Foto: Jorge Burgos/Criterio.hn
Tegucigalpa.- La no asistencia de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, a la novena Cumbre de las Américas desató el malestar de su designado presidencial y aliado político, Salvador Nasralla, quien realizó declaraciones que dejan entrever una posible ruptura de la coalición que los llevó al poder de la nación.
Nasralla, mediante sus redes sociales y medios de comunicación, cuestionó la postura de Castro de no asistir a la convención de naciones de la América debido que el anfitrión Joe Biden, presidente de Estados Unidos determinó excluir a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Asimismo, reveló que desde que se asumió la presidencia de la República, no es tomado en cuenta por Castro mucho menos es parte de las reuniones de consejo de ministros situación que despliega una potencial ruptura de la coalición política que conformaron.
“En el actual gobierno, no se consulta al designado presidencial no se le puede criticar a la presidenta porque la Constitución se lo permite. Resulta que en el acuerdo que nosotros hicimos para llevar a la presidenta Xiomara al puesto que ahora ocupa las decisiones se tomarían conjuntamente y no está aconteciendo”, declaró.
Añadió que no participa en ninguna decisión de país porque prácticamente se le excluye contraviniendo el acuerdo político que se pactó y que podría desestabilizar el gobierno que preside Castro.
“Si es cierto que yo soy parte del gobierno y respeto las decisiones de la presidenta, pero no soy consultado, por lo tanto, no soy culpable de la decisión que se toma. Nosotros hicimos un acuerdo para hacer un gobierno conjunto, al pueblo le afecta que no me consulten”, aseguró.
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Declaraciones anteriores de Nasralla divisaban los inicios de una ruptura política al señalar que un asesor presidencial ejerce mayor influencia en las decisiones del gobierno que él como designado presidencial, esto en referencia al expresidente, coordinador general del Partido Libertad y Refundación (Libre), asesor presidencial y esposo de Castro, Manuel Zelaya Rosales.
Por su parte, el conservador Partido Nacional aprovechó las declaraciones de Nasralla para sembrar mayor división y demandó a Castro enviarlo como representante de Honduras a la Cumbre de las Américas pese a que históricamente lo han considerado su enemigo.
“Lo menos que podrían haber hecho, es enviar al designado presidencial, Salvador Nasralla, sin embargo, otra vez lo hicieron a un lado, como una muestra más que siempre lo excluyen de todo”, señala parte del comunicado.
Para el dirigente del Partido Liberal y excandidato presidencial, Luis Zelaya, es paradójico que el Partido Nacional eleve la figura de Nasralla siendo los responsables de la situación crítica que enfrenta la nación centroamericana tras doce años en el poder.
“No asistir a nivel presidencial a la Cumbre de las América es un error por muchas razones, pero de eso a que el Partido Nacional exija que vaya Salvador Nasralla no solo huele raro y feo, sino que es una aberración política de quienes son principales causantes de lo que estamos padeciendo”, reprochó.
Por su parte, el director del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CIPRODEH), Carlos Sierra, señaló que preocupa una ruptura de la alianza política cuando recién se asumió la presidencia.
“Preocupa esta ruptura, se espera que fuera en un par de años no ahora, esperar la réplica como ha sido la tónica”, pronunció.
De acuerdo con el congresista del oficialista Partido Libre, Jari Dixon Herrera, detrás de una posible discordia entre Nasralla y Castro se esconden intereses de grupos de poder que pretenden desestabilizar el gobierno y los cambios que pretenden implementar.
“Los grupos de poder nos quieren ver divididos, allá aquel o aquella que caiga en esa trampa, antes de intentarlo siquiera, recuerden todo lo que hemos pasado, el sufrimiento de nuestra gente, su esperanza para un mejor país y su deseo de no volver a una narcodictadura”, manifestó.
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UNA “SEPARACIÓN” INELUDIBLE
A juicio del abogado y analista político, Raúl Pineda Alvarado, la ruptura de la alianza Castro-Nasralla es inevitable ya que considera el designado presidencial no tendrá mayor poderío dentro del nuevo gobierno.
“La separación del gobierno actual con el señor Nasralla va a ser inevitable, el señor Nasralla ya cumplió su papel, ya no le sirve al gobierno. Siento que él lo que debería hacer es empezar a reestructurar su partido para crear una fuerza política que le permita ser opción en la próxima elección. Si él cree que desde el gobierno va a construir un proyecto político, está equivocado”, declaró.
Pineda es del criterio que el papel de designado presidencial no representa una figura de poder político, por el contrario, debería enfocarse en el próximo proceso electoral.
“No es un cargo tan importante que lo obligue a limitarse en su aspiración política. Es un aspirante presidencial que puede estar muy bajo en las encuestas, pero en dos semanas la repunta; sigue siendo un buen aspirante a la república, pero no puede estar en el gobierno y en la oposición”, señaló.
Cabe señalar que la Constitución de la República, en su artículo 240, detalla que no pueden ser elegidos presidentes los designados presidenciales, secretarios y subsecretarios de Estado, entre otros funcionarios, que hayan ejercido funciones durante los seis meses anteriores a la fecha de la elección del presidente de la República.
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EL ACUERDO DE CASTRO CON NASRALLA
Un mes antes de las votaciones generales del 28 de noviembre, Nasralla entonces candidato de la Unidad Nacional Opositora por Honduras (UNOH), coalición que conformó el Partido Salvador de Honduras (PSH) con el Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (Pinu-SD), renunció a su cargo presidencial y se unió a la planilla de Castro.
En ese momento, ambos forjaron la alianza para derrotar al Partido Nacional, lo que se conoció de las negociaciones es que el Partido Libre se comprometía a nombrar presidente del Congreso Nacional a un diputado del PSH, acuerdo que originó una crisis política en el Poder Legislativo que al final terminó imponiendo a Luis Redondo afín a Nasralla.
También, se repartieron cargos dentro de las secretarías de Estado, a Nasralla se le otorgó la Secretaría de Salud y de Desarrollo Económico, sin embargo, no se conoce a fondo ni se hizo público un documento que exteriorizara todo lo que representó el pacto político que permitió poner fin a la dictadura del Partido Nacional, al mando de Juan Orlando Hernández quien fue extraditado a Estados Unidos y enfrenta un juicio por delitos de narcotráfico.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas