Por: Viena Hernández
Tegucigalpa. – A través del Estudio de Tolerancia Social e Institucional de la Violencia hacia Mujeres, Niñas y Adolescentes en Honduras (VCMNA) de la iniciativa Spotlight impulsada por las Naciones Unidas, se realizaron importantes hallazgos para identificar las principales normas sociales y medir los niveles de tolerancia social e institucional que producen los comportamientos de violencia o abuso en la vida de las féminas.
El objetivo es que a partir del estudio se puedan formular, con base a la evidencia, estrategias de comunicación para el desarrollo, enfocadas en cambios de las normas sociales y de comportamientos, de igual forma, impulsar políticas públicas y fortalecer las instituciones.
La violencia hacia las mujeres no tiene distingo de edades, se han visto muchos casos de hombres matan también niñas, bebés y adultas mayores.
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La violación a los derechos de la mujer va en auge, pero las mayorías no ven esto como el delito que es, es decir, se normalizó que otra persona se crea con poder para abusar, agredir o matar a una mujer o una niña.
El desglose del análisis de la investigación, fue presentado por el investigador principal de este estudio de dos años, Gianluca Giuman, quien mencionó los hallazgos principales.
En su intervención, el expositor señaló que las normas sociales son códigos de conducta generados mediante procesos de socialización, estos determinan el comportamiento de las personas a partir de formas de sanción social y la creación de expectativas.
Por otro lado, la tolerancia social a la VCMNA, se define como el nivel en el cual las personas aceptan, normalizan o no actúan contra las distintas formas de violencias que afectan a las mujeres, niñas y adolescentes (MNA).
Lamentablemente, hay alta tolerancia institucional, lo cual se refiere al conjunto de actitudes, percepciones y prácticas de las y los funcionarios públicos que terminan por favorecen y perpetuar la VCMNA. A esto se suma, la omisión de los deberes estatales de restitución de derechos, protección, prevención y erradicación, así como la perpetración directa de actos de violencia por parte de actores institucionales.
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DESCONOCIMIENTO Y NEGLIGENCIA
El estudio de Spotlight, expone que, según la percepción de los mismos integrantes de instituciones públicas, existen niveles altos de debilidad institucional, la persona ve débil a su propia institución en cuanto a conocimiento de políticas públicas, mecanismos de derivación, manejo de casos de violencia, prevención y los protocolos a seguir.
Los mismos entes de justicia desconocen cómo manejar la denuncia de una sobreviviente de violencia, no saben cuál es el segundo paso ni como dirigir u orientar a la persona para darle seguimiento a la denuncia.
Pocos o ninguno conoce la Ley Contra la Violencia Doméstica, lo cual significa que, aun estableciendo la Ley Integral Contra la Violencia hacia las Mujeres -un proyecto en actual socialización-, la violencia seguiría, por lo que no solo debe establecerse sino aplicarse con rigurosidad.
Giuman, también mencionó que entre los resultados cualitativos identificaron la prevalencia de seis normas sociales: la misoginia, los roles rígidos de género, la apropiación del cuerpo en la sexualidad y el control masculino sobre el comportamiento femenino, el adulto-centrismo, la ley del silencio y el amor romántico.
El proyecto adentro este estudio a la comunidad garífuna y lenca, por tanto, en el caso de Honduras, identificaron que las tres normas con mayor grado de instalación son el adulto-centrismo, la misoginia, los roles rígidos de género y apropiación del cuerpo y sexualidad de las mujeres, tanto desde el análisis de la tolerancia social, como del ámbito de las instituciones públicas.
Se realizaron 220 encuestas a servidores públicos de organismos de control de justicia, protección, atención integral, salud y educación en Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba, Intibucá y La Esperanza. A nivel nacional se aplicaron 2, 033 encuestas a adolescentes entre los 15 y 17 años, jóvenes entre los 18 a 30 años, adultos entre los 31 y 79; entre estos habían 409 lencas y 400 Garífunas.
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RESULTADOS DEL ESTUDIO
Los datos derivados del estudio destacan que:
-Se percibe que el 36.9% de las mujeres, niñas o adolescentes (MNA), en algún momento de su vida, han recibido ataques físicos extremos que han puesto en riesgo su vida.
– Se percibe que más del 50% de las mujeres, niñas y adolescentes en Honduras han sido víctimas de violencia física, violencia sexual, violencia psicológica, violencia económica-patrimonial o varias o todas de estas.
– Los tipos de violencia percibidos como más prevalentes son: la descalificación, humillación y ofensas en un 59%; violencia corporal en un 58%); el ciberacoso marcando un 58%; el acoso callejero mostrando un 57%, el acoso sexual con un 56% y violencia física disciplinaria contra las niñas revelando un 56%.
– Cinco de cinco de cada 10 han sido víctimas de violencia psicológica en algún momento de sus vidas.
El principal problema encontrado es que la gente está atemorizada de romper normas sociales para no ser juzgados. Además, hay creencias erróneas, por ejemplo, que, el matrimonio infantil y las uniones tempranas, se deben aceptar porque supuestamente trae ventajas económicas, previene que la violencia sexual venga de otros, para saldar deudas o lograr un patrimonio en beneficio para la niña.
Al estudiar las comunidades, se encontró que las personas garífunas son más progresistas y las normas sociales son más establecidas en la comunidad lenca.
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