Tegucigalpa.- Se cumplen 13 años desde el funesto golpe de Estado contra el entonces presidente José Manuel Zelaya que marcó una década con efectos devastadores que se agudizaron y se mantienen vigentes en Honduras, pero marcado con el retorno al poder de los Zelaya-Castro.
El domingo 28 de junio de 2009, Zelaya Rosales fue defenestrado por un golpe de Estado tras su intento de llevar a cabo una consulta popular denominada “Cuarta Urna”, con el propósito de consultarle a la ciudadanía si estaba de acuerdo o no en la instalación de una cuarta urna, en las elecciones generales de ese año, para decidir si se llevaba a cabo una Asamblea Nacional Constituyente.
La crisis política trajo consigo efectos devastadores en materia social, económica y política que se agudizaron con la instauración de un régimen que erigió el exmandatario Juan Orlando Hernández, extraditado a los Estados Unidos donde enfrenta un juicio en la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York acusado de conspiración para importar cocaína, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos y conspiración para poseer ametralladoras y artefactos destructivos.
“Hoy hace 13 años se llevó a cabo el golpe de Estado en Honduras. Experimento político, de destrucción de la institucionalidad de un país con consecuencias devastadoras para el pueblo hondureño. Urge la restitución del Estado de Derecho”, expresó la defensora de derechos humanos, Miriam Miranda.
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Con el golpe de Estado, la pobreza y la desigualdad se agudizaron, durante el periodo de 2006 a 2009 la pobreza se redujo en 7,7%, los índices se mantuvieron en 59,2%, en 2010 pasó a 60%, según el informe “Honduras desde el golpe” desarrollado por el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas (CEPR), y tras 13 años la pobreza supera el 73,4% de los hogares, de los cuales el 54,6% están en extrema pobreza, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Los índices de violencia también se incrementaron, la crisis política de 2009 dejó al menos 50 civiles asesinados, más de 50 también por las protestas contra el régimen de JOH, como popularmente se le conoce a Hernández, solo en la crisis postelectoral de 2017 al menos 26 personas fueron asesinadas por las estructuras de seguridad del Estado, según informes de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH).
La tasa de homicidios durante el 2006 a 2009 se mantuvo en 47,6% por cada 100 mil habitantes, posterior al golpe, en 2010, incrementó a 77,5% y pasa 2013 era más del 85,5% en los últimos años se mantiene en una tasa de 44% por cada 100 mil habitantes, exponen cifras oficiales de la Policía Nacional.
La violencia se acrecentó contra defensores de derechos humanos, defensores del ambiente, periodistas, abogados, desde 2009 más de 11 defensores de derechos humanos fueron asesinados, Honduras pasó a ser uno de los cinco países del mundo con más asesinatos de ambientalistas, y en el caso de homicidios más del 90% se mantienen en la impunidad.
“Para que los hechos no se repitan: el legado histórico del golpe de Estado en 2009 fue una narcodictadura de 12 años con mucho daño para Honduras en lo económico, político, social y moral”, expresó el diputado del Partido Libre, Jari Dixon Herrera.
En el tema de crecimiento económico la nación se ha visto reducida, informes del Centro de Estudios para la Democracia (Cespad), exponen que el promedio de crecimiento antes del golpe era del 6%, sin embargo, en la última década se redujo a la mitas mientras que la tasa de desempleo era del 6,12% y se incrementó a 14,1% en 2012, en 2021 cerró con 10,9% según cifras del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
La inversión se vino en picada, en 2006 fue de 669,1 millones de dólares a 2008 se elevó a 1,006 millones, pero en 2009 se redujo a 508,8. Durante el régimen de doce años, la inversión no incrementó, por el contrario se mantuvo, para 2019 fue de 498,1 millones mientras que en 2020 se redujo a 418,6 millones, expone el Banco Central de Honduras (BCH).
Los niveles de endeudamiento pasaron a cifras descomunales, en 2009 la deuda de la nación era 2438 millones de dólares, posterior al golpe de Estado cerró en 2,822 millones; en la actualidad, se superan los 16 mil millones, en el gobierno de Porfirio Lobo Sosa (2010-2014) cerró en 8,662 millones mientras que en el primer gobierno de JOH, (2014-2018) fue de 11,517 y, en su segundo mandato ilegal (2018-2022) cerró en 15,679.20.
Con respecto a los niveles de corrupción, Honduras se convirtió en el cuarto país más corrupto de América Latina, según el Índice de Percepción de la Corrupción.
Además, es importante señalar que la defenestración contra Zelaya se ejecutó con la supuesta justificación que quería reelegirse en el cargo, sin embargo, el 8 de diciembre de 2014, 14 diputados, en su mayoría del Partido Nacional, y el fenecido expresidente Rafael Leonardo Callejas, presentaron un recurso de inconstitucionalidad para permitir reformar el artículo 239 de la Constitución y dar vía libre a la reelección presidencial de manera ilegal.
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En abril de 2015, la nueva Sala Constitucional afín a Hernández falló a favor del recurso de inconstitucionalidad y declaró a lugar el recurso lo que permitió que en 2018, a través de un fraude electoral, se consumara la ilegal reelección.
Por todo lo anterior expuesto, otro fenómeno que se agudizó con los efectos devastadores del golpe de Estado y la instauración de un régimen, fue la migración, que se transfiguró a éxodos masivos denominados caravanas migratorias.
Entre 2006 a 2009 la estadística de hondureños deportados se mantuvo entre los 30 mil, para 2013 incrementó a los 36 mil y con el fraude electoral de ese año para 2015 cerró en 36 mil, expone informe del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh).
Durante los ocho años de gobierno ilegal y fraudulento de Hernández, y según el reporte del Observatorio Consular y Migratorio de Honduras (Conmigho), para 2015 se contabilizaron 75 mil 875 hondureños deportaros y para 2019 fue de 109 mil 185.
EL RETORNO DE LOS ZELAYA-CASTRO
Tras el golpe de Estado, se creó el Partido Libertad y Refundación (Libre), coordinado solo por Zelaya Rosales.
Para las elecciones de 2013, la candidata del Partido Libre fue la esposa de Zelaya Rosales, Xiomara Castro quien perdió los comicios debido a un fraude electoral por parte de Hernández que lo financió a través de recursos estatales y del narcotráfico, revela la acusación de Estados Unidos en su contra.
Ya en 2017, se conformó la Alianza Contra la Dictadura que encabezó el actual designado presidencial Salvador Nasralla luego que Castro cediera a su pretensión de convertirse en presidenta de Honduras, no obstante, se impuso un nuevo fraude electoral.
Fue en las pasadas elecciones generales de noviembre del 2021 que Castro logró una contundente victoria junto a la alianza de hecho que conformó con Nasralla. Castro puso fin a gobiernos bipartidistas (Partido Nacional y Partido Liberal) y se convirtió en la primera mujer en asumir la presidencia.
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Su esposo retornó al poder, figura como asesor presidencial, pero es cuestionado por tener un papel preponderante, incluso sobre los ministros y la propia presidenta. Es parte de los acuerdos, negociaciones y resoluciones que impulsa Castro.
A juicio del sociólogo Marco Tinoco, coordinador de la carrera de sociología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la nación se encuentra en un proceso de transición con el retorno de los Zelaya por lo que considera necesario impulsar las recomendaciones que se dieron posterior al golpe de Estado para evitar se repita.
“Con el retorno de los Zelaya, estamos en nuevo proceso de transición democrática y hay un esfuerzo por recuperar la institucionalidad, hay un balance de gobernabilidad, lo que viene ahora es una elección de la Corte Suprema de Justicia, sobre todo hay que tomar en cuenta las recomendaciones de la Comisión de la Verdad”, dijo.
Agregó que se deben resolver de manera pacífica los conflictos que sirgan sin recurrir al uso de la fuerza que consuma un nuevo golpe de Estado reiterando que es menester revisar las recomendaciones de las dos comisiones de la verdad “para evitar que los hechos se repitan”.
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