Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa.- La coordinadora de la frontera sur en la Casa Blanca, Roberta Jacobson, envió un mensaje a los presidentes centroamericanos que no estén comprometidos con el combate a la corrupción.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca, aseguró que ni un dólar de los 4 mil millones que el gobierno de Joe Biden planea entregar al Triángulo Norte, Honduras, Guatemala y El Salvador, durante los próximos cuatro años irá a parar a las manos de los presidentes.
“Nada del dinero que queremos obtener del Congreso y de los contribuyentes de EE.UU. irá a los líderes de esos Gobiernos”, dijo la funcionaria.
Sus declaraciones coinciden con las acusaciones que la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York ha hecho contra el gobernante Juan Hernández, en el marco del juicio por narcotráfico que se le realiza a Geovanny Fuentes. Según los fiscales del caso, Hernández ayudó a Fuentes a traficar toneladas de cocaína a los Estados Unidos.
Según Jacobson, Washington quiere que la mayor parte de esos fondos vayan a oenegés, organizaciones internacionales e instituciones religiosas que trabajan directamente con la población a la que se busca ayudar y que al carecer de oportunidades emigra hacia los Estados Unidos.
La funcionaria no se refirió al tema de Hernández pero reiteró que Biden prefiere a las organizaciones de la sociedad civil en vez de los gobiernos para confiar esos recursos.
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“Trabajaremos con los funcionarios con los que podamos trabajar, pero creo que es muy importante que estos países hagan compromisos muy explícitos para avanzar en la lucha a la corrupción, sabemos que en algunos países eso será difícil”, agregó.
Sin mencionar a Hernández, Jacobson dijo además que “si tienes funcionarios sobre los que pesa una nube, entonces creo que necesitamos trabajar con las organizaciones que podamos en esos países”.
La Alianza de Prosperidad para el Triángulo Norte fue aprobada durante el gobierno de Barack Obama luego de la crisis humanitaria generada en 2014 por miles de menores no acompañados que buscaban llegar a Estados Unidos.
El propósito de esas ayudas, que fueron suspendidas por Donald Trump, era atacar las raíces de la migración, entre ellas la pobreza y la violencia.
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