Por: Nancy Paola Cruz
Tegucigalpa.- Todos los días, Rihanna Ferrera se levanta desde horas temprana para alistarse y asistir a su trabajo. Aún en tiempos de confinamiento esta mujer trans no cesa de vigilar el cumplimiento de los derechos de las poblaciones más desprotegidas por parte del Estado hondureño.
Ferrara es directora de la Asociación de Derechos Humanos Cozumel Trans. El día de ayer se presentó a su oficina para seguir con la labor solidaria de entregar alimentos a personas con discapacidades, adultos mayores y población LGTBIQ+.
Además, realizar unas notas que serían entregadas a las autoridades del Instituto Nacional Penitenciario (INP), en dichas notas, se incluían el cuidado sanitario de las personas privados de la libertad.
La defensora se desplazó desde su oficina hasta las instalaciones del INP para hacer entrega de la nota. Hizo entrega a dos doctores presentes, sin embargo, la que estaba dirigida al coronel González no fue recibida. «El coronel dijo que no podía estar recibiendo notas, cuando le dijeron que era de parte de Derechos Humanos» señala la defensora.
De manera gentil Rihanna, les preguntó a unos policías que si el coronel no recibía la nota porque era un procedimiento administrativo, conforme a lo establecido en la Constitución en el artículo 80 y el 87 de la Ley de Procesos Administrativos, que incluyen las respuestas de manera inmediata que deben brindar las autoridades encargadas.
Ferrara se encontraba en compañía de Victoria Herrera, una compañera de trabajo. Esta le pidió a Herrera que se marcharan para sigue laborando en las oficinas de Cozumel.
«Si lo seguía me iba a matar»
«En el transcurso del camino, veníamos por Palmira caminando. Eran las 3:53 cuando tomamos la decisión de irnos para la casa de ella, porque ya era tarde. En ese momento agarré el teléfono e hice una llamada para darle información a una persona sobre la situación de los centros penales» comenta Rihanna.
Rihana sintió en su espalda un golpe con el pie de la otra persona y cuando volteó le dio una bofetada en el rostro, lastimando la parte derecha de su ojo, la oreja y parte del cien, relata la defensora.
«Me arrebató mi celular. No me llevó mi cartera, no le llevó el dinero. Yo solo le pregunté qué pasaba. Porque del golpe que me dio quedé medio mal» comenta.
Ferrera observó que el agresor se tocaba la cintura, indicando que estaba armado y la señaló con mensajes discriminatorios.
De manera espontánea su compañera intentó auxiliarla y comenzó a correr detrás del agresor, Rihanna le pidió que tuviera cuidado, mientras ella le gritaba al hombre que le devolvería su teléfono celular ya que contenía información sobre su trabajo. Desesperada le indicó que le entregaría dinero a cambio del teléfono, pero éste no contestó. «Su intención era llevarse el teléfono» advierte.
«Si esta persona me quería asaltar me hubiese llevado mi cartera, el teléfono, mi dinero y también a mi compañera. No sé si buscan información, ya que pertenezco a diferentes espacios entre el gobierno y sociedad civil. Como ser parte del Consejo Consultivo del Mecanismo Nacional de Prevención Contra la Tortura» indica.
Rihanna también forma parte la Comisión Interinstitucional sobre el Desplazamiento Forzado por la Violencia, de la Mesa de Salud Penitenciaria y otros espacios donde denuncia la precaria situación de grupos olvidados por el Estado.
Rememora que el hombre se moviliza en un vehículo tipo turismo, color gris, con placa PEE-0386 Hunday Elantra. Hizo la llamada al 911 para denunciar el acontecimiento y le pidieron que se hiciera presente a la posta más cercana de donde se encontraba.
Se trasladó al Core-7. Rihanna seguía con dolor en su rostro por el golpe, según ella, el agresor es una persona con tácticas para reducir una persona a la impotencia y dejarla inconsciente. «Esta persona sabe dónde agredir»
«Eso no es manera de defender la vida»
La defensora también interpuso la denuncia ante el Mecanismo de Protección de Derechos Humanos, en el cual solicitó de manera inmediata medidas se seguridad.
Ferrera ha solicitado medidas de protección desde septiembre del año pasado, pero hasta la fecha no se las han brindado.
«Yo no necesito que ellos vengan y me digan vamos a prevenir que te va a pasar algo con un número de teléfono. Eso no es una manera de proteger o salvaguardar una vida. Si hay un mecanismo de protección para defensores de derechos humanos que den esas medidas de protección» subraya.
De igual manera señala que la policía aún no da respuestas de seguimiento a la denuncia presentada. Espera acudir a otras instancias como el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) para que se agilice la investigación ya que en el lugar donde sucedió el asalto y agresión existen cámaras de vigilancia y reitera que debe resguarde su vida con medidas más enfáticas.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas