Que Peña Nieto no haga los mandados de Trump

Por: Carlos Zelaya Herrera

México ha modificado su actitud ante la migración centroamericana a Estados Unidos porque a diferencia de la caravana migrante de abril a la que abrió paso, hoy manda a dos mil policías federales a la frontera con Guatemala, e impedir el paso a la caravana migrante de indocumentados hondureños.

“En los últimos años México ha sido el mejor alumno de Estados Unidos, poniendo en práctica las estrategias anti-inmigrantes contra los centroamericanos; esperaba, que, a cambio, sus migrantes serían bien tratados por Estados Unidos, pero su estrategia no tuvo resultados”, aseguró para la revista Proceso, de México, Mauro Verzeletti, director del Centro de Atención al Migrante.

“México mantiene intacta su posición de aliado de Estados Unidos, aunque el discurso reciente de sus autoridades vaya por la defensa de sus migrantes, no va a parar las deportaciones masivas de Centroamericanos El país sigue siendo un retén”, dijo otra dirigente de la Mesa Nacional de Migraciones.

Por el contrario, crecen las deportaciones y los abusos en territorio mexicano contra personas de paso a Estados Unidos, como profusamente documentan organizaciones de apoyo a migrantes.

Así cuestionan medios y analistas mexicanos el impacto en las relaciones con Estados Unidos, al contrastar las facilidades que el presidente Enrique Peña Nieto dispensó a la marcha de abril de este año, en la que concedió salvoconductos a migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras; y hace unas horas envió dos mil policías federales a la frontera con Guatemala para impedir el paso de dos caravanas que el sábado y miércoles anterior salieron de San Pedro Sula, Cortés; y Nacaome, Valle.

Parece que Peña Nieto «le está haciendo los mandados migratorios a Trump», dijo una cientista mexicana en CNN al subrayar en un foro los impedimentos migratorios a la masa humana que va de camino al norte del continente.

Seguro que en la mente del migrante está la imagen de que el tiempo se acaba para que la barrera mental de los peligros reales del viaje a pie, se materialice en el muro soñado de Trump, algo que en México ya provoca un fenómeno que se nota en los estados por donde viaja la migración indocumentada, el de los hondureños y hondureñas que se quedan en tierras aztecas antes que ser retenido en un corral y en el peor de los casos, recibir una condena de cárcel y a la espera de la deportación de Estados Unidos.

Lo cierto es que Peña Nieto pone en práctica el denominado programa “Frontera Sur”, financiado por Washington, que consiste en identificar y deportar a personas que no reúnen requisitos ya es fijados en la normativa migratoria de esa nación.  

Frontera Sur es en términos prácticos la extensión jurídica de la frontera de Estados Unidos a la de Guatemala, aunque el “tío Sam” quiso imponerlo al resto de la región no pudo porque existe un acuerdo de integración migratoria denominado CA-4, para que ciudadanos de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras utilicen el documento de identidad personal para ir de una nación a otra. 

Sin embargo, queda el aliciente de la promesa del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, de dar visas de trabajo a los inmigrantes centroamericanos y buscar una solución de raíz al asunto migratorio, como para añorar que ya sea primero de diciembre, día de toma de poder.

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Quizás ese sea el camino para que el nombre de su partido que lo llevó el poder, «Juntos Haremos Historia», sea el momento preciso para que nuestros pueblos estrechen aún más sus manos y hermandad de naciones que un día conformarán la Patria Grande que soñaron los padres y madres fundacionales.

Deseamos lo mejor de lo mejor de este mundo a nuestros hermanos y hermanas compatriotas que forzados por nuestra dura e incierta realidad, buscan un mejor destino para ellos y sus hijos lejos de la patria.