“La Universidad en tanto bien público es hoy un campo de enorme disputa. Más o menos lo mismo sucede con el Estado. La dirección que tome la reforma de la Universidad será la misma que tome la reforma del Estado”. Boaventura De Sousa Santos
Por: Javier Suazo
Los análisis de prospectiva buscan, a partir de la realidad observada, visualizar cómo será el futuro si la realidad no cambia, pero también que intervenciones o acciones deben ejecutarse por actores diversos para que ese futuro sea menos malo que el actual, en caso de que no existan cambios estructurales profundos y sigamos igual. En el caso de la pandemia Covid-19 y la llegada de la vacuna, esperamos que el futuro post pandemia sea mejor que la realidad observada y vivida antes de ello; es decir, esperamos volver a una situación “normal” que, en el caso de la mal llamada periferia latinoamericana, es de dependencia, sobrexplotación de los recursos naturales y trabajo, hambre, autoritarismo y violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
Es un futuro probable de “no cambio” de la situación previa a inicios de 2020, pero además puede suceder que el futuro traiga consigo otros problemas que agraven dicha situación. Uno de ellos es el debilitamiento de la organización gremial y social, por la vigencia del teletrabajo y la educación en línea, especialmente cuando se trata de educación secundaria y universitaria.
En el caso de Honduras y gran parte de países latinoamericanos, la pandemia del Covid-19 ha posibilitado la vigencia de un sistema de educación universitario en línea, que ha tenido algunos logros, pero que los costos son muy altos para la economía y población. El principal logro, es la motivación ejercida a los docentes para innovar y adecuar gran parte de los contenidos de las asignaturas a esta modalidad virtual, aunque se han sobrecargado aulas con un mayor número de alumnos, multiplicando el trabajo de los docentes que después de tener menos de 8 alumnos, hoy tienen más de 30 alumnos.
Se habla incluso que los docentes pueden manejar más de 100 alumnos por clase, utilizando las plataformas virtuales, lo que implica que no todas las horas clases serán cubiertas por conferencias y charlas entre docentes y alumnos, y será evidente el ausentismo de las clases.
La educación virtual ha significado un aumento en los gastos de los hogares que tienen que estar conectados al demandarse su puntualidad en las conexiones vía celulares e internet. Se argumenta por miembros del Consejo Universitario que este costo es marginal, ya que las familias y alumnos no tienen gasto de autobús ni de alimentos al no movilizarse desde sus hogares a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) por la exigencia de educación presencial, pero se dice poco de despidos y pérdidas de empleo y negocios por el confinamiento y la crisis económica, donde muchos jóvenes han tenido que regresar a sus hogares en el interior del país, ya que sus padres no pueden mantener sus estadías en los centros poblados urbanos.
Entre el primer y segundo periodo académico de 2020, la matrícula universitaria en la UNAH disminuyó en un 19.9%, o sea en 18,144 alumnos (as), atribuido principalmente a la pandemia, más que a las huelgas y toma de edificios. En el centro universitario localizado en la ciudad de San Pedro Sula, la merma fue de 22.1%, unos 4,009 alumnos (as). (diario el heraldo, cifras preliminares con base a UNAH).
Se le ha prestado poca atención a la calidad de la enseñanza en las aulas virtuales, en tanto los maestros no pueden mantener el mismo ritmo de asistencia y optan por impartir clases en ciertos días de la semana y el resto lo utilizan para que los alumnos puedan elaborar informes y cumplir con las tareas asignadas. Ello genera un problema ya que, en el caso de asignaturas que ameritan la presencia del maestro en un 100%, no llenan los requisitos exigidos, y se opta por impartir lo básico sin que se profundice en los temas.
La UNAH también enfrenta un rezago en el cumplimiento de las responsabilidades salariales a los maestros, especialmente a los profesores por hora que han sido los más afectados. En la Facultad de Ciencias Sociales, la mayor parte de los profesores por hora tienen hasta 5 meses de no recibir su salario, aun cuando exista evidencia que las clases fueron impartidas y los alumnos se manifestaron conformes con el desarrollo de los contenidos temáticos. Y esta es una práctica vieja que las autoridades universitarias no han podido corregir, ya que en periodos normales a este tipo de profesores se les paga hasta el final del trimestre y no se les reconocen los derechos adquiridos en lo que respecta a la antigüedad y pago de salarios. Hay profesores por hora que tienen más de 6 años de impartir sus clases, pero que las autoridades no quieren reconocer su antigüedad ni el derecho a ser empleados como profesores a tiempo completo.
Ello es de conocimiento del Ministro de Finanzas, Marco Midence, que se ha comprometido a erogar 6,000 millones de lempiras para el pago de los sueldos de los empleados públicos y aguinaldos, pero, al parecer, los profesores por hora no entran en la categoría de empleados públicos.
La UNAH también tiene problemas para reconocer los derechos de los docentes en cuanto a la afiliación y cotización a regímenes de protección y aseguramiento social. Hay una gran cantidad de docentes que no saben todavía cuánto es lo que tienen ahorrado por concepto de deducción salarial para mantener operando el Instituto de Previsión Social.
Otra deuda es con la comunidad universitaria y pueblo en general, ya que el Consejo Universitario no ha podido aún integrarse con docentes, alumnos y gobierno, por lo que las decisiones son tomadas, en la práctica, por las autoridades universitarias en funciones, muchas de ellas ya cesaron en sus cargos y están operando en forma arbitraria. El Rector de la UNAH está de acuerdo con que la elección se haga ya, pero un grupo de funcionarios del llamado “lado oscuro” se oponen y quieren seguir en el poder.
Pero la deuda mayor viene dada por las debilidades en los análisis de prospectiva y de escenarios futuros. Aunque las ciencias sociales como la economía y sociología tienen mucho que aportar, no se hacen. A lo interno, la vuelta a la normalidad puede significar seguir con las mismas prácticas administrativas y manejo de personal. Es de esperar que después de la vacuna volvamos a la normalidad, o algo peor. La UNAH debería trabajar en estas investigaciones, tal como los hacen otras universidades, y no quedar de nuevo en la cola, más aún cuando se habla de la elaboración y aprobación de un Plan de Reconstrucción Nacional de Largo Plazo.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas