Tegucigalpa. – Desde hace varios días la Confederación Nacional de Federaciones y Patronatos de Honduras (CONAFEPH) han realizado manifestaciones y plantones en San Pedro Sula, con el objetivo de exigir la reparación de bordos, proceso todavía expectante, tomando en cuenta que la temporada lluviosa, de tormentas tropicales y huracanes se mantiene activa.
La esta temporada ciclónica comenzó en 1 de junio y finalizará el 30 de noviembre de 2022. Según los informes de la Universidad Estatal de Colorado en Estados Unidos, durante la temporada ciclónica de este año se esperaba la formación de 19 tormentas, de igual forma, anunciaron que la actividad de los huracanes en 2022 será aproximadamente el 130% de la temporada media de 1991-2022.
Sobre esa situación, el arquitecto Ricardo Calderón Deras, abordó otras aristas de esa problemática anual, relacionada a la destrucción del medio ambiente en las zonas inundables del país y a nivel nacional, por lo cual compartió en conversación con Criterio.hn que, desde el punto de vista técnico, ninguna estructura es invadible aun con todas las barreras de mitigación y protección contra la naturaleza.
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Aunque se puede mitigar el efecto visible, pero no se pueden controlar las inundaciones, se requiere de un estudio bilógico para saber en qué zonas sí se puede construir, en este caso, hablando en específico de Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Esas dos ciudades tienen estudios geológicos que determinan cuales son las zonas libres de inundaciones. Sin embargo, los problemas que generan derrumbes e inundaciones se debe a la deforestación voraz a nivel nacional, sobre todo en los últimos años.
Se dejó de invertir en los dragados de los canales de alivio tanto por el gobierno central como por el gobierno local. Debido a la falta de respuesta, se permitió que el agua se cargue en los afluentes disponibles, provocando que muchas quebradas se desborden.
“No hay mitigación ni cuidado forestal, no hay un plan de manejo de los recursos híbridos y está el problema de la erosión. Todo lo anteriormente dicho es una bomba de tiempo, lo cual pasa factura y está sucediendo en gran medida”, apuntó Calderón.
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CUIDADO DEL AMBIENTE Y MITIGACIÓN
Al recordar las tormentas Eta e Iota, de la cual todavía hay pobladores que no se han recuperado, cuyo paso por Honduras a principios de noviembre de 2020, revivió que el país está expuesto inminentemente a las catástrofes debido a la falta de mitigación de lluvias.
Existe un problema sociopolítico cultural que debe tomarse en cuenta, se trata de esas zonas no edificables, de las cuales las alcaldías de Tegucigalpa y San Pedro Sula poseen un mapa, es decir, deben saber qué zonas deben estar prohibidas al ser vulnerables para ejecutar obras de construcción. No obstante, una amplia parte de la población construye con materiales reciclados en esos lugares porque no tienen otra opción.
Por tal razón, son necesarios los proyectos de vivienda a costos accesibles para la mayoría de la población. Además, no se puede olvidar que los estudios deben ser profundos en cuanto a la calidad de las obras, aplicando que las especificaciones técnicas y las condiciones de los sitios que cambian con el tiempo.
“Los ríos son entes vivos, siempre van a buscar su cauce original y el paso que tenga menos resistencia posible. Las tierras cambian después de cada lluvia, se deslavan y se abren nuevos canales, se centran por ciertas zonas. Por obra humana y de la naturaleza, esos canales buscan otras rutas”, detalló el arquitecto con especialidad en restauración urbana y arquitectónica.
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Lo anterior puede observarse cada vez que se inundan los bordos del Valle de Sula, en los cuales hay áreas que ceden, permitiendo el paso turbio del agua. Pero, es que es un hecho que Honduras recibe y recibirá anualmente los impactos de las lluvias, tormentas y huracanes durante la temporada de invierno que cada vez entra más enérgica al territorio, pues el cambio climático es una realidad.
Como conclusión, es necesario conservar la herencia forestal del país y crear las barreras de mitigación y de protección, evitar que los ríos se contaminen, dragar el fondo de los ríos para evitar que se llenen de sedimentos y basura. Asimismo, tomar en cuenta cuales son las áreas en la que se debe construir y respetar las que no sean óptimas.
La inversión en obras de mitigación con materiales adecuados y la voluntad política, trabajar con especialistas como ser ingenieros civiles y arquitectos para diseñar las barreras de protección debe ser una labor a llevar a cabo, sabiendo que la problemática de las inundaciones evidentemente seguirá aumentando.
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Soñadora incorregible, en todo lo que hago soy diferente y auténtica, quiero dejar legado en esta carrera que ha sido descuidada y utilizada, defiendo a los seres vulnerados y detesto la injusticia. Las artes, el estilo y la naturaleza son parte del libro de mi vida. Escribiendo encontré el sosiego para sobrevivir. Creo reportajes y escribo sobre derechos humanos, migración, LGBTIQ+, mujeres, niñez, corrupción, arquitectura, análisis y comportamiento social, a veces una pizca de política. Creadora de Las 5 de Criterio. Ver todas las entradas