Por: Rodil Rivera Rodil
En Honduras hemos tenido centrada nuestra atención en el expresidente Juan Orlando Hernández, que desde la cárcel lucha desesperadamente por eludir la extradición. Y también en su partido que se hunde en la ignominia ante la magnitud de la corrupción y el atraco que cometió contra su propio pueblo. Y, mientras tanto, en Ucrania se desarrolla un crucial capítulo del nuevo orden que se está gestando en el mundo. No obstante, parece que la tendencia de mucha gente se contrae a juzgar la invasión rusa únicamente por el daño y las víctimas que está provocando.
Y es que cuando las guerras, esa cruel pérdida de vidas que ha sido una constante en el devenir de la humanidad, se ven desde una óptica puramente moral jamás se podrá encontrar ninguna razón que las justifique, comenzando por las cruzadas promovidas por la misma iglesia católica en la Edad Media para liberar a la Tierra Santa del dominio musulmán, y en las cuales la religiosa fue la menor de las motivaciones. Por lo que. en este terreno, tiene poco sentido intentar siquiera explicarlas. Arturo Pérez Reverte, el popular escritor español, quien por muchos años fuera corresponsal de guerra, en un artículo sobre el tema reproduce la siguiente cita del filósofo de igual nacionalidad, Gustavo Bueno:
“Contraponer guerra y paz como salvaje y civilizado, es un error. No existen guerras como tales en la naturaleza. Es un fenómeno profundamente humano íntimamente relacionado con lo que somos y el desarrollo que, como especie, hemos logrado alcanzar. La guerra es un proceso brutal y peligroso pero que forma parte de nuestra especie”.
“Todas las guerras son santas. Os desafío a que encontréis un beligerante que no crea tener al cielo de su parte”. (Jean Anouil, dramaturgo francés.)
Henry Kissinger afirma en su obra del igual título que el orden mundial de que tanto se habla nunca ha existido, sino tan solo, desde la paz de Westfalia de 1648, un conjunto de sistemas de balance de poder y legitimidad válidos nada más para las distintas regiones del planeta, cada una con su particular visión histórico cultural. Lo que, según él, es lo que ocasiona los interminables choques entre ellas, y de donde infiere que es necesario buscar ese orden, pero de tal manera que las abarque a todas.
No deja de ser interesante que un personaje como Kissinger destaque que los tratados de paz de Westfalia, con que finalizaron dos grandes guerras que involucraron a la mayoría de las potencias europeas de la época, principalmente a España, Alemania y los Países Bajos, dieran paso a un equilibrado reparto de poder en el continente. Y esboza enseguida el famoso diplomático una velada crítica a los Estados Unidos, su segunda patria, porque, a pesar de considerarse defensores del diseño westfaliano, pretenden imponer sus “principios” al resto del orbe bajo el pretexto de contrarrestar la anarquía internacional. Aunque, en realidad, agrego yo, nunca se ha tratado de principios, sino, casi exclusivamente, de su sistema económico, hoy en día neoliberal hasta la médula.
Lo cierto es que la causa fundamental de la guerra en Ucrania radica en la confrontación global de los Estados Unidos con Rusia y China, que desafían su hegemonía en los dos campos principales que definen a una super potencia. En el militar, en el que Rusia se encuentra a su mismo nivel, y en el económico, en el que China está a punto de superarlo. El imparable declive de Norteamérica, sobre todo, en el segundo aspecto, solo le ofrece dos caminos para hacerle frente al reto: la abierta confrontación o la aceptación de un orden multipolar. Todo indica, hasta ahora, que ha escogido la primera vía, sin que, por lo visto, le importen los riesgos que tendrá que afrontar, como este precisamente.
Después de la debacle de la Unión Soviética los norteamericanos, con la clara intención de debilitar aún más a Rusia, su sucesora, pero también para ampliar su predominio sobre Asia y Oriente, violaron flagrantemente la garantía que le dieron de que la OTAN (que debió disolverse después que lo hiciera el Pacto de Varsovia, creado como contrapartida de esta), no se expandiría hacia su vieja adversaria. Baste decir que en esa fecha la URSS se hallaba cercada por diecinueve bases militares, mientras que en la actualidad a Rusia la rodean más de cuarenta.
Bajo el gobierno de Vladimir Putin, Rusia ha recobrado con creces la fuerza militar que tuvo cuando era la Unión Soviética, y sin duda, también aspira a recuperar al menos parte del control e influencia que tenía sobre las antiguas repúblicas y territorios soviéticos. Pedirle que renuncie a ser la gran potencia que siempre fue luce absurdo, sino ingenuo. El error de cálculo de Estados Unidos fue creer que amenazándola con sanciones económicas desistiría de las líneas rojas que trazó para la OTAN y Ucrania. Esta pifia, en alguna medida, se debió al menosprecio que Biden siempre sintió por Putin desde antes de ser presidente, y que ya siéndolo, lo ha llevado, con muy poca sensatez, a insultarlo a placer e incluso a calificarlo de asesino. Tanto que forzó a Kissinger a comentar que “Putin es un estratega serio, en línea con las premisas de la historia rusa. Para Occidente, su de
Y lo más grave es que la equivocación se extiende a pensar que Rusia y China no se atreverán a librar una guerra nuclear. Los que conocen con alguna profundidad la historia de ambos pueblos saben cuán falsa es esta suposición. Y Ucrania, por su parte, no ha actuado con mucha lógica, para decir lo menos, al intentar sumarse a una organización militar dirigida directamente contra su antigua madre patria (de hecho, todavía conserva con ese nombre un gran monumento a la Unión Soviética en el centro de Kiev) y cuyo principal sostén se encuentra a miles de kilómetros de distancia.
Parece imposible que Estados Unidos desconociera que aún antes de la anexión de Crimea en el 2014 Rusia comenzó a prepararse para reducir sustancialmente el impacto de sus sanciones. Pero todavía más, que desde el momento en que decidieron que no intervendrían militarmente si Putin emprendía la invasión quedaron fatalmente obligados a acceder a su exigencia de que Ucrania no sea admitida en la OTAN, pues, en caso de negarse, la volvían inevitable. Aunque también el presidente Zelenski de Ucrania pudo haberla impedido si hubiera renunciado a ingresar a ella, como insinuó que lo haría unas semanas antes.
De otro lado, no puede ser más evidente que Putin no ha querido, hasta este momento, causar más perjuicio a Ucrania que el indispensable para lograr su propósito de neutralizarla, como se aprecia por el bajo número de bajas producidas hasta ahora para la magnitud y calidad de las unidades militares que ha movilizado. Y como con toda claridad se lo han hecho saber los propios Estados Unidos a los dirigentes ucranianos al advertirlos de que no cometan la imprudencia de subestimarlas, lo que solo cabe interpretar como su tácita conformidad con que Ucrania haga cuanto pueda para obtener un cese al fuego.
En cuanto a China. No hay manera de ignorar que, más tarde o más temprano -solo su milenaria paciencia lo sabe-, hará lo mismo con Taiwán si esta no accede por las buenas a la reunificación, desde luego, con el respaldo de Rusia. Sin contar que dentro de no mucho su poderío militar será mayor que el estadounidense. Esto, porque el fortalecimiento de sus fuerzas armadas marcha en forma paralela al exponencial crecimiento de su economía, que en las próximas tres décadas será tres o cuatro veces más grande
Los “aliados” europeos, a la postre, no saldrán bien parados. Se subieron al barco a regañadientes. Porque saben que a ellos es a quien menos les conviene una guerra con Rusia, pues serán los primeros en ser arrasados. Pero, además, no están nada contentos con el pésimo trato que han recibido de su socio mayor desde los tiempos de Trump. Inglaterra, por ejemplo, se siente engañada porque no le cumplieron con el tratado de comercio preferencial con el que la alentaron a salirse de la Unión Europea.
Francia vio confirmada su histórica desconfianza de Estados Unidos cuando el año pasado le arrebataron descaradamente su “contrato del siglo”, la jugosa venta de submarinos por casi 100 mil millones de dólares que había firmado con Australia. Y Alemania, no obstante que ha mostrado mayor independencia, fue obligada a paralizar el gaseoducto ruso alemán, Nord Stream 2, ya listo para operar.
Al grado que muchos analistas están convencidos de que el rechazo a llegar a un arreglo con Putin, a sabiendas de que acarrearía el ataque a Ucrania, fue parte del plan norteamericano para presionar por su cierre definitivo y hacer un pingue negocio forzando a Europa a comprar su gas casi un 50 por ciento más caro.
Pero el gran perdedor de este cambio en el tablero del poder mundial será, sin duda, los Estados Unidos. Su ya decaído prestigio se desploma. Engatusó a Ucrania y, a la hora de la verdad, la abandonó a su suerte. Quizás esto le sirva para reflexionar y modificar su estrategia ante la nueva correlación de fuerzas. Y, en lo personal, quien sale más afectado es el presidente Biden, cuya deplorable actuación en Afganistán más sus múltiples fracasos en la política interna de su país, están llevando al abismo su popularidad.
Si agregamos el insólito apoyo a Putin de Trump, que aún tiene un gran ascendiente sobre buena parte del pueblo norteamericano, no podemos menos que concluir que ahora es casi seguro que los demócratas pierdan las elecciones parciales de este noviembre. Y Biden mismo, si incurre en el desatino de postularse de nuevo, que sea derrotado en las presidenciales del 2024, con lo que se haría realidad la pesadilla de que Trump retorne al poder.
Y vuelvo a Honduras, donde la novedad es la franca contradicción entre el presidente del Partido Nacional, que pide perdón por los crímenes de JOH, y sus exministros que nos quieren convencer de que es un santo varón, de gran capacidad y honestidad, que dejó el país nadando en la bonanza, por lo que cuando se lo lleven lo vamos a añorar a rabiar.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
3 respuestas
Solo, Ucrania ¿es o no un pais libre e independiente?
Segun la respuesta sera la posicion en este problemon.
SER O NO SER
HOY SE CELEBRARÁ LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, QUE REPRESENTAN A TODA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL.
EXIGIRÁN EL RETIRO INMEDIATO DE LAS TROPAS DE PUTIN DE TERRITORIO UCRANIANO. EXIGIRAN EL CESE DEL FUEGO INVASOR EN CONTRA DE LA POBLACIÓN UCRANIANA.
LOS PAISES EXPRESARÁN SU APOYO A UCRANIA, A SU PUEBLO SUFRIDO, A SUS VALIENTES MUJERES.
LOS PAISES EXPRESARÁN SU APOYO A LA DECENCIA GLOBAL, AL RECHAZO A LAS DICTADURAS.
EXPRESARAN SU RECHAZO A CIERTAS ÉLITES CORRUPTAS Y DEPREDADORAS DEL PLANETA. A LOS NEGOCIOS DE LA GUERRA, DE LOS COMPLEJOS INDUSTRIAL-MILITAR.
LOS PAISES EXPRESARÁN SU RECHAZO A LAS GUERRA CLIMÁTICA EN CONTRA DEL PLANETA *
SE EXPRESARÁ LA CONDENA A PUTIN Y OLIGÁRCAS QUE DEPREDAN EL BIENESTAR DEL PUEBLO RUSO.
EL PUEBLO RUSO Y LOS PAÍSES DE LA COMINUIDAD INTERNACIONAL DEROCARAN AL TIRANO COBARDE PUTIN, sí con minúscula.
*“ The assessment of climate change impacts and risks as well as
Adaptation is set against concurrently unfolding non-climatic global trends e.g., biodiversity loss, overall unsustainable consumption of natural resources, land and ecosystem degradation, rapid urbanization, human demographic shifts, social and economic inequalities and a pandemic.” Climate change 2022, impacts, adaptation and vulnerability, SUMMARY FOR POLICYMAKERS, IPCC WGII Sixth Assessment Report
New York Times, BREAKING NEWS 28 febrero 2022.
Switzerland will freeze Russian assets, setting aside its long tradition of neutrality. The country is a favorite destination for Russian money.
TO BE OR NOT TO BE
TODAY WILL BE HELD THE GENERAL ASSEMBLY OF THE UNITED NATIONS, WHICH REPRESENT THE ENTIRE INTERNATIONAL COMMUNITY.
THEY WILL DEMAND THE IMMEDIATE WITHDRAWAL OF PUTIN’S TROOPS FROM UKRAINIAN TERRITORY.
THEY WILL DEMAND THE CEASE OF THE INVADER FIRE AGAINST THE UKRAINIAN POPULATION.
THE COUNTRIES WILL EXPRESS THEIR SUPPORT TO UKRAINE, ITS SUFFERING PEOPLE, ITS COURAGEOUS WOMEN.
THE COUNTRIES SHALL EXPRESS THEIR SUPPORT FOR GLOBAL DECENCY, TO REJECT DICTATORSHIPS.
THEY WILL EXPRESS THEIR REJECTION OF CERTAIN CORRUPT AND PREDATORY ELITES OF THE PLANET. TO THE BUSINESS OF THE WAR, OF THE INDUSTRIAL-MILITARY COMPLEXES.
THE COUNTRIES WILL EXPRESS THEIR REJECTION OF CLIMATE WARS AGAINST THE PLANET *
THEY WILL EXPRESS THE CONDEMNATION TO PUTIN AND THE OLIGARCHS THAT PREDATOR THE WELFARE OF THE RUSSIAN PEOPLE.
* “The assessment of climate change impacts and risks as well as Adaptation is set against concurrently unfolding non-climatic global trends e.g., biodiversity loss, overall unsustainable consumption of natural resources, land and ecosystem degradation, rapid urbanization, human demographic shifts, social and economic inequalities and a pandemic.” Climate change 2022, impacts, adaptation and vulnerability, SUMMARY FOR POLICYMAKERS, IPCC WGII Sixth Assessment Report. 27 February 2022.
Muy buen articulo el de Rodil