Redacción: Viena Hernández
Tegucigalpa. – La tensión en las calles de Honduras se ha normalizado, los gritos, la velocidad de los vehículos, la desconfianza del ciudadano, las conversaciones y preocupación sobre el latente peligro y respecto a cómo han cambiado los tiempos, son el espejo de una sociedad nerviosa y frustrada, pero a la vez impositiva y con miedo.
El irrespeto, el insulto, la muerte se ha normalizado, pese a ser la evidencia de una sociedad deteriorada. El sistema de valores decayó ante los comportamientos decadentes respecto al respeto mutuo.
Fuentes consultadas por Criterio.hn, explicaron a qué podría deberse ese comportamiento que predomina en la sociedad hondureña.
Para el economista y analista Fredy Tejada, se trata de una mezcla entre el decaimiento de la educación, sus planes de estudio y la falta de valores en los hogares.
“Sin duda se han perdido muchos valores […] ha habido una transformación en los medios de comunicación que han optado por vender más el escándalo, el chisme, la sangre, lo cual genera contravalores”, expresó el economista a este medio digital.
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Antes existió una clase llamada moral y cívica, muy importante dentro del proceso educativo, pero agregado a esto, los padres también cumplían con su rol de educar e inculcar valores desde el hogar, remarcó.
En los planes educativos y en la casa se descuidaron aspectos importantes para la enseñanza del ser humano en aspectos que le servirían para el resto de su vida.
En entrevista con Criterio.hn, el sociólogo y catedrático universitario, Armando Orellana, apuntó que las conductas responden a las condiciones socioeconómicas de vida, pues en Honduras la pobreza llegó al 74% de la población.
“Es un reflejo de frustración, podría ser en la violencia verbal y física hasta llegar al extremo, es el reflejo de esas condiciones económicas que se han agudizado, a falta de no tener resueltos los problemas prevalece el ‘sálvese quien pueda’”, manifestó el analista social.
A esto se suma que, la sociedad hondureña tiene bajos niveles de escolaridad –destacó Orellana-, al tiempo que agregó que se promueve e idolatra la violencia, por ejemplo, al reproducir las telenovelas de narcotraficantes y otras formas que están permeando en la conciencia colectiva.
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MENSAJES QUE LLAMAN A IDOLATRAR LA DELINCUENCIA
Tejeda, ejemplificó que en este ambiente también inciden el mensaje de algunos medios de comunicación que dan mucho valor al corrupto, al que mata, al que delinque, a quienes denominan “líderes”, ignorando que en realidad son perpetradores de delitos.
“Eso genera antivalores. El debilitamiento del sistema educativo, ha generado que tengamos una sociedad más propensa a la violencia, al yo mando, al egoísmo”, dijo Tejada.
Ante ese contexto, Orellana agregó que la falta del Estado de derecho, la falta de respecto a la normativa por parte de los círculos de poder, quienes “se pasan la ley por debajo porque tienen privilegios económicos” y, que, además de generarle desprecio quien está por debajo de ellos, también contribuye en los comportamientos violentos y de irrespeto.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas