Redacción: Viena Hernández
Tegucigalpa. – La desigualdad de género está presente en todos los estratos sociales de Honduras –bastante marcada en la sociedad– la lucha de los activistas de derechos de las mujeres de poblaciones indígenas, de organismos feministas y de las poblaciones LGBTI se mantiene, pero es atacada constantemente para evitar que tenga mayor auge.
Las mujeres enfrentan distintos problemas en la zona rural, entre estos los económicos y les afecta directamente porque se les ha asignado el rol de cuidadoras del hogar y de los niños.
Según el Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (Codimca), más del 90% de las mujeres rurales tienen a cargo las labores del hogar y los trabajos agrícolas sin remuneración, siendo las que más limitaciones enfrentan en el acceso a recursos y garantía de los derechos universales.
En la mayoría de los casos, cuando son mujeres solteras no solo toman el papel de cuidadoras también de proveedoras, aunque pocas cuentan con una parcela para trabajar. Su colaboración en espacios de participación ciudadana o de toma de decisiones es limitada, al tener que cumplir primero con el propósito inmediato de solventar los gastos de cada día.
En conversación con Criterio.hn, Merlín Domínguez, técnica de Incidencia y fortalecimiento organizativo en UTC LAPAZ, detalló que el papel que se les ha obligado a adoptar no les permite solventar sus necesidades económicas, se les dificulta asistir a capacitaciones o continuar con su educación. A esa situación, agregó la falta de acceso a créditos con intereses diferenciados porque la mayoría no son dueñas de tierras.
El estrés de las mujeres de las zonas rurales es alto, debido a la pesada carga del costo de la vida y la falta de oportunidades, además deben generar el sustento de cada día, hacerse cargo de las labores de la casa, el trabajo y los niños.
El acceso a la canasta básica es mínimo, impidiendo tener una correcta alimentación o calidad alimenticia sana y nutritiva, sufriendo de desnutrición y generando problemas de salud a corto y largo plazo.
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La desnutrición afecta el desarrollo y aprendizaje de los niños de las áreas rurales, este es un tema toral que afecta directamente a las comunidades, quienes exhortan que sean resueltos, pues hasta el momento no se percibe acercamiento del gobierno.
Las carencias económicas les impiden contar con el servicio de luz eléctrica y otras herramientas para el aprendizaje de los niños.
Codimca compartió que, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la población apta para trabajar es de 6.3 millones, siendo las mujeres el 52%, lo cual equivale a 3, 276, 000, sin embargo, solo el 25.44% cuenta con empleo remunerado.
El acceso a agua potable y a la salud es también limitado, prácticamente está privatizado, los centros de salud carecen de medicamentos, ambulancias, es decir, una persona que enferme de gravedad no puede ser tratada con prontitud y debe ser trasladada a otra zona del país.
Domínguez, exhortó a todas las organizaciones a incidir para que a nivel de gobierno se creen políticas, ya sean nacionales o locales, para en primer lugar, tratar el tema de la corresponsabilidad en el hogar, es decir, de toda la familia.
“De esa forma podríamos avanzar hacia la autonomía económica de las mujeres, eso les permitiría desarrollarse más en sus propias iniciativas y alcanzar una vida con mejor calidad y acceso a otros servicios que requerimos como ciudadanas”, señaló.
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MUJERES HAN SIDO REZAGADAS TANTO EN ÁREA RURAL COMO A NIVEL MUNDIAL
De cada 10 personas sin empleo siete son mujeres, pero en el área rural, solo el 12.5% cuenta con trabajo remunerado. Resulta increíble que, según compartió Codimca, la mayoría de las mujeres de zonas rurales están consideradas población económicamente inactiva.
El cuidado de la familia no es un trabajo remunerado, el encarecimiento de los insumos agrícolas no va a permitir que las mujeres puedan fertilizar sus parcelas, disminuyendo la producción de granos básicos que son los que aseguran que al menos haya tortillas y frijoles para comer.
A través de un estudio, Codimca también compartió que respecto a la economía del hogar las mujeres asumen la mayor responsabilidad, generando aparte de la economía del cuidado, actividades extras para agenciarse recursos.
Por lo anterior, las mujeres laboran en un 86% como jornaleras, un 4% se dedica a actividades propias y un 12% a la economía del cuidado para otras familias de la localidad. Esta situación se vuelve compleja para las mujeres, debido a otros factores como: las escasas oportunidades de empleo en las comunidades, la condición de jefas, la discriminación por su condición de género y los bajos niveles educativos.
No obstante, de las que están empleadas, el 60% no cuenta con permanencia en el trabajo, 20% cuenta con trabajo temporal y el otro 20% cuenta con cierta permanencia.
En la zona rural, es común observar que programas, en este caso el bono tecnológico, son utilizados sobre todo como tema político, por lo cual solo se entrega a los correligionarios, comprobando que el clientelismo político es una de las causas que provoca un impacto negativo en las familias.
La desigualdad que sufren las mujeres en las zonas rurales es un asunto que genera implicaciones importantes, teniendo un impacto en los derechos y en la vida de las mujeres, mencionó el doctor en derechos humanos, Joaquín Mejía en entrevista con Criterio.hn.
Para dar una idea de cómo a nivel mundial se sobrepone el sistema patriarcal, mencionó que de acuerdo con datos a nivel mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 90% del dinero está en manos de hombres y solo el 10% es de las mujeres.
El 99% de la tierra pertenece a los hombres y solo el 1% a las mujeres, además, existe la feminización de la pobreza, es decir, el 33% de las personas empobrecidas son hombres y el 67% son mujeres. Asimismo, el 30% de las personas analfabetas en el mundo son hombres y el 70% son mujeres.
El papel de las mujeres ha sido rezagado y minimizado a nivel mundial como uno de los efectos del sistema patriarcal y machista, en pocas palabras el mundo es conducido solo por ideas e iniciativas generadas por hombres.
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El 80% de las personas desnutridas en el mundo son mujeres y el 20% son hombres, el 67% de las niñas no está escolarizada en el mundo y el 33% son niños. El 83% de los puestos parlamentarios están ocupados por hombres y solo el 17% por mujeres, el 84% de los puestos ministeriales son ocupados por hombres y el 16% mujeres y el 86% de las empresas son dirigidas por hombres y solo el 14% mujeres.
“Dirán que los hombres trabajan más que las mujeres, pues no, Naciones Unidas dijo que el 52% de las horas trabajadas en el mundo corresponde a las mujeres y el 48% a los hombres, lo que hay detrás de todo esto es el patriarcado”, expresó Mejía a este medio digital.
Cabe mencionar también que el informe reveló que el impacto de la pandemia en las mujeres, se evidenció por diferentes organizaciones nacionales como internacionales. Los diferentes tipos de violencias, se han marcado y profundizado, pues durante el confinamiento se generó un retroceso a los avances que en la defensoría y logro de derechos a partir de las luchas feministas de organizaciones de mujeres de la ciudad y el campo.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas