendo un aumento en el apoyo del Fondo a $769 millones.
“Surgen surgen interrogantes específicas, en torno a si realmente la sostenibilidad de los niveles de endeudamiento requiere la revisión de nuevos acuerdos con organismos multilaterales sin respaldo de transparencia, rendición de cuentas y participación de la sociedad”, agrega el documento.
Es claro, indica el informe, “que las consecuencias del endeudamiento excesivo no es un tema de discusión actual, sino una acumulación periódica de obligaciones que recaen en las aportaciones tributarias de las familias hondureñas, además, de disminuir el acceso a bienes y servicios públicos como otra forma de pago de la gran deuda”.
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De su lado, Zepeda expresó que en el contexto de la pandemia y de la caída de recursos tributarios “los países han optado por la vía fácil y uno de esos países es Honduras”, pero “no se ve la deuda social, la deuda de inversión”, dijo el economista, quien se preguntó por qué ese endeudamiento “si más bien Honduras está perdiendo los bienes y servicios públicos, no hay una relación del monto adquirido con lo que debía o debe invertir entonces”.
Zepeda explicó que el último informe del Fosdeh “trata de eso, estamos volviendo a endeudamientos exacerbados” y “que no se ve ese retorno económico y social”.
En ese sentido, el Fosdeh propone, entre otras, “la valoración de nuevos procesos de alivio de deuda, a través de la condonación de la deuda o periodos de moratoria accesibles para una recuperación acertada en el largo plazo”.
Considera además que un plan de consolidación de deuda entre los principales acreedores nacionales “es un medio responsable y altamente necesario considerando la cuesta arriba que la economía mundial ha proyectado para los países en vías de desarrollo y la disminución de los ingresos tributarios”.
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