Por: Roger Marín Neda
Entre líneas.
Desde sus 25 años de servir a Honduras dando apoyo crítico a sus presidentes, esta columna felicita a la presidenta electa, doña Xiomara Castro.
En el tono del artículo anterior, la señora ha enchutado. Eso no quiere decir, en igual tono, que haya ganado, y menos aún que haya ganado el país. Esos triunfos son posteriores al juego, y hay que tallarlos a mano, entre todos, bajo firme liderazgo presidencial.
El país espera señales prontas de autoridad, realismo y humildad, que aportarían decisivo apoyo político. Durante la Roma clásica, cuando un general ganaba una guerra trascendental, el Senado autorizaba un pomposo desfile militar, encabezado por el general victorioso. En el carruaje principal, alguien sostenía una corona de laurel sobre la cabeza del general, y le repetía con frecuencia: “Sic transit gloria mundi” (así pasa la gloria del mundo). Era una disimulada advertencia del Senado: “Así pasará tu gloria. Que no se te suba a la cabeza, porque podrás perderla.”
Sería un fatal error asumir que el triunfo confiere a Libre poderes totales de partido invencible, que podrá decidir a su antojo. Ganó una coalición, en la que, para el caso, la sustancial contribución de Nasralla no puede ser ignorada, como tampoco el mensaje de millares de liberales que desoyeron a Yani. Hubo muchísimos votos de nacionalistas que nunca apoyaron la corrupción ni el atropello institucional. Votaron como acto de contrición, por haber permitido el secuestro de su partido y la exclusión de sus líderes naturales. La generala debería entender el mensaje implícito de sus aliados.
La coalición podría ser un primer paso hacia la concertación social. Por eso son imperativas decisiones enérgicas desde ahora. Seamos honestos: ella ganó a pesar de ser mujer, en una cultura rural de incorregibles machos y mujeres subestimadas. Demostrar que ella está al mando, que escuchará pero no permitirá otras manos en el timón, no es cuestión de preferencia personal; tiene la mayor importancia política para el país y la gestión presidencial.
El problema es real, y es más realista atajarlo que combatirlo después. Algunas decisiones críticas confirmarían de paso que los votantes enchutaron. Una es investigar los montos y las redes de la corrupción. Convencería traer de nuevo a la MACCIH para que haga esa auditoría, forense y pública. Se demostraría que las cosas van en serio.
Dos medidas más rematarían el mensaje: una comisión de juristas que prepare la derogatoria de las reformas legales facilitadoras y protectoras de la corrupción y de la impunidad; y otra comisión similar para derogar las leyes de las ZEDES, indicando que no hay en tal rectificación prejuicio ni ignorancia de posibles beneficios, sino la determinación de que ningún paso al desarrollo se dará al precio de la soberanía nacional. Si ambos proyectos de ley precedieran la primera sesión del Congreso Nacional, el Senado tendría su respuesta: la generala no busca gloria, sino recuperar la dignidad, la decencia, el orgullo y el futuro de la nación, en alianza con las fuerzas políticas más constructivas.
Tegucigalpa, 02 de diciembre, 2021
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
2 respuestas
Doña Xiomara deberá estar consciente que LIBRE no la ha llevado a ese cargo, ha sido el pueblo hondureño que está cansado de tanta corrupción y abuso de poder de este malnacidos que ha llegado ilegalmente a ese cargo, por consiguiente doña Xiomara debe hacer a un lado intereses de partido y trabajar por los intereses de los botamos por el cambio.Si nos falla, también sé irá.
Totalmente de acuerdo