Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa.- Esperar que un cambio político en Honduras dependa del resultado electoral en Estados Unidos sería erróneo, pero sí aporta condiciones para que el pueblo, grupos de la sociedad y la oposición, desde la derecha a la izquierda, integren un frente amplio con un candidato presidencial por consenso que, con el respaldo de al menos 50 congresistas norteamericanos de origen latino que combaten la corrupción, logren modificar el statu quo en el país.
Lo que no variará en la política exterior norteamericana es la defensa y protección de los intereses de empresas corporativas y extractivista, señaló el historiador hondureño Guillermo Varela Osorio acerca de las posibles repercusiones políticas del triunfo demócrata en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre anterior en Estados Unidos.
Guillermo Varela Osorio
El gane de Joe Biden y de los demócratas fortalece a un sector de la clase política estadounidense interesado en velar por que los impuestos de los ciudadanos no se utilicen en sostener gobiernos señalados de corrupción, de violar los derechos humanos y que no respetan la división de poderes del Estado.
“Se trata de un grupo importante de congresistas y senadores latinos que no apoyan a regímenes putrefactos como el nuestro”, indicó.
Una evidencia del cambio de reglas del juego geopolítico estadounidense en el país es lo que sucedió el año pasado con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, que rechazó reunirse con el gobernante Juan Hernández y con los titulares del Poder Legislativo y Judicial.
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“Eso fue algo muy simbólico y de alguna manera expresa ese rechazo a un gobierno tan putrefacto como el nuestro pues allá, a ellos, eso les afecta con la migración indocumentada y eso es algo que la nueva administración lo va a replantear”, subrayó el docente de la UNAH.
Pero lo más importante es lo que aquí se haga y se logre hacer y si un apoyo externo puede haber depende de lo que aquí internamente se haga, pues un cambio en el poder abre un mínimo de apertura para el no sostenimiento del régimen como lo dio la embajadora anterior, Heidi Fulton, que fue descarado, enfatizó.
Esa conjunción interna fuerte con una mejor voluntad política desde allá a la que actualmente domina que cierra los ojos a lo que está ocurriendo acá.
Aquí se necesita una movilización potente, incluso de la clase política tradicional que por un momento dejen de pelearse y se fijen el objetivo mínimo político de restaurar el Estado de derecho como condición ineludible para generar empleo, aliviar tantos lastres que se arrastran desde hace 10 o 15 años y permitirá recuperar la esperanza de transitar por una senda menos incorrecta y corrupta.
“Aquí no se va a lograr nada si no se conforma un frente amplio electoral o como quieran llamarle porque el partido de gobierno ya ha hecho todo por atomizar una oposición y que más queda que unirlos, coaligar a sectores contrarios”, sostuvo el investigador de historia.
La experiencia del Movimiento de Renovación Nacional, (MORENA), que catapultó a Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, fue un abanico de izquierda que obtuvo una votación masiva que incluyó a sectores de derecha y eso no fue óbice, pues más bien sumó para que cualquier tipo de intento de fraude no se hubiera dado.
Lo mismo sucedió en Bolivia, donde lo masivo de la votación llevó a la presidencia al candidato del Movimiento al Socialismo y no lo que pasó aquí en Honduras la madrugada del 25 de noviembre de 2017, cuando se habló de la ventaja de la Alianza de Oposición, pero no fue suficiente para evitar las maniobras fraudulentas que la misma OEA reconoció.
Y si se observa objetivamente que hay un movimiento fuerte para formar ese frente político con un solo candidato presidencial de consenso, le aseguro que no sería una victoria con el 60% sino que del 70% al 75 de los votos.
“Con todos los problemas internos que ya tiene Estados Unidos, el Covid-19, las políticas duras antinmigrantes, la extensión del muro fronterizo hasta Guatemala y la conjunción de factores internos en Honduras, las condiciones están dadas para que se dé un frente amplio en el país”, concluyó Varela.
El 13 de marzo de 2021 liberales, nacionalistas y Libre van a elecciones internas y primarias como parte del proceso electoral que culminará en noviembre de ese año, con elecciones generales previstas con una ley electoral, padrón electoral y documento de identidad nuevos. Aunque sin segunda vuelta electoral ni voto electrónico, las demandas más recurrentes de la sociedad canalizadas por una débil y fragmentada oposición en el país.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
3 respuestas
Parece que en Honduras no se han enterado del fraude electoral perpetrado por parte del partido demócrata para que ganase este señor con demencia senil.
CONSENSO….
No confundir con borrón y cuenta nueva, “GUILLOTINA” para la corrupción .
“El gane de Joe Biden y de los demócratas fortalece a un sector de la clase política estadounidense interesado en velar por que los impuestos de los ciudadanos no se utilicen en sostener gobiernos señalados de corrupción, de violar los derechos humanos y que no respetan la división de poderes del Estado.”
Es este hombre perdido o cree en la desinformacion que pasa como narrativa.