Criterio.hn hizo un análisis de datos basándose en los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) con miras a las elecciones generales del 28 de noviembre, el cual concluye que la participación política de la mujer en Honduras sigue en ciernes
Texto: Aimée Cárcamo
Edición y análisis de datos: Emy Padilla
Gestor de datos e ilustración de portada: Guillermo Burgos
Visualización de datos: Data Crítica
Fotos: Fernando Destephen
Aunque las reformas electorales mandan aplicar “la trenza” en las planillas, es decir, alternar hombre y mujer o viceversa, este principio no aplica en las elecciones generales para los partidos que celebraron elecciones primarias.
Tegucigalpa. –Julia Carranza perdió en las elecciones primarias del 14 de marzo. Ese día, y los previos, llovió el dinero, comenta esta maestra y ambientalista que aspiraba a ser alcaldesa en el municipio de Copán Ruinas, departamento de Copán, en el occidente de Honduras.
Julia dice que en el periodo de campaña hubo competencia desleal porque se miró que los fondos que se suponía estaban presupuestados para atender la COVID-19 y los huracanes Eta y Iota, fueron usados para manipular a los votantes, con regalías de bolsas de cemento, láminas de zinc, bolsas solidarias (víveres) y dinero en efectivo. Dinero con el que también habrían incidido para quitarle el apoyo y dárselo al otro movimiento del Partido Libertad y Refundación (Libre) que irá a las generales el próximo 28 de noviembre con una planilla que, según dice, fue puesta por el Partido Liberal y que está liderada también por una mujer que ganó con 298 votos, 36 más que Julia.
En el Partido Nacional, la ganadora fue también una mujer con 2,492 votos, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).
El desvío de fondos para financiar campañas políticas no es una simple apreciación o un malestar de Julia porque fue derrotada en la contienda, sino que es un asunto ampliamente expuesto en el pasado reciente y que la desarticulada Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) evidenció con sendas acusaciones que apuntaban a varios políticos en ese sentido.
El candidato más votado de los tres partidos, con 6,269 votos, fue el liberal y actual alcalde del municipio, Lisandro Arias, quien llegó a ese cargo por primera vez en 2002 y tras reelegirse en el mismo saltó a una curul en el Congreso Nacional y años después volvió a la alcaldía, en una danza con el poder que en Honduras solo bailan los hombres.
“Con ese capital que manejan, con recursos del pueblo y las ayudas internacionales, qué no se puede hacer”, se pregunta Julia, quien el 14 de marzo participó en su segundo proceso electoral primario bajo las filas del partido Libre.
La lección que le ha quedado es que “ninguna persona, mientras no tenga capital disponible para comprar conciencia” logrará alcanzar el poder, “lo he vivido dos veces y (estoy) decepcionada”. Aunque no descarta que, tal vez en algunos años, lo intente de nuevo por su hijo, sus nietos y su municipio, en el que solo el 55 % de la población cuenta con una educación básica y el 85 % tiene la leña como principal fuente para cocinar, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Su caso es representativo de muchas otras mujeres que participaron en las elecciones primarias de Honduras y que se dieron de bruces con una competencia que todavía está moldeada por y para los hombres.
LAS MUJERES EN LAS ELECCIONES PRIMARIAS 2021
Criterio.hn hizo una proyección de probabilidades que tienen de ser electas las candidatas a diputadas de los partidos Nacional, Liberal y Libre que resultaron electas en las cuestionadas elecciones primarias del pasado 14 de marzo. Para este propósito se tomó de base el máximo de diputaciones logradas en cada uno de los 18 departamentos en las elecciones generales de 2017 y la posición en la que quedaron las mujeres en estos tres partidos.
Nuestra proyección concluye que de las 152 mujeres que resultaron electas en las elecciones primarias, solo el 27.4 % tiene probabilidad real de ser electas; mientras que los 232 hombres electos, la probabilidad se incrementa a 72.6 %, por su posición en las planillas.
Los resultados de las elecciones primarias han sido debatidos en diversos espacios durante los últimos días.
¿Cómo nos fue a las mujeres en las elecciones primarias 2021?, fue la pregunta central de un conversatorio realizado por el Foro de Mujeres Políticas de Honduras, con apoyo de ONU Mujeres y el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria (NIMD).
El análisis fue hecho por mujeres, algo digno de mencionar en un país donde este segmento de la población no tiene voz ni siquiera en la aprobación de leyes que le afectan, como ocurrió con la reforma al artículo 67 de la Constitución que blinda la prohibición del aborto y del matrimonio igualitario.
Conclusión: La distribución de mujeres candidatas a diputadas por partido corresponde un 46 % para el Partido Liberal, 44.5 Partido Nacional y 33.6 % para el Partido Libertad y Refundación (Libre). Los departamentos con mayor participación de la mujer son Islas de la Bahía con 66.7 %, Atlántida con 45.8, Cortés con 48.3 % y los de menor participación, Intibucá con 22 %, Lempira 26 % y Choluteca 29 %.
“El escenario actual es poco alentador para las mujeres políticas”, inició diciendo la coordinadora nacional de la ONU-Mujeres, Margarita Bueso Fiallos; mientras que la coordinadora residente de la ONU, Alice Shackelford, reconoció también que “los resultados que vemos algunas veces son desmoralizantes”.
Y es que los cambios normativos para aumentar la participación política de las mujeres hondureñas no han significado una mayor presencia en los espacios de poder, como ha quedado evidenciado con las elecciones primarias.
En el año 2000 fue aprobada la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer (LIOM) que establece una base de 30 % en forma progresiva hasta lograr la equidad en los cargos de dirección de los partidos políticos, Congreso Nacional, Parlamento Centroamericano, alcaldías, vicealcaldías y regidurías.
La ley en mención ha servido en parte para que los partidos políticos manipulen a la opinión pública diciendo que facilitan las oportunidades para las mujeres, sin embargo, los cargos de elección popular siguen siendo ocupados por los hombres, prueba de ello es que actualmente sólo 27 ocupan puestos de diputadas frente a 101 hombres y 23 son alcaldesas contra 275 hombres alcaldes.
Conclusión: Del total de las candidaturas a alcaldías sólo el 11.3 % corresponde a mujeres y el restante 88.7 % a hombres. Los tres departamentos con mayor participación de la mujer son Gracias a Dios con 34.8 %, Santa Bárbara 28.6 %, Francisco Morazán 26.8 % y los con menor participación, Ocotepeque con 13.2 %, Intibucá 15.5 % y Choluteca 19.2 %. En la distribución por partido, Libre registra el mayor número de candidaturas con el 15.8 %, seguido del Partido Nacional con 10.4 % y por último el Partido Liberal con 7.72 %.
LOS PARTIDOS IMPONEN LA PAUTA
En el caso de las autoridades partidarias, las mujeres siguen ausentes del ruedo, según un informe del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (Iudpas).
De los 25 cargos que hay en Libre, solo 9 tienen a una mujer al mando; mientras que, en el Partido Liberal, de 18 puestos sólo 5 (28 %) están ocupados por una mujer.
La buena noticia es que el Partido Nacional, con un total de 49 cargos, tiene a 25 mujeres representadas (51 %). La mala, que en estos tres partidos los puestos de mayor relevancia, presidencia, secretaría ejecutiva y fiscalía son ocupados por hombres.
“Es un reto que las mujeres también penetren a las direcciones ejecutivas de esos partidos”, dijo la socióloga Julieta Castellanos, representante del Iudpas. De hecho, uno de los reclamos de las mujeres es que no tienen eco en los partidos políticos para poder plantear sus quejas, reclamos o denuncias, compartió Castellanos, de allí la necesidad de que integren los órganos de dirección en una proporción más igualitaria.
En 2017, el reglamento del desaparecido Tribunal Supremo Electoral (TSE) elevó al 50 % la integración de la mujer en las planillas, siempre en las elecciones primarias. Paradójicamente, ese año la representación de las mujeres en el Congreso Nacional disminuyó al pasar del 25.8 % al 21.7 % y también fue muy reducida en las alcaldías, con un 7.72%.
En octubre de 2020 el Congreso Nacional aprobó varios artículos de la nueva Ley Electoral relacionados con la paridad y alternancia.
“Todas las nóminas para cargos de elección popular y de autoridades de partido político deben estar integradas en un cincuenta por ciento (50 %) por mujeres y en un cincuenta por ciento (50 %) por hombres”, se lee en el artículo 76.
Conclusión: En las planillas municipales correspondientes a las vicealcaldías hay una proporción casi equitativa entre mujeres y hombres, el 49.8 % corresponde a mujeres y el 50.2 % a hombres, sin embargo, este comportamiento remarca el marginamiento de la mujer porque sigue relegada en los cargos de menor relevancia en la toma de decisiones. Esta aseveración se concluye frente a las candidaturas a las alcaldías, ya que sólo el 11.3 % son mujeres y el 88.7 % son hombres.
De 1,618 precandidaturas a diputaciones que participaron en las primarias, 755 eran mujeres (46.66 %) y los hombres 863 (53.34 %).
En las elecciones primarias de 2017 fueron inscritos 1,887 precandidatos a diputados, de los que el 52.6% eran hombres y el 47.4 %, mujeres, según un análisis del Centro de Estudio para la Democracia (Cespad). Al final de esa contienda, resultaron ganadores 241 candidatos a diputados (62.8%) y 143 mujeres candidatas a diputadas (37.2%).
En las elecciones recién pasadas, de las 755 mujeres solo 159 resultaron electas, según el conteo hecho por Criterio.hn con base a los resultados del CNE publicados en el diario oficial La Gaceta: 59 del Partido Liberal, 57 del Partido Nacional y 43 de Libre.
En el caso de los precandidatos varones, 225 competirán en noviembre: 69 del Partido Liberal, 71 del Partido Nacional y 85 de Libre. El porcentaje de las mujeres ganadoras equivale a un 41.41% y el de los hombres a un 58.59 % del total de 384 aspirantes que irán a las generales por estos tres partidos y en las que es posible que esa brecha se agrande.
En contraste, 159 mujeres de los tres partidos resultaron candidatas suplentes y 225 hombres candidatos suplentes en las primarias de marzo.
Los resultados en los municipios son todavía más preocupantes, solo 101 (11.3 %) mujeres competirán por la alcaldía, mientras que los hombres que irán a la contienda son 793 (89.7 %), según el análisis de Criteerio.hn
Ese porcentaje subió levemente con relación a las primarias de 2017, en las que las mujeres que quedaron como candidatas a una alcaldía representaban el 10.5 % y los hombres el 89.5 %.
UN CAMINO CUESTA ARRIBA
Cuando una mujer entra por primera vez a la política, el consejo departamental de los partidos políticos le asigna los municipios más distantes, con menos carga electoral y donde el partido no suele salir favorecido, dijo Julieta Castellanos. Ese ha sido uno de los hallazgos con respecto a las dificultades y obstáculos que enfrentan las mujeres que aspiran a cargos de elección.
Muchas no tienen vehículo para trasladarse y piden viajar con otros compañeros, pero, además, “les dan la palabra de último” en los eventos en los que tiene prioridad el político que llega de otro departamento, bajo argumentos como el de que está pagando helicóptero y tiene que irse a otra manifestación, señala también la socióloga.
“A ellas les dan la palabra de último y por lo tanto la gente ya se ha ido, quiere escuchar a los hombres, no a las mujeres”, agregó Castellanos. No obstante, algunos partidos sí se interesan por incluir a mujeres de las comunidades indígenas e identificar liderazgos que ellos saben que les pueden atraer votantes, indicó.
Conclusión: De las 60 (100 %) candidaturas a diputaciones al Parlamento Centroamericano (Parlacen) 21 (35 %) corresponde a mujeres y 39 (65 %) a hombres. En este nivel electivo el Partido Liberal tiene más candidatas con 8, que representan el 40 % de su planilla, seguido de Libre con 7 (35 %) y finalmente el Partido Nacional con 6 (30 %).
MEDIOS INVISIBILIZAN A LA MUJER
Otro de los grandes impedimentos que sufren las mujeres hondureñas en política es la escasa visibilidad que tienen en los medios de comunicación, particularmente en la televisión que es la principal plataforma de promoción.
Un monitoreo del Iudpas de 246 programas de televisión transmitidos entre el 28 de diciembre del año pasado y el 26 de febrero del presente halló que, de 655 personas participantes, entre dirigentes políticos, diputados, funcionarios o exfuncionarios, sociedad civil, dirigentes gremiales, académicos, cooperación externa e iglesias, 529 eran hombres y 126 mujeres.
En el caso de los funcionarios entrevistados, la relación entre hombres y mujeres fue de un 80 % a 20 % y la explicación es que “invitan más funcionarios hombres porque son los que tienen los cargos de dirección, los cargos de ministro”, sostiene Castellanos. Esto, pese a que la LIOM establece que el Estado “garantizará una real participación de mujeres calificadas en puestos ejecutivos de alto nivel, en las distintas instancias del sector público”.
Pero la disparidad de género golpea también en la sociedad civil, como se refleja en la televisión, donde casi el 85 % de las figuras más visibles fueron hombres y el 15 % mujeres.
A la par de estos resultados se determinó que los foros y debates en los medios son dirigidos también por periodistas hombres.
El Iudpas también monitoreó los espacios publicitarios transmitidos entre el 5 de febrero y el 3 de marzo en todos los canales de televisión y halló que de 80 candidatos 62 eran hombres y 18 mujeres.
“No es suficiente una ley de paridad y alternancia que, sin lugar a dudas, ha sido un gran avance, pero cuando vamos a ver las condiciones de participación nos damos cuenta que todavía hay mucho más por hacer”, concluye la socióloga.
Se trata de una “violencia muy sutil, en donde se nos dicen que podemos participar”, pero las condiciones con respecto a los hombres son abismales, reflexionó también la psicóloga y política, Isis Romero, quien moderó el foro donde fueron presentados estos datos. “Las leyes nos apoyan, pero la realidad que vivimos es totalmente diferente”, indicó.
El cumplimiento de la ley no siempre es claro, sobre todo cuando se trata de dinero.
Con las reformas electorales aumentó de un 10 % al 15 % el equivalente de la deuda política que se deberá transferir a los partidos políticos para usarse exclusivamente en la capacitación y promoción política de las mujeres.
Pero ese financiamiento “no lo hemos visto”, dijo la candidata a diputada por el Partido Nacional, Flor Ordóñez, quien resaltó la necesidad de que realmente se pongan a funcionar la comisión o las secretarías de la mujer dentro de los partidos políticos.
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La ley también dice que el 60 % de la deuda política se desembolsará a los partidos a más tardar quince días después de la convocatoria a elecciones.
“Esa deuda política tiene que repartirse en forma igualitaria a todos los candidatos de cada partido, yo no he visto eso”, dijo la candidata al Congreso, para quien es necesario “acercarse a las organizaciones que manejan ese tema para que nos asesoren” y poder competir en igualdad de condiciones con los hombres cuyos rostros predominan en las vallas publicitarias y la televisión.
“De lo contrario iremos en un retroceso”, dijo la aspirante por el partido oficialista.
Lo que la sociedad debe garantizar “son las condiciones materiales de participación” de la mujer, de modo que sean equitativas con respecto a los hombres y a las mismas mujeres que se encuentran en una situación de ventaja, dijo sobre este punto Julieta Castellanos.
BARRERAS ELECTORALES
Aunque las reformas electorales mandan aplicar “la trenza” en las planillas, es decir, alternar hombre y mujer o viceversa, este principio no aplica en las elecciones generales para los partidos que celebraron elecciones internas.
Para estos, que son los partidos mayoritarios, las planillas en las generales quedan integradas conforme a los resultados de las primarias y “en la cultura política hondureña los ciudadanos votan más por hombres, lastimosamente”, valoró el analista político Rafael Jerez.
Aquí es cuando entra en juego el cociente electoral, que es el que determina cuántas diputaciones ganó un partido político en las elecciones generales.
Para determinar el cociente, se suman todos los votos que obtuvieron los candidatos al Congreso Nacional de todos los partidos políticos participantes. Ese gran total se va dividiendo entre el número de diputados que por ley corresponde a cada uno de los 18 departamentos y el resultado que quede es el cociente electoral.
Luego, cada partido político suma el total de los votos que sus candidatos obtuvieron en cada uno de los departamentos para dividirlo entre el cociente, el resultado será el número de diputados que le corresponden.
“Por eso los partidos usan el voto en plancha”, dijo Jerez, ya que más votos significan más diputados, pero no más mujeres debido a que una gran parte habrá quedado eliminada de la contienda desde las primarias o el número de votos logrados en estas no les permitirá estar en las primeras casillas para ser incluidas con el cociente.
De hecho, según la oficial de programas del NIMD, Ana López, las mayores probabilidades para quedar en una diputación las tienen los candidatos que ocupan los primeros cinco o seis lugares de las planillas.
La ley tampoco obliga a los partidos que van a elecciones primarias a aplicar la alternancia en las nóminas de diputados suplentes y en las vicealcaldías, entonces estos terminan escogiendo el orden en el que van las mujeres y por lo general las colocan en lugares donde no tienen muchas posibilidades de salir, dijo Jerez.
Para cambiar el cociente electoral, la propuesta de la politóloga de nacionalidad argentina y española Flavia Freidenberg, quien ha estudiado el caso de Honduras, es regresar a un modelo de lista cerrada, compartió el analista Jerez.
De esta manera, el electorado no vota por candidaturas, sino que por los partidos y al obligarse a estos a respetar el principio de paridad y el mecanismo de alternancia “se elige prácticamente a un mismo número de hombres y mujeres”, explicó el analista.
Este sistema es parecido al que existía en Honduras hace unos veinte años, pero es difícil regresar porque se necesita una reforma “y porque los diputados cuando compiten individualmente reciben más financiamiento, entonces se perdería ese negocio”, señaló.
Pasadas las primarias, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) presentó un informe mediante el cual dio a conocer los montos invertidos por los candidatos. Las cifran van desde un millón hasta 13 millones de lempiras y todos los mencionados son hombres. (Descargue aquí el informe del Cohep)
En su estudio Reformas electorales y representación política de las mujeres en Honduras, Freidenberg recomienda, «sanciones claras y sin válvulas de escape» que obliguen de manera efectiva a los partidos a ubicar a las mujeres como candidatas propietarias a los cargos de representación popular.
«Los partidos hondureños juegan con las expectativas de las mujeres que quieren desarrollar una carrera política: les prometen recursos, apoyos y cargos, para luego no cumplir con sus promesas; capacitan a mujeres militantes para después no apoyarlas como candidatas, bajo la excusa de que deben seguir capacitándose y continúan empleando criterios poco meritocráticos y discriminatorios en la selección de candidaturas de las mujeres», afirma.
Y agrega que «prefieren mujeres de la familia o con vínculo cercano (esposas, hijas, hermanas) frente a las militantes, porque siguen pensando a esas mujeres como “suyas”, mientras que a las otras las ven “demasiado autónomas” como para «entregarles una cuota de poder».
“Para las mujeres en especial es muy duro ejercer la política”, dijo también Ana López a Criterio.hn. En parte, porque son quienes suplen las necesidades básicas de limpieza, de alimentación y de cuidados en el hogar y “romper esos esquemas cuesta mucho”.
Pero también por el temor a la exposición personal y a la violencia política, refirió.
En política, además, el poder todavía es asociado con los hombres y a las mujeres se las relacionan con la falta de experiencia, añadió.
“Tenemos un problema cultural” para ver a la mujer como líder, reflexionó López. De allí que, aunque haya intencionalidad de votar por ellas en las elecciones, al final eso no ocurre porque las ven débiles y como que no saben de política.
Conclusión: De las tres candidaturas a nivel presidencial que resultaron de las elecciones primarias, solo una corresponde a una mujer: Iris Xiomara Castro, candidata del Partido Libertad y Refundación (Libre). En este nivel electoral las planillas están integradas por el 50 % de mujeres y 50 % de hombres, sin embargo, la proporción se reducirá estrepitosamente en las elecciones generales de noviembre con la participación de los restantes once partidos políticos que no practicaron elecciones primarías, porque no llevan a ninguna mujer y porque las candidaturas independientes que buscan su inscripción, también son hombres.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas