Policía asesinó joven indígena lenca previo al estado de excepción

“Uno de madre siempre espera al hijo”, manifestó Marta Aguilar Santos, madre de Marcos Pineda Aguilar, sobre el día en que su hijo fue asesinado durante un registro personal realizado por la Policía Nacional.

Fotos cortesía: Copinh

Tegucigalpa.- El mediodía del 23 de noviembre de 2022, días antes que se instaurara el primer estado de excepción del gobierno de Xiomara Castro, Marcos Pineda Aguilar fue asesinado durante un registro personal que realizaron agentes de la Policía Nacional, en la comunidad de El Encinal, departamento de La Paz.

Al momento de su muerte, Pineda tenía 19 años, residía en la comunidad del Guachipilin, siempre en La Paz, departamento ubicado en el suroccidente de Honduras. Él era el principal sustento de su madre Marta Aguilar Santos y sus tres hermanos menores, también formaba parte del Consejo Indígena Lenca de la zona, el cual está afiliado al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh).

Laura Jaqueline Ortiz, abogada interna del Copinh

Criterio.hn conversó con la abogada interna del Copinh, Laura Jaqueline Ortiz, para conocer más sobre el caso, luego de la audiencia de proposición de medios de pruebas realizada el pasado martes 23 de junio.

Durante la audiencia de proposición se le desestimaron cuatro medios pruebas a la acusación privada, dos de ellas testificales —las cuales, explicó Ortiz eran elementales para la tesis acusatoria— y dos más que correspondían a evidencia física.

Algo importante a resaltar en este caso, es que el requerimiento fiscal fue construido totalmente a partir de los testimonios de los policías involucrados en el suceso, y no se consultó o entrevistó a las otras siete personas que acompañaban a Pineda esa tarde.

“En ningún momento, agentes de investigación se acercaron a la familia para cerciorarse si habían más testimonios, si habían elementos de prueba por los cuales Marcos se hubiera defendido o circunstancias así”, relató la abogada interna del Copinh.

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UN REQUERIMIENTO FISCAL CONSTRUIDO ÚNICAMENTE CON TESTIMONIOS POLICIALES

La abogada Ortíz comenzó la entrevista abarcando lo entablado dentro del requerimiento fiscal, en el que se afirma que al mediodía los agentes policiales se dirigían a realizar un arresto domiciliario en una comunidad vecina a El Encinal, pero en el trayecto uno de los policías recibió una llamada a su teléfono personal indicando que frente al colegio nuevo había un grupo de personas haciendo escándalo público.

El por qué los policías se desviaron de dar cumplimiento a un arresto domiciliario por atender una denuncia de escándalo público —realizada a través de una llamada al celular personal de uno de los agentes de policía— es una muy buena pregunta, aún sin respuesta.

Ortíz señaló que pudieron constatar en el libro de novedades que al arresto domiciliario no se le dio cumplimiento, pese a que ese era el objetivo de la salida de la patrulla y no la realización del operativo.

De acuerdo a los testimonios policiales en el requerimiento fiscal, siete de las ocho personas salieron corriendo al ver la patrulla, quedando únicamente Marcos Pineda, quien —de acuerdo a los policías— se opuso al registro personal al que fue requerido por el agente José Adán Pérez López.

Siempre en el requerimiento fiscal, se sostiene que el registro personal a Marcos Pineda no se realizó puesto que este agredió con un machete al policía, quien a su vez habría usado como escudo el fusil que portaba, de esta forma infiriendo a Pineda un disparo a nivel de abdomen.

Debido a la herida, dice el requerimiento fiscal, que procedieron a trasladar a Pineda al Hospital Regional Doctor Roberto Suazo Córdoba, del cual dada la gravedad de la herida, se dio orden de transferirlo al Hospital Escuela en la capital de Honduras. Sin embargo, en el trayecto Marcos Pineda habría fallecido y remitido nuevamente a la ciudad de La Paz para hacer el levantamiento y reconocimiento del cadáver.

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LOS TESTIMONIOS DE QUIENES ACOMPAÑABAN A MARCOS PINEDA

No obstante, la versión que refieren quienes acompañaban a Marcos Pineda es distinta a lo expuesto en el requerimiento fiscal. Contrario a lo expresado por los policías, los testigos argumentan que iban caminando y estaban de visita en El Encinal, cuando la policía los alcanzó y les atravesaron la patrulla.

Ortíz relata que de acuerdo a la relación de hechos de estos testigos, a estas personas se les informó que se les realizaría un registro personal, por lo que se detuvieron. Uno de ellos llevaba consigo su machete, utensilio que se usa en las labores de campo en Honduras, y es con ese mismo instrumento que fue golpeado esta persona por el policía a cargo.

Tras esta acción de violencia por parte de la autoridad, indican que “Marcos no quiso dejar que se le practicara el registro personal por temor a que se le agrediera de la misma manera en que se le había agredido a su compañero”.

Tras su negativa, “se dio la persecución por parte de dos agentes de la policía y atrás la patrulla, en esto fue que se suscitó el disparo. Ya Marcos iba completamente solo, iba perseguido por dos policías y aparte de la patrulla, y fue ahí donde se dio el hecho en donde salió perjudicado nuestro compañero Marcos”, resumió la abogada interna del Copinh.

La abogada Ortiz señaló que si bien este abuso policial ocurrió previo al estado de excepción, ya con la instauración de la figura y la suspensión de muchas garantías constitucionales se da pie a mayor permisividad y a muchos más abusos e impunidad, entre tantas cosas más.

EL DERRUMBE AFECTIVO Y ECONÓMICO DE UN HOGAR

Marta Aguilar Santos, madre de Marcos Pineda Aguilar, en medio del dolor y la nueva realidad que vive junto a sus otros tres hijos, exige que la muerte de Marcos no quede en la impunidad y la persona que disparó cumpla una condena.

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Su hijo de 19 años se había convertido en el sustento del hogar, pero no duda que podrá sacar adelante a sus otros tres hijos. Admite que es duro y triste, “a veces doy vuelta y pienso en mi hijo”, dice con voz entrecortada.

“Cuando ya se crió él, […] dijo: ‘mire mamá, ya no quiero que ande con ese azadón para mantenernos a nosotros. Yo ya estoy grande’. […] Ya hoy que ya agarré el azadón otra vuelta, para mantener a los otros tres hijos que tengo, es costoso”, relató Marta Aguilar al Copinh en un video, que la organización publicó en su cuenta de Instagram.

Sobre el día en que su hijo fue asesinado, Marta contó que Marcos salió de casa ese miércoles, 23 de noviembre, a las 9:00 de la mañana y no regresó, pero “uno de madre siempre espera al hijo”.

“Yo digo que se haga justicia porque mi hijo no era malo. No, mi hijo, aquí toda la gente dice: ‘Mire Marta, lo que le hicieron a usted no es justo’, porque era gente que lo conoció. Yo lo que pido es que no quede impune [su asesinato]”, dijo la madre..

  • Marcia Perdomo
    Amante de la historia y la lectura, en permanente búsqueda del ritmo en las narrativas. Soy una periodista incisiva, las contradicciones son una invitación a investigar y la normalidad está sobrevalorada. Me rehúso a sobrevivir dentro de los pensamientos erróneos de una sociedad asfixiante. Investigo y construyo reportajes sobre el modelo extractivista y su impacto en los derechos humanos de los pueblos ancestrales, grupos vulnerabilizados y sociedad en general. Ver todas las entradas

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