Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
A mediados del año, los poderes del Estado otorgaron premios a las figuras más conspicuas e independientes del periodismo nacional, alguno tan independiente que no consintió recibirlos, pensando que la aceptación los comprometía. La crítica y la autocrítica no solo son signos de honestidad, son indispensables para la perspectiva vehemente de lo real y es comprensible la molestia de comunicadores amigos, atribuible a la falta de socialización –dicen hoy- y consulta, cuando se publica un PCM sobre comunicación, como ocurrió a fines de septiembre, sin haber hablado con ellos: con C Libre, Cespad y otros. Claro que es posible dar un exceso de atribuciones a CONATEL.
Censura no debe haber, previa ni posterior, aunque la pauta y las licencias de uso de las ondas hertzianas -que son bienes públicos- por supuesto deben usarse para corregir ventajas injustas, monopolios y ampliar participación. La especie de que, como en Nicaragua, el gobierno de Xiomara quiere imponer una dictadura mediática, resulta un poco ridícula en cuanto aquí el 99% de los medios son privados. Entrando el gobierno, la Presidenta a quien seguimos hombres y mujeres libres firmó la derogación de la ley mordaza, suscribimos y nos sometemos a los tratados que garantizan la libertad de expresión, y a ratos, da la impresión de que hay un acoso y hasta un chantaje al gobierno.
¡Que solo se ha judicializado el 6% de un centenar de asesinatos de comunicadores! Sí, pero eso es una calamidad general, y responsabilidad del Poder Judicial. Xiomara llegó solo al Ejecutivo, hace 10 meses y no es a ella a quien protegían los sicarios que mataron. ¡Que hay docenas de periodistas perseguidos por políticos y empresarios, sobre la base de la mala ley que confunde integridad y honor con impunidad y vanagloria! ¡Y permite que la gente se quiera hacer pasar por honesta a fuerza de influencia! Pues sí, y hay que reformar esa ley, puesto que, en democracia, ¡el ciudadano tiene derecho a la información sobre la figura pública! Porque el poder es intrínsecamente peligroso y paranoico.
La manipulación -oficial o por los dominios fácticos- de la comunicación para imponer una verdad conveniente al poder es un peligro innegable doquier. No es -en absoluto- dilema local, ni novedoso. Es histórico, global y permanente.[2] A los académicos, alrededor del mundo, preocupa la concentración e instrumentación del poder mediático -que Assange puso en evidencia- porque nos somete inapelablemente. Hoy, esa manipulación tiene una dimensión latinoamericana y otra mundial. Como consecuencia de su abuso, dice el periodista Guillermo Mejía de El Salvador, atestiguamos un apendejamiento global. Evidenciada cada día más en la propaganda de guerra que -en Ucrania- levanta la bandera de la OTAN sin arriesgar a su soldado contra Rusia.[3] El sabio Noam Chomsky denunció, hace un haz de meses, que nunca había visto una propaganda masiva como hay en este momento, tan deformadora de los hechos. No es la falta de información el problema, es falta de sentido crítico ante la información alterada, el pensamiento único con que se conforma la verdad hegemónica.[4] Paradójicamente, la dinámica así creada termina por desnudar sus propias mentiras: de modo que –ejemplo- hoy, cuando como consecuencia de esa guerra, los precios de energía se disparan y escasea el crudo, súbitamente el que antes fuera -según tesis oficial estadounidense- un corrupto, narcotraficante, usurpador, terrorista, que estorbaba al pobre Juan Guaidó, Nicolás Maduro vuelve a ser súbitamente el Presidente de Venezuela, en Europa y hasta ante EUA.
En todas las esquinas del Continente, desde Washington hasta Santiago, vemos sincronizadas andanadas de ataques y acosos contra gobiernos progresistas, que ya son mayoría, aunque diversa, en América Latina. Casi logran detener al gran Lula. Hacen la guerra contra Castillo y Cristina, se ensañan contra Xiomara y AMLO, ahora contra Petro, presidente en Colombia, con una propaganda que ronda en lo chocarrero. Contra Lula que viene, y contra Correa que regresará. Quienes, según estos defensores de la democracia y de la modernidad, representan el pasado, abanderan el fracaso, conducen a la catástrofe. Red baiting dicen en inglés, viejo truco ideológico de guerra fría: !The russians or –now- the chinese are coming! ¿Solo el comunista muerto es buen comunista?
Una campaña, dice la periodista Sonia Gómez, desde Canadá, con la que buscan detener el anhelo de democracia, denostando, metiendo miedo, del socialismo que, según ellos, envilece, destruye la riqueza y arrebata los patrimonios. Para eso mienten descaradamente. Falsifican noticias, en Honduras exactamente igual como hacía la propaganda que –desde seis meses antes- preparó el golpe de 28-06-2009. Y que se hacía simultáneamente en radio, televisión, medios impresos y en las redes incipientes, para denunciar la supuesta y perversa intención de continuismo de Mel, quien, ¿impidiendo la elección que lo desplazaba? según se repetía, pretendía perpetuarse en el poder para imponer el castro-chavismo, expropiar a la empresa privada. Se denunciaron todos los días supuestos proyectos de ley para ese fin, según calcados de la Venezuela de Chávez, en realidad inventados: para quitarles a los propietarios sus casas, para invadírselas, arrebatarles a los campesinos a sus hijos, para criarlos como ateos. ¿De verdad? ¡El día del golpe, se advirtió que los venezolanos venían a invadirnos! ¡De modo que se movilizó a la reserva que los iba a detener! Propaganda sin concesión a la lógica, ni clemencia, dirigida a apendejar a cualquiera, a sacar a la gente de juicio. ¿Tiene la comunicación derecha a inventar y a propagar mentiras así? ¿La sociedad no puede defenderse?
Ahora vino a repetirse esa campaña, reagrupando a la constelación de los golpistas, todos nadando sintonizadamente en pileta de agua bendita, de nuevo, sin faltar puño de contritos sospechosos, y el que quiere ser neutral, que vacila, a la vera de la historia, destilando odio y falsedad. Que los frijoles a 20 pesos son culpa de Xiomara, y el galón de diesel a cien, culpa de Mel, aunque la inflación sea global. ¡Que su gobierno manda a quitar violentamente -a lo Ortega- las carpas en que protesta la ciudadanía honrada, que, si es lo mismo de antes, y ayer, lo mismo de siempre, igual de corrupto que el gobierno de JOH! Que están molestando al gringo o a la gringa, invadiendo las ZEDE honestas, presionando los colectivos. Hay que oponerse ya porque si no, otra vez, vamos a terminar como Cuba. En Nicaragua circulan libremente los forajidos catrachos, en Tegucigalpa se visten otra vez de camiseta blanca. Van 10 meses, dicen los justos y ¿el gobierno no ha hecho nada?
Fuera de arrestar y entregar a los capos que no huyeron, excarcelar a los presos políticos. Derogar: 1) la ley para concesionar ZEDE, 2) la ley de secretos, 3) la ley de empleos por hora, para restaurar el Código del trabajo. Prohibir nuevas concesiones mineras. Instalar un ministerio de transparencia en manos de un reputado independiente, invitar a la CICIH, procurar apoyo. Mejorar cuanto pudo el procedimiento para nominar magistrados. Formular una ley contra la violencia a la mujer. Reestructurar la administración eliminando 17 secretarías que generaban desorden, pero recreando la de la mujer y la de cultura. Eximir del pago de electricidad a un millón de los hondureños pobres. Aumentar el presupuesto de educación. Iniciar la reforma energética y obras hidráulicas del Valle de Sula, pendientes del 1998. Rescatar fondos de fideicomisos corruptos. Eliminar cobros abusivos de la banca y procurar baja de intereses. Iniciar la esperanza aplazada de una policía comunitaria. Mal que bien se respondió a las emergencias que antes pasaban desapercibidas y se pagaron que 56 mil millones de la deuda en que nos metieron los sucesores del golpe. Según El Observatorio Independiente y NNUU han disminuido en 14% las muertes violentas y los homicidios y más de 34% los suicidios. Por supuesto han continuado y se seguirá cometiendo errores. Es poco. Hay mucho reto pendiente y causa frustrada, y funcionarios nuevos, buenos y malos, eficaces y menos. Pero sus atracadores no buscaban mejorar, avanzar; conspiran para imponer la agenda vencida.
Los tarifados de antes son sus paladines: el Chino, Esdras, con la estrategia sostenida de demeritar al gobierno y a LIBRE, denigrar a la presidenta, alegar que es títere de Mel, como hacían, y de calificar el rechazo del cobro como represión, la deducción de responsabilidades que se plantea, independientemente, desde la UFERCO, en la Operación Hermes como ataque. Igual las grandes corporaciones se sienten obligadas a adversar. ¿Pero es represión revelar las cantidades grotescas de dinero que el anterior régimen repartía a conductores y medios poderosos? Como antes de depurados en 2021, además resurgen los call centers, chats, los cuchicheos y los ataques de bots en las redes sociales, perfiles y grupos que se dicen analíticos, medios digitales dizque independientes, pero que igual titulan con sesgo lo que informan, inventan y propagan rumores amasados con anécdotas. Y luego se visten y maquillan de critica objetiva, se imposta de perseguidos y valientes, los agresores
De donde menos esperamos, salen los ventrílocuos, haciendo eco de, o repitiendo sin comas las frases, las consignas y mensajes subliminales de la campaña burda. De repente, de la nada, se reproducen misteriosamente, las falsedades, las percepciones torcidas, y sus peligrosos llamados al motín. Ante una población particularmente vulnerable por su bajo nivel escolar, por sus limitaciones culturales y cívicas, por su falta de asociatividad efectiva, y por el conservadurismo de su gran penuria. Aunque también por supuesto por la impericia oficial en el manejo de la información pública. Terrible porque tiene efecto rebote. Como reflejo del espejo se produce, acá el contrario efecto de culpar a ese acoso de todos nuestros males: nos victimizamos a nosotros mismos y achacamos a la conspiración, lo que sale mal, excusando si improvisamos, o hicimos mal las cosas. Caemos en recurrir automáticamente a la coartada de la herencia maldita, olvidando que la responsabilidad ahora es nuestra.
No solo medios, hay periodistas malos, abominables, payasos, irresponsables, y otros de pensamiento plano, incapaces de penetrar la más fina de las superficies, torpes al hablar y al escribir, cuando debieran ser ejemplos y maestros. Los hay tarifados, que venden el elogio o ensayan la extorsión. Fingidos, que se dan importancia solemne, invocando la causa pública. Todos son responsables, pero no son el problema. El problema son los medios, atrás sus dueños y socios, los intereses mercantiles y criminales. Exigiendo cada cual sus magistrados, anunciando que no permitirán que nadie tenga más. ¿Pero qué hacer? A la prensa no se le paga ni se le pega, se le tiene que exigir responsabilidad si, y mantener acompañada con una estrategia comunicacional profesional, se la educa y se guía a la gente.
¡Estrategia comunicacional profesional, creíble, por medio de la cual el gobierno ubique y desactive la conspiración perpetua, desvirtúe la campaña sucia, contrarreste los ataques y aclare su causa justa! Una contra-campaña que precisa el liderazgo personal, continuo de la presidenta. Y apoyar una red de radio y televisión local, comunitaria, de la gente, de periódicos del tipo que sea, que mantenga a la vista una comunicación alternativa, que no es lo mismo -en absoluto- que oficialista. Libre.
Felizmente por hoy, la campaña ha fracasado, el timing le falló. Tristemente, no se ha dado por vencida. No puede sobrevivir la democracia genuina cuando los órganos y medios de comunicación privados -monopolizados a tres manos- conspiran, en aquelarre permanente para engañar al pueblo, e inducir el crimen, la ingobernabilidad, el golpe, la traición trapera que ignora su nombre o se imposta de cívica. Pero la presidenta Castro nunca ha pretendido manipular la información y no tiene cómo hacerlo. Ha reiterado siempre su compromiso con la democracia, y para defender, con sus inevitables riesgos, la libertad de prensa y expresión. En nuestra idea, y en la suya también, no puede haber democracia sin libertad ni queremos socialismo sin democracia. Tomémosle la palabra.
El Carmen 18 de noviembre de 2022.
[1]Hace 20 años reflexione primero sobre el tema general, colaborando en el libro que coordinó Víctor Meza, Honduras, Prensa, Poder y Democracia, CEDOH 2002 que después se reeditó ¿con CLACSO, 2002?A mediados de Julio de este año, publiqué una primera edición de este pequeño ensayo que, aprovechando que Uds. no leen o no recuerdan lo que leen, he dispuesto reeditar actualizándolo.
[2] Histórica porque quizás desde los albores de la humanidad ha habido tal manipulación y sin duda la habrá por otros medios luego, pero aun en su actual versión, es por lo menos centenaria. Aquí en Centroamérica quizás el derrocamiento de J Arbenz fue producto de una operación de propaganda.
[3] Me lo señala mi maestro Lorenzo Meyer, que es un conflicto que ya preveía temprano en el sigo XIX Alexis de Tocqueville, CP.
[4] Salvo AMLO, nadie defiende a Julián Assange, quien puso eso a la vista. Y para apoyar esa alineación, se ataca a Assange, a AMLO y a Chomsky.
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Rodolfo Pastor Fasquelle, Doctorado en Historia y analista político, escritor y exministro de Cultura y Turismo, Graduado en Tulane Estados Unidos y el Colegio de México Ver todas las entradas