Por: Redacción CRITERIO
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Tegucigalpa.-Un nuevo enfrentamiento a la interno del Partido Libertad y Refundación (Libre) se evidenció en las últimas horas, cuando trascendió que el diputado Rasel Tomé estaría gestando un movimiento a lo interno de este instituto político, para quitar al expresidente Manuel Zelaya de la presidencia de la bancada.
Medios de comunicación informaron la noche de este martes que un grupo de 16 diputados pretendían “descabezar” a Zelaya como jefe de bancada de esa agrupación política, porque no puede seguir manejando los asuntos a control remoto.
Lo curioso es que la versión no se acreditó a nadie, más que a un diputado, cuyo nombre se escondió, supuestamente porque él así lo pidió para no entrar en conflictos.
Según las versiones de la prensa acreditadas al supuesto parlamentario, “la nueva jefatura de bancada de Libre será conciliatoria y propositiva y se apartará de la confrontación para que se le deje de tildar de ser un partido violento y promotor del odio y de la división en la familia hondureña”.
RASEL TOMÉ
Trascendió que el diputado que se perfilaba como jefe de bancada, era Rasel Tomé y como subjefe el periodista y diputado Esdras Amado López.
Pese a que Tomé negó las versiones de la prensa, la diputada por Cortés, Scherly Arriaga, denunció en su cuenta de Twitter que su compañero, al igual que Esdras Amado López, Edgardo Castro, Aida Reyes y Alejandra Mancía, le quieren dar “golpe a Mel como jefe de bancada”.
“No hay ningún ataque al CG Mel Zelaya de mi parte, al contrario esperamos su pronta recuperación”, posteó en su Twitter Tomé, al tiempo expresó su deseo por un debate democrático y normal en la bancada.
El expresidente hondureño y coordinador general de Libre, se encuentra en proceso de recuperación en México, luego de haber sido sometido el pasado 15 de septiembre, a una cirugía para reemplazar de urgencia una prótesis femoral.
En las elecciones de noviembre de 2013, siendo su primera participación en una contienda, el Partido Libre, logró alcanzar 37 diputados, sin embargo poco a poco ha ido perdiendo su membresía, a tal grado que seis parlamentarios han desertado de sus filas; dos de ellos se fueron al Partido Democracia Cristiana y los cuatro restantes crearon una peculiar bancada independiente, que al igual que los demás desertores se pliegan a los interés del Partido Nacional.
