Por: Agencias
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Washington. El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, descartó este miércoles que la crisis por corrupción que enfrenta su gobierno reduzca las posibilidades de que el Congreso estadounidense apruebe un millonario plan de desarrollo para Centroamérica.
Hernández señaló que «no le miro mayor complicación» a que el Senado y la Cámara de Representantes aprueben la llamada «Alianza para la Prosperidad», una iniciativa para frenar la pobreza y la violencia que provocan la migración ilegal de menores desde Guatemala, El Salvador y Honduras.
Según el mandatario, varios senadores y congresistas estadounidenses han viajado a Honduras y «tienen una radiografía muy clara» de cómo su gobierno ha respondido a los señalamientos por corrupción.
En las últimas semanas miles de hondureños han salido a las calles levantando antorchas en la noche para pedir la renuncia de Hernández, a quien acusan de recibir fondos ilegales para su campaña electoral provenientes de recursos públicos.
La Fiscalía descubrió el desvío de más de 300 millones de dólares del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Este mes, Hernández admitió que su Partido Nacional (PN, derecha) recibió (unos 136.000 dólares) de recursos desviados del IHSS.
Pero en una entrevista con agencias de noticias, el mandatario defendió que existen «evidencias claras» de que su gobierno está actuando para determinar los responsables del desfalco, como su decisión de intervenir varias dependencias del poder Ejecutivo y las incautaciones de bienes de los acusados.
Narcotráfico y las marchas
A pesar del descontento en las calles, Hernández expresó confianza de que las manifestaciones darán paso a un respaldo de la población con las acciones gubernamentales y ofertas de cooperación contra la corrupción.
El mandatario se refería a la propuesta de dirigentes de organizaciones de la sociedad civil de Honduras, presentada el martes, de elaborar un plan de acción con ayuda de fiscales internacionales para combatir la corrupción en el gobierno.
Según Hernández, en las marchas hay «manifestaciones de indignación legítimas», pero también a ellas se han sumado dirigentes opositores que quieren descalificarlo y personas ligadas al narcotráfico.
«Estas marchas quisieron utilizarlas grupos quienes habían cometido actos de corrupción, pero los que legítimamente sienten la indignación ya están haciendo esa diferenciación» y «el panorama se empieza a aclarar», añadió el presidente.
En Washington, el mandatario hondureño se reunió con el nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, y con el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, con quien conversó sobre energía.
Según Hernández, Biden se mostró «optimista» de las posibilidades de la Alianza para la Prosperidad, un proyecto que cuenta con el apoyo de la Casa Blanca.
El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió al Congreso 1.000 millones de dólares para el programa, pero la mayoría del opositor Partido Republicano ha expresado reticencias para aprobar esos recursos.
Reconocer responsabilidad
Para superar esa desconfianza, Honduras entregará por primera vez los detalles del plan a los principales líderes de la Cámara de Representantes y el Senado, dijo Hernández.
Una Centroamérica próspera y en paz «es una tremenda inversión para el pueblo estadounidense» y «esperaría que los líderes en Washington entiendan eso, en el mejor interés de Estados Unidos y Centroamérica», agregó.
Pero para el presidente hondureño la asistencia estadounidense puede ser sobre todo simbólica.
«Al final no es tanto el dinero, es el mensaje que Estados Unidos reconozca la responsabilidad de la generación de violencia y migración a consecuencia del tráfico de drogas en la región», dijo.
En Washington, Hernández sostuvo además una reunión con presidentes de varias universidades estadounidenses, con quienes discutió iniciativas de lucha contra el hambre y mejores prácticas agrícolas.
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