Por: Kelly Ortez
Edición: Emy Padilla
Fotos: Horacio Lorca
En plena etapa de sequía y canícula, el gobierno aseguró que se están implementando medidas de mitigación, sin embargo, los productores abordados por Criterio.hn, aseguraron que no se han visto beneficiados por los programas. Don Juan en la zona sur, perdió sus siembras de maíz y don Héctor en la zona occidente optó por no sembrar para no arriesgarse a perder los cultivos; esa falta de cosechas podría agudizar la inseguridad alimentaria en Honduras y encarecer el precio de los alimentos porque estos deberán ser importados.
Tegucigalpa. – La sequía: el eterno problema en Honduras. Es probable que, para esta misma fecha, pero de 2024 volvamos a hablar de escasez de agua a causa de la sequía en el país, debido a que los funcionarios y tomadores de decisiones en Honduras se les olvida fácilmente la crisis del año anterior y no toman medidas necesarias para mitigar las consecuencias que produce el fenómeno y, que deja una afectación en distintos sectores, sobre todo en el agrícola.
Pese a las advertencias climatológicas, cada año el país afronta las graves consecuencias de la escasez, quienes más sufren son los campesinos que pierden sus cosechas, como es el caso de don Juan Cruz, un agricultor, residente en el municipio de Pespire, departamento de Choluteca, zona sur de Honduras.
El hondureño de 75 años narró que sembró su primera cosecha de maíz en una parcela en la aldea El Espinal, municipio de Pespire. Contó que invirtió el dinero que le brindaron sus hijos para realizar la siembra de maíz y, como cada año, esperaba tener una cosecha.
Sin embargo, en junio reportó la pérdida de la siembra debido a la falta de lluvia. Él es consciente que ahora deberá recurrir a comprar ese grano, que en años anteriores les bastaba para sobrevivir todo el año e incluso para suplir a sus cinco hijos y sus familias.
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El pasado 16 de junio el gobierno de Honduras, a través del Comité Permanente de Contingencias (Copeco), decretó alerta roja –por tiempo indefinido-, para 140 de los 298 municipios del país, alerta amarilla para 101 municipios de la zona norte y alerta verde para 57 de Gracias a Dios, Cortés y Ocotepeque, debido a la sequía causada por el fenómeno del “Niño”.
Entre los municipios en alerta roja se encuentra Pespire, donde radica don Juan, quien contó que ha sufrido en carne propia las consecuencias de la sequía.
El campesino confió a Criterio.hn que, invirtió 10, 000 lempiras (USD 406) para la compra de granos, abono y fertilizantes para la siembra de maíz, sin embargo, esa inversión se perdió, “otros años ha sido diferente si se ha sentido el calor y la falta de lluvia, pero este año si fue peor”, expresó don Juan.
Al ser consultado sobre si recibió alguna ayuda por parte de entes gubernamentales relacionados al rubro de la agricultura, dijo que no y agregó “los sistemas de riego son caros y no se pueden adquirir fácilmente”.
Sobre los llamados “bonos tecnológicos”, que proporciona la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), respondió que tampoco es beneficiario, lo único que conoce es que los entregan a través de una cooperativa.
La respuesta de don Juan denota que realmente desconoce de qué se trata el “bono tecnológico” porque este consiste la entrega a cada campesino de 20 libras de semilla de maíz, 40 libras de frijol, fertilizante urea y formula 12-2412 y un kit fitosanitario.
La SAG ha informado que la inversión en el bono tecnológico para 2023 es de 1,000 millones de lempiras, que representa 300 millones de lempiras más con relación al 2022.
Con la entrega del bono el gobierno proyecta beneficiar a 300 mil pequeños productores durante este año y lograr una producción de 5.5 millones de quintales de granos básicos.
Dos factores claves para entender a qué se debe la sequía en Honduras son: la canícula y el fenómeno del Niño, el primero se refiere a la temporada del año en la cual el calor es más fuerte, el segundo es el evento característico por el aumento de la temperatura por encima de lo normal, Honduras ya está afrontando ambos, según informaron los entes encargados de las condiciones atmosféricas.
DURACIÓN DE CANÍCULA Y FENÓMENO DEL NIÑO
Desde la primera semana de julio se empezaron a sentir los efectos de la canícula en varios sectores del país, especificó el director del Centro Centro Nacional de Estudios Oceanográficos y Atmosféricos (Cenaos), Francisco Argeñal.
El funcionario destacó que la canícula se reportó de manera oficial en el país desde el ocho de julio, sin embargo, aclaró que la presencia del fenómeno no significa que no vaya a llover, pero que, en caso de presentarse lluvias, estas serán menores en relación a años anteriores.
El especialista en climatología detalló que los departamentos con mayores afectaciones serán: Francisco Morazán, El Paraíso, Choluteca y Valle. Pero, la mayor afectación se reportará en Francisco Morazán y El Paraíso, donde se pronostica menor cantidad de lluvia.
En este sentido, el jefe de Alerta Temprana de Copeco, Juan José Reyes detalló que la canícula iniciaría en los primeros días de julio y culminará la última semana de agosto de 2023.
Este campesino, en el departamento de Intibucá, puede cosechar aún en sequía porque cuenta con sistema de riego, no por la ayuda del gobierno, sino por la presencia de organizaciones no gubernamentales en la zona. (Foto: Horacio Lorca-Criterio.hn).
Aunque en el pasado se ha demostrado que programas como los reservorios de agua no han sido funcionales, el funcionario manifestó que Copeco se encuentra en el proceso de identificación para la construcción de estas obras, para que la poca agua de julio pueda ser utilizada en zonas agrícolas y así minimizar la posibilidad de inseguridad alimentaria.
“Hemos venido trabajando en la apertura de pozos en los departamentos de Santa Bárbara, El Paraíso y Choluteca dándole prioridad al corredor seco”, expuso Reyes.
Pese a que en Copeco aseguren estar tomando las medidas de previsión para enfrentar la ausencia de lluvias, los agricultores resienten y desconocen lo que afirma el gobierno.
“No se escucha una inversión en la captación del recurso del agua, de hecho, un informe del Banco Mundial recomienda que para que Honduras tenga mayor resiliencia se debe invertir en cuatro ejes: salud, carreteras, represas y educación”, expuso el presidente de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), Guillermo Cerritos.
El corredor seco incluye los departamentos del sur Valle y Choluteca, el sur de Francisco Morazán, El Paraíso, en la zona oriental y en occidente a los departamentos de Lempira e Intibucá, abarcando la franja de 174 municipios.
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PREFIRIÓ NO ARRIESGARSE
En la zona occidente del país, específicamente en el departamento de Intibucá, la situación también ha sido crítica. Don Héctor López, un agricultor y pequeño productor de café de 78 años, narró a este medio digital que prefirió no arriesgar y, por ello, este año no realizó las siembras de maíz y tampoco optó por resembrar su finca cafetalera.
Don Héctor se encuentra desmotivado ante la caída en los precios del café y las plagas que han afectado a este rubro. Cuenta que el alto precio de los fertilizantes, sumado al bajo precio del aromático a nivel internacional, más la sequía lo hicieron meditar y determinó no sembrar café ni maíz este año.
“El precio de los fertilizantes ahora están muy caros, además que a mi edad necesito pagar a otras personas que me ayuden, entonces me saldría muy caro y con el periodo de sequía no creo creo que me vaya a dar”, narró don Héctor, un tanto desalentado desde una silla en la sala de su casa.
El hondureño confió que el poco dinero que utiliza para invertir en sus siembras de maíz, frijoles y para sostener su finca de café, lo generó de las pocas ganancias que obtuvo de las cosechas pasadas, que parcialmente vendió a amigos que tienen puestos de venta en mercados del pueblo.
El también pequeño ganadero, contó que los semovientes no se han muerto debido al cuidado constante que les da, pero confesó que el mayor problema al que se enfrenta es a las malas condiciones del clima. “Es que un sistema de riego es caro y si no se tiene el dinero, se pierde todo”.
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Las pérdidas en las cosechas son cada vez más fuertes entre los campesinos que, en la mayoría de los casos, producen únicamente para el consumo de sus hogares. (Foto: Horacio Lorca-Criterio.hn).
FALTA DE INVERSIÓN
El director ejecutivo de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), Guillermo Cerritos, explicó a Criterio.hn que, de momento no se pueden calcular los daños y pérdidas de las siembras en el país, que podría brindar cifras y estimaciones hasta que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), realice el respectivo censo.
Aseguró que uno de los factores que agudizaron la sequía en Honduras, previo a la canícula, fue porque no se obtuvieron lluvias en noviembre y diciembre de 2022.
El dirigente de los productores advierte que, si la canícula se extiende más allá de agosto, como lo ha pronosticado Copeco, los daños y las pérdidas en el agro se trasladaran al alza de los precios de los alimentos en los mercados y supermercados del país, debido a la necesidad de importar productos de países vecinos.
Analizó que los factores que agudizan la sequía son los altos costos de los insumos, los fertilizantes, la falta de mano de obra por migración, vías de comunicación sin mantenimiento, problemas climatológicos, pero sobre todo la falta de inversión del sector público.
A su juicio el problema pasa por falta de inversión en la infraestructura de riego, como sistemas de riego, para que las siembras no dependan de la situación climatológica -que puede ser incierta-, sino de acuerdo al agua almacenada.
SIN MONTO EXACTO EN INVERSIÓN
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Sobre la inversión por parte del gobierno en el sector agricultura y mitigar los efectos de la sequía, la secretaria de Agricultura y Ganadería, Laura Suazo, anunció que se va convocar a la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), para identificar la inversión en el rubro.
“La presidenta ubicó una cantidad, nosotros ahorita vamos a convocar a todo el Consejo Nacional de Banca y Seguro [ CNBS], todas las entidades privadas y cooperativas para confirmar cuánto se está invirtiendo en agricultura”, expresó la funcionaria, quien reconoce que actualmente existe un problema de mora por parte de los agricultores con la banca.
Sin embargo, que, para enfrentar la sequía y la inseguridad alimentaria, se hizo una alianza con el Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa), “para prestar al productor a una tasa del 2.5 por ciento para que exista una producción nacional”.
Asimismo, que para atender la demanda nacional urgen al menos 1.2 hectáreas para siembra de frijol y para ello se podría hacer uso de tierras nacionales.
MEDIDAS DE MITIGACIÓN
Laura Suazo aseveró que el gobierno ha comenzado a implementar medidas de mitigación de riesgos ante el fenómeno del NIño, entre las que mencionó: la distribución de un equipo de 400 técnicos agrícolas para apoyar a productores en sus cultivos y ganadería, la entrega de un bono tecnológico y de productos tolerantes a la sequía como pasto especial.
Otras medidas citadas por la funcionaria es la construcción de pequeñas represas comunitarias para la irrigación de cultivos y producción de energía eléctrica. Estas obras, que se han anunciado conjuntamente entre la Secretaría de Agricultura y Ganadería y la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente aún no han despegado.
Asimismo, la creación de mesas climáticas para orientar a los productores sobre las mejores estaciones del año para las siembras.
Pese a que los proyectos planteados por el gobierno son muchos, hasta el inicio de la canícula, no se habían visto reflejados, según las experiencias de don Héctor, en la zona occidental y don Juan en la zona sur.
FRENTE A INSEGURIDAD ALIMENTARIA
La canícula vendría a incrementar los problemas de seguridad alimentaria que desde ya afronta el país. Son 4.9 millones de personas que en Honduras sufren inseguridad alimentaria y 1.5 subalimentadas, según la representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agrícola (FAO), en Tegucigalpa, Fátima Espinal.
A juicio de la FAO la problemática se origina por múltiples factores entre los que se destacan las consecuencias de la pandemia de la covid-19, los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania y el aumento de los precios de los fertilizantes en el mercado internacional.
Según el último informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2023, el 1,5 por ciento de la población hondureña está subalimentada, es decir, en una situación insuficiente para satisfacer necesidades de energía alimentaria básica.
Más del 70 por ciento de la población hondureña vive en condiciones de pobreza y de estos más del 50 por ciento se enfrentan a la pobreza extrema, sin la mínima posibilidad de acceder a dietas saludables.
Ante este panorama la FAO promueve los huertos como herramienta pedagógica, así como políticas de fortalecimiento agroalimentario, hacer uso racional del agua, preservar las cuencas hidrográficas, y sobre todo la inversión en el sector agrícola y la innovación y desarrollo.
GOBIERNO MITIGA CRISIS CON BONOS
En fecha reciente el gobierno anunció la entrega de un bono para 135 familias de 880 aldeas pertenecientes al corredor seco a través del programa Transferencia Monetaria. El secretario de Desarrollo Social (Sedesol), José Carlos Cardona, dijo, en comparecencia pública, que se decidió implementar la medida debido al Fenómeno del Niño y la posible extensión de la canícula.
“La única condición para las familias es que la [transferencia monetaria] compren en comida, que compren comida para abastecerse, para la parte más fuerte de la sequía”, apuntó el funcionario.
En su más reciente visita los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), apuntaron que, si bien, Honduras ha experimentado una recuperación admirable luego de la pandemia y los huracanes Eta e Iota, el país sigue afrontando tres grandes problemas, siendo estos: la pobreza, el desempleo y la inseguridad alimentaria.
La delegación del organismo internacional destacó que para junio era notable el impacto de la sequía en la producción agrícola y energética, razón por la cual recomendaron que “el gasto debería reorientarse hacia una mayor inversión en infraestructura (represas, carreteras, hospitales y escuelas) y programas sociales bien focalizados”.
Del mismo modo, en el Informe Sobre Clima y Desarrollo de Honduras, el Banco Mundial recomienda que es necesario que, en el plazo de 2022 al 2027, Honduras mejore la capacidad de riego y almacenamiento de agua para aumentar la resiliencia a la sequía.
POLÍTICAS PÚBLICAS EN AGRICULTURA
Para el economista, Wifredo Girón, los problemas de la sequía y falta de lluvia no sólo afectan la producción agrícola sino también se trasladan al sector energía debido a que la falta de lluvia provoca que las represas no puedan producir la suficiente energía.
“Es necesario que las lluvias puedan mantener 300 megavatios del cajón disponible y de esta manera poder abastecer a la población en horarios de hora pico”, expresó.
Entre tanto el presidente de la Coalición Patriótica de Solidaridad, arquitecto Juan Carlos Rodríguez, opinó que la construcción de una represa para mitigar los efectos de la sequía sería una medida muy acertada, sin embargo, dijo que el actual gobierno aún no ha concretado ninguna obra, aunque si lo ha ofrecido.
No obstante, destacó que en el caso del sector agrícola lo ideal sería construir reservorios de agua para el uso agrícola, aunque destacó que si se quiere mitigar los efectos de la sequía es factible un proyecto en doble vía, es decir, que además de irrigar la producción agrícola sirva para generar energía eléctrica. Aunque aclaró, que la construcción de una represa se tarda un promedio de tres años.
Rodríguez coincidió con los demás entrevistados en cuanto a que la producción agrícola no debe seguir dependiendo de las condiciones climatológicas, sino que de obras de infraestructura que pueden construirse pensando en las soluciones a futuro.
Autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), informaron que la inversión en el bono tecnológico para 2023 es de 1,000 millones de lempiras, que representa 300 millones de lempiras más con relación al 2022, con la cual se espera que 300 mil pequeños productores sean beneficiados.
Destaca que el bono tecnológico, consiste en 20 libras de semilla de maíz, 40 libras de frijol, fertilizante urea y formula 12-2412 y un kit fitosanitario. Las autoridades hondureñas avisaron que esperan que con esta inversión se logre 5.5 millones de quintales de granos básicos.
