Tegucigalpa, Honduras. – La espiral de violencia que afecta a las mujeres y niñas hondureñas requiere, además de un abordaje integral desde la institucionalidad del Estado, un fuerte trabajo comunitario, en donde se involucren hombres y mujeres.
Para Luz Mendoza, voluntaria de salud, en la colonia El Manchen, en Tegucigalpa, capital de Honduras, el empoderamiento de la mujer, es primordial para cambiar la normalización de la violencia que además es alimentada a través de redes sociales y medios de comunicación. “Las mujeres debemos empoderarnos y desarrollar el amor propio para no permitir ningún tipo de maltrato”.
En ese sentido, Luz Mendoza, expresó a Criterio.hn que las mujeres han sufrido históricamente por los ciclos de violencia que tienen su génesis en la sociedad machista y patriarcal. “hemos sido vulneradas desde que estamos en el vientre de nuestras madres, despreciadas y discriminadas”,
La Violencia Basada en Género (VBG), de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se refiere a todos los actos dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en razón de su género.
Además, señala que tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas. El termino Violencia de género, se utiliza principalmente para subrayar el hecho que “las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan a las mujeres y niñas en situación de riesgo frente a múltiples formas de violencia”.
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TRABAJO INTEGRAL COMUNITARIO
La Violencia Basada en Género, tiene graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre las mujeres y las niñas, tanto a corto como a largo plazo.
Por ello, Ana Ruth García, coordinadora de Ecuménicas por el Derecho a Decidir, consideró que se deben implementar estrategias de prevención de la violencia donde el principal actor sea la comunidad.
De igual manera, para la defensora de derechos humanos, dichas estrategias deben ser integrales, es decir, abordar aspectos psicológicos, trabajo social, salud y educación para la integración de redes de mujeres porque “este país, con relación a la violencia de género, se lleva el primer lugar”.
Actualmente, la Iniciativa Regional de Centroamérica (CARI) ha implementado el modelo comunitario para la prevención y respuestas a la violencia basada en genero desde el sistema de salud local en Tegucigalpa y San Pedro Sula.
Desde el sistema sanitario, el trabajo con la comunidad de acuerdo con el médico Gilberto Ramírez, jefe de la Región Sanitaria Metropolitana del Distrito Central, es “una puerta de entrada y una mano más cercana a la población”.
Desde ese punto de vista, Gilberto Ramírez, consideró que el trabajo desde los centros de salud, permite desarrollar redes de apoyo y de protección para las mujeres y niñas victimas de violencia de género.
PROTOCOLO DE ATENCIÓN A VÍCTIMAS SIN SER SOCIALIZADO
La violencia de género puede tomar muchas formas entre ellas la violencia de pareja, violencia sexual, matrimonio infantil, mutilación genital femenina.
En Honduras, la violencia sexual es uno de los flagelos que afectan principalmente a las niñas, según el Observatorio Nacional de la Violencia, la edad de mayor riesgo de ser víctima de violencia sexual es de 10 a 14 años de edad.
En diciembre de 2022, la Secretaría de Salud, anunció la aprobación del Protocolo de Atención a Víctimas de Violencia Sexual. Sin embargo, en el sistema de salud aún falta mucho camino por recorrer de acuerdo con las organizaciones de mujeres, quienes consideran que es uno de los principales exponentes de la violencia de género, debido a que todavía no se implementa ni socializa dicho protocolo.
En ese sentido, Ana Ruth García, señaló que no se ha implementado un abordaje especifico para dicha implementación. “Todavía estamos esperando que la Secretaría de Salud arranque con la socialización del protocolo, sólo se han realizados intentos y pequeñitos esfuerzos”, enfatizó.
Adema, la también pastora y defensora de derechos humanos, denunció que, en el principal centro asistencial a nivel nacional, el hospital Escuela, el personal medico desconoce dicho protocolo de atención. “invitamos a que el protocolo sea socializado en todo el sistema de salud publica y que lo apliquen” enfatizó Ana Ruth García.
Honduras, de acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) es el segundo país con la tasa más alta de embarazos, de niñez y adolescencia. El país centroamericano registro 89 embarazos por cada 1,000 niñas de entre 15 a 19 años para el año 2021.
Además, actualmente se vive una ola de muertes violentas de mujeres y femicidios, en los primeros 12 días de 2024, ya se registran 15 mujeres asesinadas.
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Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas