Redacción: Marcia Perdomo
Fotos: Red Nacional de Defensoras de DD. HH. en Honduras
Tegucigalpa.- La impunidad es la compañera impuesta desde el Estado en los crímenes contra las y los defensores de derechos humanos y la tierra en Honduras. Este sábado 27 de agosto se cumplen ocho años del asesinato de Margarita Murillo sin que la justicia haya tocado aún a los autores del crimen.
Pese a la negligencia mostrada por los entes de investigación estatales, desde los movimientos sociales se sigue alzando el grito que exige justicia y el cese de la histórica impunidad que protege a quienes asesinaron por la espalda a Murillo.
Así lo expuso mediante un comunicado su familia, el Foro de Mujeres por la Vida, el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC-SJ), la Clínica de Derechos Humanos en Acción del Instituto de la Promesa de los Derechos Humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), la Coalición Contra la Impunidad (CCI) y la Red Nacional de Defensoras de DD. HH. en Honduras.
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Las organizaciones señalan que Murillo “fue una incansable defensora de derechos humanos y la tierra”, así como “fundadora de La Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC) en los represivos años ochenta; participó en la fundación del partido Unificación Democrática, fue parte de la coordinación del Foro Social del Valle de Sula, y una de las fundadoras del Frente Nacional de Resistencia Popular. Sus incansables luchas fueron sinónimo de señalamientos, estigmatización, persecución y criminalización para ella y su familia”.
Una vida de luchas, búsqueda de justicia y resistencia ante la inequidad contra los pueblos. “Sembradora incansable de luchas, coherencia, amor, valentía por una Matria libre, justa y digna para todas y todos”, describen una existencia que fue apagada a los 55 años.
En este aniversario, las organizaciones y ciudadanía recordaron y exigieron al Estado de Honduras y sus instituciones dar cumplimiento a su obligación de “garantizar investigaciones que sean prontas, efectivas, exhaustivas”, al realizar su pronunciamiento frente a las oficinas del Ministerio Público en San Pedro Sula.
Por su parte, el sacerdote Ismael Moreno, director de Radio Progreso y del ERIC-SJ, recordó el legado de lucha, organización social y política que dejó la lideresa. “Su muerte sigue doliendo como punzadas al corazón”, afirmó. A la vez que pidió un alto a la impunidad que ha rodeado el caso.
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La Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras junto a otras organizaciones realizaron una serie de movilizaciones en las vísperas del aniversario del crimen.
La abogada del ERIC-SJ, Keyla Canales, manifestó a medios de comunicación que son muchos años reclamando justicia y las irregularidades que rodean siguen sin ser investigadas. También recordó el asesinato de la Fiscal Especial de Delitos Contra la Vida, Marlene Banegas, y la Fiscal del Medio Ambiente, Olga Eufragio, en los primeros meses del asesinato de Murillo.
Banegas era la fiscal asignada al caso del asesinato de Murillo y de acuerdo a la hija de la luchadora social asesinada, Kenia Murrillo, la acusadora pública se comunicó con ella para agendar una reunión en relación a los avances en la investigación.
No obstante, Banegas y Eufragio fueron asesinadas antes de que la reunión ocurriese, y las pruebas fueron declaradas por el Ministerio Público como extraviadas. A lo largo del proceso ha habido al menos cuatro fiscales asignados y cada cambio es acompañado por un retraso de seis a ocho meses, denunció Kenia Murillo el año pasado en el podcast de Sergio Bahr, Vivir En Xibalba.
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La extinta fiscal Marlene Banegas fue una de dos personas cuyos nombres fueron mencionados durante el juicio contra Geovany Fuentes Ramírez en Nueva York, sentenciado a cadena perpetua más 30 años por delitos conexos al narcotráfico.
De acuerdo al excontador de Graneros Nacionales, identificado bajo el seudónimo de José Sánchez, él entregó a la fiscal Banegas y a Cristian Ayala Vigil, hijo del subcomisionado de policía Edgardo Ayala López, un video a cada uno, que mostraba al expresidente extraditado a Estados Unidos por narcotráfico, Juan Orlando Hernández, recibiendo sobornos de Geovanny Fuentes.
Tanto Banegas como Ayala Vigil fueron asesinados. La primera el 10 de octubre de 2014 en la avenida Circunvalación de San Pedro Sula y el segundo el 4 de junio de 2015 en El Progreso, Yoro.
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