Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa. –Las señales que el sistema político, con la falta de reformas electorales y de una nueva ley electoral, está enviando al mundo como al resto de la sociedad podrían afectar el proceso de reconstrucción sostenible que requiere el país, coincidieron los economistas Hugo Noé Pino y Julio Raudales.
Se requerirá de un pacto social de diferentes fuerzas, empresarios, gobierno, academia, obreros, campesinos, iglesias, marchando todos en la misma dirección y reduciendo los grados de polarización que hay actualmente.
Pero, qué puede garantizar en un inicio que vaya en esa dirección, las elecciones transparentes, democráticas y participativas, pero si hay alguna intención del gobierno de la república de tratar de jugar con cartas bajo la mesa la situación de Honduras se tornará sumamente difícil y conflictiva manifestó Noé Pino, expresidente del Banco Central de Honduras (BCH) y aspirante a diputado por Libre.
Hugo Noé Pino
De darse la continuidad del régimen “es meterle fuego a Honduras y prolongar eso más allá de enero de 2022 podría crear conflictos políticos de gran envergadura en el país”, aseveró.
Sobre la pasividad social y el carácter aguantador “y que nada va a pasar con el hondureño, no daría mucha confianza a estas cuestiones”.
He visto en diferentes momentos expresiones en las cuales la gente realmente quiere vivir en democracia y no en el simulacro en que hemos estado hasta ahora; ya es notorio que en los grados de tolerancia se dan expresiones de que la gente quiere vivir en democracia y no lo que se ha estado dando hasta ahora.
La desconfianza ciudadana en los recientes endeudamientos externos adquiridos por el gobierno viene de la impunidad de casos como Pandora, el desvío de 288 millones de lempiras de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) y el fraude de los hospitales móviles en Invest-H, al punto que hay proyectos de cooperación externa que se ejecutan sin intervención del gobierno.
Quien gane las elecciones tendrá una tarea muy difícil; encontrará una deuda que subirá del 50 al 60% del PIB, con el 25% del presupuesto destinado al pago de esa deuda por lo que se necesitará de un pacto social entre distintas fuerzas y marchando en la misma dirección, y un inicio para eso son elecciones democráticas y transparentes y eso no es fácil, señaló el economista.
El nuevo gobierno de Joe Biden vigilará la institucionalidad en la región, pero las señales no son buenas, no hay ley electoral, no hay reformas electorales y existen denuncias contra el censo electoral.
Y con esas luces lo peor que le puede pasar a Honduras sería un proceso político que depare en mayor polarización para el país, apuntó.
Sobre el nuevo Presupuesto General de la República que reformula el legislativo, Pino cuestionó que fue formulado como si nada ha pasado y si se aprueba sin debatirlo perderá la calidad de instrumento de desarrollo de un país.
Julio Raudales
De su parte, el economista Julio Raudales sostuvo que las señales de limpieza electoral son bastantes inciertas y dejan lugar a la incertidumbre.
Señaló que difícilmente el país logrará un crecimiento adecuado de su economía a menos que hubiera mayor gobernanza y políticos comprometidos en procesos de largo plazo, transparentes y sin pensar en las elecciones para la permanencia en el poder.
Con respecto al presupuesto que reformula la cámara legislativa indicó que preocupan las inflexibilidades de este.
Me preocupan partidas como los 48 mil millones de lempiras para el pago de la deuda externa y los 42 mil millones de lempiras de deuda pública, “semejante esfuerzo no da espacio para la inversión pública y ante esto es necesario revertir lo que se ha venido haciendo los últimos 50 años”, concluyó.
Ambos analistas concluyeron que el informe de daños en Honduras por Eta e Iota de la CEPAL, serán de mucha utilidad para que el gobierno tenga claridad en los objetivos de la reconstrucción, pero que ojalá que los recursos, que están llegando con facilidad al país, sean limpia y transparentemente bien utilizados.
