Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
El abuso sistémico del poder, el desprecio a la cultura y a la justicia, la orgullosa ignorancia sobre el “otro” y su deseo de ser y de vivir, el culto al dinero y la auto condonación de sus actos, la rapiña al Estado y la apelación a la fuerza bruta.
Noe Jitrik, Parecidos
Honduras no es noticia afuera, lo siento, ni siquiera América Latina. (Hace días al cumplirse el primer año de Trump, la influyente revista Foreign Policy pidió a cien expertos estadounidenses en ese tema que pusieran -en un párrafo- un balance de lo negativo y lo positivo de la política exterior de Trump, brotaron las posiciones más encontradas y diversas, pero nadie mencionó a esta región.) Aquí ¿no puede pasar nada nuevo o trascendente?
Esa percepción no nos exime de padecer nuestra realidad y analizar su evolución. Atrapada en esa deriva, tampoco adentro en Honduras entiende mucha gente la novedad de la polarización extrema de la sociedad en esta coyuntura. O su peligro. Históricamente sin embargo aunque evoluciona desde los tiempos del golpe de 2009, la polaridad radical que hoy priva en precario equilibrio o más bien en sucia turbulencia no tiene antecedente.
Como si se hubiera vaciado un amplio centro antiguo. Perdido el medio el país se tensa entre extremos. Aun los más excelsos miembros incluidos líderes de cada bando parecen incapaces de entender otra razón que la suya. Y nadie parece entender que su posición, aun si articulada de elementos factuales y de juicio le resulta incomprensible, o imposible al otro.
Algunas figuras públicas respetadas (quedan pocas) insisten en la necesidad del dialogo que debería ser evidente, puesto que no hay otro camino, sin que reconocerlo exija que seamos imparciales, ambivalentes, o neutros. Porque eso no es exigible. Pero al menos cuando yo he tratado de acercarme a círculos de discusión supuestamente plurales, compruebo que se quiere que uno llegue ahí calladito para verse más bonito y nadie escucha ni formula planteamientos que puedan ser parte de una dialéctica. Se recurre a la descalificación mutua que da a cada parte un cómodo sentido de autosatisfacían en la propia certeza. Y se delira.
El origen inmediato de esa dicotomía radical es fácil de precisar. Pero para dialogar hay que argumentar frente a datos comprobados y con la razón contraria. Y aquí no hay, es mentira, un dato comprobado. Es lo que nos advirtió la OEA y que todos sabemos. Es imposible corroborar por contaminado el resultado del proceso que catalizó el conflicto y por lo tanto no hay un punto de encuentro ni de partida y referencia común para dialogar. Y la lógica del argumento no tendrá parámetros.
Se tiene que ser muy caradura y cínico o corrupto, como -sin embargo- hay muchos, para desestimar la evidencia, sobradamente documentada de que los números no cuadran y en las elecciones hubo múltiples tipos y recursos de fraude. JOH y los suyos, su estado mayor y su hueste recompuesta y asustada saben que perdieron y saben que todos sabemos que hicieron fraude. No obstante fingen que no ha pasado nada y han convertido la mayoría relativa resultante en una reafirmación de poder, ha obtenido la unción de Trump y de una decena más de países y el respaldo de las FFAA y de la clase empresarial, aunque con fisuras interesantes. Y por otro lado sin embargo eso no bastó -como en ocasiones anteriores- para doblegar la voluntad de sus opositores ni vencer un profundo disgusto generalizado. Todas las posiciones internacionales incluida la de EUA (menos sincera) la más valiente de UE o la cobarde, de Costa Rica insisten en el diálogo. Incluyente. Abierto. Genuino. Entre dos.
JOH y Cía, iniciaron otra vez un diálogo con ventrílocuo en el que es experto conocido. Orillado por las presiones internacionales ahora anda organizando mesas de sectores sociales que ellos mismos designan y convocan y que van a proponer mediadores. Están convencidos de que prevalecerán, con el escudo de sus amigos policías y diplomáticos y conseguirán prevalecer en un tiempo no determinado pero relativamente corto. Sin necesidad de que los acusen de eso, anuncian que el propósito del diálogo es la aceptación del resultado oficial, como si el cuestionamiento fuese irrelevante ¿a cambio de alguna amnistía para los falsamente acusados y presos por quemar llantas? Cuentan con los “empautados” de siempre, los asustados, los angelicales y los más mezquinos, los cínicos. Valiéndose de la estrategia continuada de miedo y represión confían en recomponer una base social alrededor suyo. Una estrategia fundamentalmente nazi. Y eso no va a funcionar en el s. XXI del Internet.
Los más plurales aliados en la oposición, encabezados por Mel y Nasralla pero ahora también con prominentes figuras del Partido Liberal Luis Zelaya y con las cabezas de los movimientos sociales y ciudadanos reivindican el derecho constitucional del pueblo a la insurrección ante la usurpación del fraude, piden por modestos que se empiece por la desobediencia civil, pero seguramente intuyen que habrá que ir más allá de las simples manifestaciones tradicionales. Y están dispuestos a esa lucha igual y confían en prevalecer en un plazo indeterminado pero concreto. Nasralla propone a Edmundo Orellana y a Julio Escoto como mediadores supuestamente imparciales. Cada parte podría nombrar uno de una troika y ambos convenir un tercero. No sé quién está proponiendo a E. Aguilar Paz. Supongo que JOH ¿tampoco aceptaría a Salvador Moncada?
Cuentan los aliados con sus bases partidarias variopintas, los jóvenes y los santos. Quienes postulan la idea de que a fuerza de la presión en la calle, del grito o valiente denuncia lo vamos a obligar a abdicar. Rechazan por completo la idea de diálogo, no se sabe si por estrategia, Y suponen ¿Qué JOH nos va a llamar… para entregarle el poder a Salvador discretamente?
Más que en la evidente asimetría de los recursos materiales, el peligro para la Oposición radica en la irreductibilidad de sus posiciones. Tiene que haber algo que no sea la pretensión de que JOH entregue el poder sin condiciones. Para el bando oficialista el peligro parecería radicar en la incomprensión de la lección histórica y de la física, la fuerza de la idea posesionada de la masa es inmarcesible. ¿Se van a ir todos en la colada? ¿Van a arriesgar el todo por el todo? ¿Sin reserva? Ante la resistencia ha evolucionado este diálogo de sordo mudos. Y para darle sonido se ocuparía una fuerza externa y un mediador. Y si no ¿que podría haber?
En su ensayo sobre Los Parecidos que cito en el epígrafe bajo el título de esta nota Noe Jitrik recuerda que, ya derrotado el Nazi en los juicios de Nuremberg, todavía Goering se jactó del recurso que usaron ante el impasse post electoral con las fuerzas de izquierda en 1933. Habían incendiado el Parlamento, el Reichstag y habían culpado aunque inverosímilmente a los comunistas, para lanzar una espantosa persecución y represión de las fuerzas opositoras hasta desmontarlas, una persecución que después de destruir a la izquierda tuvo que buscarse otros objetivos y prosiguió, como es fama con los judíos… etc. La historia por supuesto y felizmente nunca se repite del todo. Pero mi punto es que la polarización facilita esa clase de recurso. Lo necesitaría JOH para consolidar su dictadura de 50 años y asimismo lo podrían recurrir las fuerzas radicales a quienes no bastaría una reconstrucción institucional constituyente y que más bien quisieran ver un movimiento revolucionario desbordado.
Y aquí todos, absolutamente todos, podríamos ser las victimas para nada inocentes de esa degradación. No dejemos que se pierda el centro, no perdamos en la pasión la capacidad de imaginar caminos de justicia y de respeto al derecho, puentes de la razón. En el entendido de que el entuerto tiene que enmendarse, Sancho. En la democracia convenida, la verdadera mayoría debe prevaler sobre las demás. Que si no, ganan los malandrines.
Por eso, siempre y cuando pudiera inspirar confianza y mantenerse limpia de toda contaminación, la mediación puede servir para lanzar el dialogo genuino. No sé si SICA es el foro internacional que puede dar apoyo técnico con NNUU. No puede haber condición previa para el diálogo, pero si tiene que haber una agenda con metas intermedias posibles y plazos. Cualquier convenio debe firmarse antes del 27 de Enero y nada puede suceder ese día que no esté sancionado en dialogo. Y vamos pa´lante.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas