Por: Tomás Andino Mencía
Tremenda polvareda se formó alrededor de una declaración sobre las ZEDE a varios medios de comunicación del diputado electo por LIBRE, Hugo Noe Pino, en la que expreso: “Sobre las ZEDE hay una posición muy clara, muy firme, de que vamos a ir por la derogación de las leyes que han dado lugar a las ZEDE, pero también la primera medida que la presidenta electa Xiomara Castro ha señalado es que no más aprobación de ZEDE. Primero se va a establecer un mecanismo de diálogo con las actuales, de tal forma que puedan pasar en base a ese diálogo a unas formas que existen en todo país”, refiriéndose a las Zonas Económicas Especiales o los parques industriales…” (El Confidencialhn, 21 de diciembre 2021)
Después hubo aclaraciones, tanto del diputado electo, como de otros miembros del equipo de transición, en el sentido de que no se dijo eso, aunque el vídeo de El Confidencialhn ahí está para salir de la duda.
El caso dio pie para que otras reconocidas personalidades se manifestaran al respecto, unas condenando y otras justificando esas declaraciones. Entre estas últimas está mi amiga Reina Rivera quien ha sacado varios mensajes con el argumento de que no tenemos el número suficiente de diputados para alcanzar ni siquiera la mayoría simple; y que hasta agosto de este año la Corte Suprema estará dominada por el Partido Nacional.
Aunque aprecio la buena intención de estas opiniones, definitivamente no puedo estar de acuerdo con ellas, tanto porque no corresponden con la realidad, como por las implicaciones que tendría para el país.
¿NEGOCIAR CON INVASORES?
Lo primero por decir tiene relación con la ética política. Para decir que hay que “consensuar reformas” con los fundadores de las ZEDE lo primero que hay que ubicar es frente a que animal estamos. No estamos ante simples “inversionistas” que llegan a nuestro país solo con la intención de hacer ganancias, con quienes podemos sentarnos a hablar de negocios. Estamos frente a magnates miembros del movimiento anarcocapitalista y neocolonialista más agresivo del planeta, que se han apoderado de parcelas del territorio nacional en un proceso de COLONIZACIÓN. Estos intencionalmente buscan expulsar a los hondureños y hondureñas de los territorios que ocupan y de someterlos a leyes indignas para fundar microestados. Estos mismos piratas no tuvieron empacho en decirle a nuestros compatriotas en Roatán y en Choloma: “O nos venden sus tierras o se las quitamos”. Son modernos filibusteros traídos de la mano por los narcotraficantes enquistados en el gobierno de JOH. Pregunta: ¿Con estas criaturas se piensa “consensuar”?
Cualquier Estado, mínimamente digno, lo menos que haría sería expulsarlos en el primer avión, si no es que meterlos a la cárcel por la afrenta que han hecho a nuestra soberanía. Nuestros antepasados allá por el año 1860 cuando el filibustero William Walker quiso tomarse nuestro territorio, no fueron tan indulgentes; los capturaron y los fusilaron. No abogo por eso, pero mi mensaje es que su pretensión colonizadora debe ser rechazada con contundencia, no con mensajes blandengues.
¿ACASO NEGOCIAR CON LAS ZEDE ES EL ÚNICO CAMINO QUE QUEDA?
Pero ¿acaso es cierto que no tenemos otra opción y que debemos tragar amargo para negociar con esos engendros? El argumento principal de estos compas es que la realidad no deja más opción al nuevo gobierno que llegar a un acuerdo con esos delincuentes internacionales porque, según afirman, las fuerzas que nos oponemos a las ZEDE no tenemos mayoría ni simple ni calificada en el Congreso Nacional.
Mi tesis es la contraria. Sostengo que no solo hay una salida sino varias en el orden jurídico hondureño y en el ánimo del Pueblo, y de que no hay mejor momento que este para ponerlas en práctica. Solo es cuestión de saber usar el poder que el Pueblo delego en los congresistas y en el Poder Ejecutivo.
RUTA ALTERNATIVA PARA EXPULSAR LAS ZEDES
En primer lugar, no es acertado decir que no habrá mayoría simple en el Congreso favorable a quienes nos oponemos a las ZEDE. La suma de los 50 diputados de LIBRE, los 10 del PSH y al menos los 5 que se identificaron con la Alianza Liberal Opositora[1] y dieron espalda a Yani Rosenthal, sumarían 65 diputados, justo la mayoría simple del Congreso Nacional; sin contar que el mismo Yani, en un momento dado, dijo oponerse a las ZEDE y de que en las últimas semanas ha dado un giro hacia apoyar decididamente a la bancada de LIBRE, por ejemplo en la presidencia de la Junta Directiva.[2] Es decir que potencialmente hasta podrían alcanzarse los 75 diputados para un tema que está en la mira del Pueblo (aparte de la posibilidad de que algunos diputados nacionalistas, en medio de la crisis que atraviesa ese partido, puedan “darse vuelta” a sus líderes tradicionales). Aún más, las bancadas contrarias a las ZEDE tienen amplias posibilidades de tener una influencia mayoritaria en la Junta Directiva del Congreso Nacional, incluso ostentar su Presidencia.
Esta correlación de fuerzas permitiría tomar varias decisiones claves en el poder legislativo; una de esas decisiones claves es impedir que sigan aprobándose más ZEDE.
Muy bien, pero ¿Qué se puede hacer con las ZEDE que ya están funcionando? ¿Acaso habrá que negociar con estas debido a que no se tiene la mayoría calificada para derogarlas? Mi respuesta es no; no es necesario ni conveniente negociar. Hay algunas salidas alternativas en la misma legislación de las ZEDE y en la Constitución.
Según la Ley Orgánica de las ZEDE, “Los miembros del Comité para la Adopción de Mejores Practicas serán nombrados por el presidente de la República. Ese nombramiento debe ser ratificado por el Congreso Nacional” (Artículo 11, último párrafo). Esos nombramientos no tienen plazo de tiempo en la Ley mencionada; y como se trata de nombramientos ejecutivos y no de cargos de elección popular, la autoridad que los nombró puede destituirlos, pues en derecho las cosas se deshacen como se hacen. Eso significa que los miembros del Comité de Adopción de Mejores Prácticas (gobierno de las ZEDE) que JOH nombró pueden ser cambiados por la presidenta Xiomara Castro y luego este último cambio puede ser ratificado por el nuevo Congreso Nacional donde, como expuse, LIBRE, PSH y liberales zelayistas tienen mayoría simple (no se requiere mayoría calificada para eso, pues no es ninguna reforma a la ley sino su cumplimiento). Es decir que, por una simple orden de Xiomara, ratificada por el nuevo Congreso, se le puede dar al traste al actual CAMP sustituyendo a los actuales directivos por otros y así implosionar las ZEDE existentes.
Lo dicho funcionaría para frenar el proceso de progresión de las ZEDE, pero queda pendiente el tema de derogar la Ley y las reformas constitucionales para lo cual se requiere mayoría calificada (86 votos). Esto no es tan fácil, pero no es imposible. La buena noticia es que la Constitución en su artículo 5 proporciona un mecanismo participativo que obligaría al Congreso a acatar la voluntad popular; se trata del Referéndum cuyo resultado es de OBLIGATORIO cumplimiento para el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo. Dice la Constitución en dicho artículo: “El resultado de las consultas ciudadanas es de obligatorio cumplimiento”. Y mejor aún: “Tienen iniciativa para solicitar el Referéndum (al Congreso): 1) Al menos el 2% de los ciudadanos inscritos en el Censo Nacional Electoral, de acuerdo con el dato que debe proporcionar periódicamente el Consejo Nacional Electoral al Congreso Nacional; 2) al menos diez diputados del Congreso Nacional; y 3) El presidente de la República en resolución de consejo de secretarios de Estado.” (Constitución de la República, Art 5).
Según el artículo 6 de la Ley de Mecanismos de Participación Ciudadana la solicitud del Referéndum que solicite la presidenta Xiomara Castro debe ser aprobada por decisión de la mayoría simple de diputados cuando se trate de consultas sobre leyes ordinarias (como la Ley de las ZEDE) y de las 2/3 partes cuando se trate de consultas sobre asuntos constitucionales. Es decir que puede ser fácilmente solicitado por las nuevas autoridades en menos de 24 horas y puede ser aprobado con mayoría simple de las fuerzas anti JOH en el Congreso al menos para consultar sobre la derogación de la Ley Orgánica de las ZEDE. Por supuesto en el caso de la derogación de las reformas constitucionales hay más exigencia, pero habiendo derogado la ley, el país podría respirar con mas tranquilidad.
Según el artículo 5 de la Constitución, el resultado del referéndum tendría fuerza de ley siempre que participe en el mismo al menos el 51% del total de participación en la última elección (menos de 1.7 millones), y si el voto afirmativo logra la mayoría de los votos válidos; algo que es posible. A través de este mecanismo se puede derogar la Ley Orgánica de las ZEDE solo con la mitad más uno de los votantes, y las reformas constitucionales que le dieron origen con al menos 2/3 de los votantes.
También existe la posibilidad, para nada descartable, que las fuerzas anti ZEDE logren mayoría en la nueva Corte Suprema de Justicia y, al ocurrir esto, esta derogue por inconstitucional esos adefesios jurídicos. Sería una fortuna que así ocurriera porque es un mecanismo menos costoso y expedito.
En el ámbito del derecho constituyente también existe el mecanismo de una Asamblea Constitucional o de una Asamblea Constituyente que, si bien no existe en la legislación nacional, son mecanismos que gozan de aceptación en la doctrina jurídica internacional. Con esta se puede reformar toda la estructura jurídica que dio lugar a esa monstruosidad, entre muchos otros cambios a las nefastas leyes que dejo la dictadura, como ocurre hoy día en Chile. Esta puede convocarse también vía consulta popular, con una convocatoria.
Nada de lo anterior debe hacerse sin participación popular. Porque movilizando al pueblo es posible realizar conquistas que no son posibles por la legalidad e institucionalidad burguesa. Por ejemplo, en 2003, el Congreso se echó para atrás en la aprobación de la Ley de Aguas repudiada por decena de miles en las calles; en el año 2008 el Congreso tuvo que aprobar reformas a la Ley del Ministerio Público para investigar los casos de corrupción a pura presión social en las calles; en el año 2015 el Congreso tuvo que probar el convenio con la MACCIH por presión de las marchas de las antorchas; y en el año 2019 un levantamiento popular masivo obligó al Poder Ejecutivo y a la junta directiva del Congreso Nacional a dar marcha atrás en la aprobación de sendos proyectos de reforma al sector salud y educación. Estos son solo algunos ejemplos. Cuando el pueblo se moviliza unido y organizado no hay meta que no pueda lograr.
En resumen, hay opciones; así que no cabe el pesimismo y el fatalismo. Comencemos por recuperar la confianza en nosotros mismos. Todo esto es posible cuando se tiene el apoyo de la mayoría de la población. A partir del 28 de enero de 2022 se contará con la ventaja de que desde la institucionalidad y los recursos que tendrá el Poder Ejecutivo, el pueblo podrá ser informado y organizado ampliamente para dar respaldo a sus iniciativas con la fuerza de la movilización popular.
Después del rotundo triunfo del pasado 28 de noviembre, la correlación de fuerzas política a nivel nacional e internacional es totalmente favorable al gobierno de Xiomara Castro porque entra con un abrumador apoyo popular. Por ende, este es el mejor momento para dar los pasos mencionados aquí. Si pierde este impulso después será más difícil lograr reunir esta misma correlación de fuerzas.
NO A LA NEGOCIACIÓN CON LOS NUEVOS FILIBUSTEROS
De todo lo dicho se colige que la negociación con las ZEDE es innecesaria y antiética. Si el gobierno cede a la negociación, lo único que logrará es empoderar a los nuevos filibusteros que creerán que pueden poner sus condiciones y encontrarán la forma de avanzar en su propósito. Será siempre un Caballo de Troya dentro de nuestro país. En un momento de debilidad pueden avanzar para recuperar lo perdido. De hecho, no es descartable, que, si el gobierno negocia, el tiro podría salirle por la culata, pues cualquier acuerdo negociado con esos diablos sin derogar la Ley de las ZEDE ni las reformas constitucionales puede ser impugnado el día de mañana por ellos mismos alegando que ningún acuerdo estaría por encima de la Constitución y su Ley Orgánica, que por ahora les favorece.
Así que no hay que retroceder en la demanda original… las ZEDE se van porque se van.
[1] Entre estos están Osman Aguilar, Tito Livio Sierra, Kritza Pérez, José Ramon Osorio y Kellin Castro,
[2] Liberales anuncian que solo votarán por diputado del Partido Libre para presidencia del CN » Criterio.hn https://criterio.hn/liberales-anuncian-que-solo-votaran-por-diputado-del-partido-libre-para-presidencia-del-cn/
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
8 respuestas
no los vamos a tolerar mas, el pueblo voto, contra la ZEDES esa fue una decisión nacional y es inobjetable.
Excelente ponencia. Eso implica que aunque libre llegó al poder, la desmovilización popular no cabe.
Los enemigos son LOS 42 CHACALES CACHURECOS QUE ESTARÁN EN EL CONGRESO. A esos malditos no hay que darles ni el chance de arrepentirse, QUE LA APRIETEN!!! En éste gallinero ahora ellos estáran abajo LES TOCA SER CAGADOS 4 AÑOS.
Son, y deberán ser, ANATEMA. NI PERDÓN NI OLVIDO.
Los diputados no están llamados a condicionar la elección del presidente del congreso,hay un pacto Tanto Xiomara como sus diputados de libre deben cumplir y asumir.
¿Cual es el miedo de que Redondo sea el presidente ? Los liberales honestos y con principios de lealtad no de opondrán a los acuerdos hechoa a menos que quieran privilegios y colusiones con el diputado que ellos escojan para que diga el maiz a peso.
¿A qué le temen? Porque quieren escoger al de libre?
¿Que tiene el de libre que no tenga Redondo ?
¿Que pacto tendrá el elegido de libre para con los liberales y Cachurecos?
Que no podrán pactar con redondo?
Excelente análisis. No se tiene que ir muy lejos, para encontrar el camino que conduce a Roma.
Excelente análisis
En el soberano está el poder.
No hay excusa para no respetar el acuerdo de la presidenta Xiomara con el vice presidente Nasrrala para no apoyar a Redondo, a menos que se tengan otros pactos previstos con la narcodictadura, corrupta vende patria.
Totalmente de acuerdo con Tomás, para derogar las Zedes lo que se necesita es decisión y el deseo de cumplirle al pueblo .
Cómo ciudadano consciente del peligro que las Zedes implica para nuestra patria estoy dispuesto a estar en primera fila contra este proyecto lesivo a los intereses patrios .
No a las Zedes !!!
Los diputados no están llamados a condicionar la elección del presidente del congreso,hay un pacto Tanto Xiomara como sus diputados de libre deben cumplir y asumir.
¿Cual es el miedo de que Redondo sea el presidente ? Los liberales honestos y con principios de lealtad no de opondrán a los acuerdos hechoa a menos que quieran privilegios y colusiones con el diputado que ellos escojan para que diga el maiz a peso.
¿A qué le temen? Porque quieren escoger al de libre?
¿Que tiene el de libre que no tenga Redondo ?
¿Que pacto tendrá el elegido de libre para con los liberales y Cachurecos?
Que no podrán pactar con redondo?
muy bueno