Por acomodamiento con la corrupción no habrá incidencia en las próximas votaciones

Señalamientos contra el mandatario Juan Hernández e instituciones del Estado metidas en narcotráfico, no tendrán mucho impacto en la mente de los electores al momento que depositen el voto

Por: Redacción CRITERIO.HN

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Tegucigalpa. – Pese a los estridentes y constantes señalamientos de fiscales de los Estados Unidos de vínculos con el narcotráfico contra el mandatario Juan Orlando Hernández, éstos no tendrán mucho impacto en la mente al momento de que los electores depositen el voto en los próximos sufragios de marzo y noviembre de 2021.

Señalamientos sistemáticos y reiterativos, además casi todos los testimonios de ex narcotraficantes que se han presentado ante la justicia estadounidense señalan vínculos directos con el mandatario.

Los sociólogos Eugenio Sosa y Julio Navarro coincidieron que los señalamientos y hoy acusaciones de vínculos con el narcotráfico del actual gobernante ya eran conocidas en el país, pero que los medios corporativos, controlados por el régimen, hacían caso omiso de forma deliberada.

Navarro, argumenta que a pesar de la gravedad estos señalamientos poco o nulo efecto tendrán en el ánimo de los electores de cara a los sufragios primarios y generales del país, programados para los meses de marzo y noviembre de este año.

 Así lo han testimoniado los diferentes narcotraficantes extraditados, la constante mención de las fuerzas armadas, como el silencio y la falta de actividad de los órganos de aplicar la ley, afirmó.

La percepción del narcotráfico metido en la política era el escenario en el cual se mueve hoy el país, que contrasta con el revuelo internacional en torno a la figura del mandatario, identificado como CC-4 en el juicio de su hermano Juan Antonio Hernández, acusado de narcotráfico, uso de armas y de mentir a fiscales de los Estados Unidos, entre los años 2004 y 2016.

Desasosiego que el sociólogo Eugenio Sosa basa en la inacción de la institucionalidad y el acomodamiento ciudadano a la corrupción, como sucede con el fraude al Seguro Social, en la decena de casos descubiertos por la MACCIH y los más recientes que han sido denunciados por el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) en Invest-H y COPECO, todos persisten en la impunidad ante el silencio del Ministerio Público, Corte Suprema de Justicia, Procuraduría General y el Tribunal Superior de Cuentas.

En algunos momentos hubo duda si los códigos de números y letras que se han mencionado en el juicio de Juan Antonio Hernández correspondían al presidente Juan Orlando Hernández o era otra persona.

Y “eso a estas alturas no es tema de discusión pues es claro que se están refiriendo al presidente de Honduras y así otros medios internacionales lo han asumido y titulado con la nueva situación que se ha presentado en la que las instituciones no están funcionando como se debe”, expresó Sosa.

En el caso Bananagate, que a comienzos de 1975 costó la jefatura del Estado al general Oswaldo López Arellano, cuando una comisión que él nombro confirmó el pago de 1.5 millones de dólares a dos funcionarios del gobierno hondureño para eliminar un impuesto de 50 centavos de dólar por caja de 40 libras de banano, por la transnacional United Fruit Company.

Ahí se actuó “no encarcelando al ministro, sino que, cancelando al gobierno, aunque el país se merece una explicación porque los mencionados son electos directamente por el voto de los hondureños y un gobernante o un alto funcionario tiene que responder ante quienes lo eligen.

La exposición del gobernante en el contexto de elecciones primarias y generales, al igual que en el caso del Seguro Social, cuando el expresidente Porfirio Lobo Sosa afirmó que no lo dijo antes de las elecciones porque iba a tener incidencia en los resultados electorales, eso “no se reflejó en las urnas”.

Cuatro años después “no hubo incidencia negativa en los resultados electorales porque en los últimos 11 año el gobierno cuenta con un aparato de control mediático que funciona a la perfección y le garantiza ganar cualquier tipo de elección que se presente”.

La permanencia del Partido Nacional muestra las debilidades de los partidos de oposición que no han podido vertebrar un proyecto de Estado que entusiasme y cohesione a la población bajo un liderazgo que reconstruya la moral, que está en franco deterioro, puntualizó Navarro.