Tegucigalpa. El exmandatario hondureño Juan Orlando Hernández dejará de ser tratado como un prisionero de guerra en el Centro de Detención Metropolitano de Nueva York, Estados Unidos, según un documento del departamento de justicia, esto no significa que gozará de beneficios distintos a la población de convictos o que su estatus de narcotraficante haya cambiado.
JOH como se le denomina a Hernández, se encontraba recluido en la Unidad de Medidas Administrativas Especiales conocida como Unidad KH4 o SAM (por sus siglas en inglés), en la subunidad de vivienda restringida destinada a convictos violentos y de alta peligrosidad.
Máximo cabecilla de la estructura criminal que instauró en Honduras a través del poder político, JOH fue extraditado hacia los Estados Unidos por delitos de conspiración para importar cocaína, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos y conspiración para poseer ametralladoras y artefactos destructivos siendo tratado como un prisionero de alta peligrosidad.
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Su condición dentro del centro de detención en Brooklyn le impidió tener acceso a llamadas telefónicas, correo electrónico, visita sujetas a restricciones, trato aislado entre la población de reclusos, no tiene acceso a comprar insumos alimenticios y personales, entre otras limitantes.
El abogado defensor de JOH, Raymond Colon, en la primera audiencia ante el juez Kevin Castel, solicitó revisar las condiciones penales de su representado por lo que, el pasado 11 de mayo, se determinó trasladarlo a otra unidad con las mismas normas y reglamentos que los demás reclusos.
El fiscal Damián Williams notificó al juez Castel y a los apoderados legales de JOH sobre el traslado de vivienda que le permitirá tener acceso a llamadas telefónicas, correo electrónico y adquirir insumos, esto no influye en la acusación directa por delitos de narcotráfico.
“El expresidente Juan Orlando Hernández goza desde la semana pasada de algunas derechos que le habían sido negadas desde su llegada al centro de detención en Nueva York y que habían llevado a su defensa legal a denunciar públicamente que era tratado como un prisionero de guerra por parte del gobierno estadounidense”, señala un documento presentado por los abogados de JOH.
Desde que Hernández fue detenido se encontró aislado sin comunicación con el mundo exterior y sin recibir visitas de sus abogados, hecho que hizo que el juez Castel solicitara información sobre las condiciones del convicto y que valió para reconocerle los mismos derechos que otros reclusos.
Cambio de celda no cambia estatus de JOH como narcotraficante
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DE UN EXCONVICTO A UN CONVICTO
Como un experto del trato que reciben los reclusos en el Centro de Detención Metropolitano, el presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL) y excandidato presidencial, Yani Rosenthal, se refirió a las condiciones que tendrá ahora Hernández al igual que pasó él tras su condena en Estados Unidos por delitos de narcotráfico.
Según Rosenthal, todos los días desayunará cereal, el almuerzo del lunes será pescado; martes, hamburguesa; miércoles, pollo; viernes carne y todas las semanas se repite los mismos alimentos.
“Lo que ocurre es que venden bastantes alimentos y puede comprar arroz, frijoles, harina, atún, refrescos, productos de higiene personal, ropa, pero a él (JOH) no le han dado acceso, cuando la comida es mala uno se puede hacer comida también porque hay una cocineta”, añadió.
Rosenthal fue sentenciado a 36 meses de prisión por el delito de lavado de activos de ganancias provenientes de la narcoactividad además se le impuso una sanción financiera de tres millones de dólares.
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UN FALSO TRIUNFO A FAVOR DE JOH
Aunque los apoderados legales de Hernández y su familia quieren mostrar que la determinación del Departamento de Justicia de Estados Unidos es un logro a favor de Hernández, esto no influye en los cargos y la sentencia que enfrentará.
El abogado penalista Raúl Paniagua considera como “una alegría de pobre” creer que trasladar a Hernández de celda y ser tratado como un convicto más es un logro.
“Es una alegría de pobre porque eso no va a determinar la responsabilidad del señor Juan Orlando Hernández, lo que va a determinar la responsabilidad penal son los medios de prueba con que cuenta la fiscalía”, expresó.
A juicio del abogado, tanto los apoderados legales de JOH y su familia mantienen una fuerte campaña para crear falsas expectativas y ese imaginario colectivo que saldrá en libertad cuando en realidad se enfrenta al menos a una cadena perpetua más 30 años de prisión.
“Lo que es determinante son los medios de prueba que JOH conspiró para importar cocaína hacia Estados Unidos, que conspiró para utilizar ametralladoras y dispositivos destructivos para facilitar el transporte de esa droga, pruebas fehacientes”, aseveró.
El exmandatario hondureño tendrá su próxima audiencia el miércoles 28 de septiembre y su juicio podría iniciar en enero de 2023.
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