Alcaldía anuncia que el 15 de abril habrá un diálogo sobre la construcción de viviendas en Villa Solidaridad (salida carretera a Olancho) y el 20 abril se comenzará con las obras de mitigación en la colonia Guillén
Por: Katerin Galo
Fotos: Horacio Lorca
Tegucigalpa. – Yanoris Flores se paseaba con su hijo de unos cinco años y su hermano de ocho años. Desconcertada veía los escombros y cómo lo efectos del cambio climático habían dejado sin sus casas a varios de sus vecinos, con quienes convivió por varios años. Los dos pequeños jugaban con una bicicleta mientras Yanoris contaba a Criterio.hn lo que ha pasado con sus vidas después del derrumbe.
Mientras regañaba a los pequeños por jugar cerca de la zona del desastre, Yanoris relataba que cada mañana se despierta pensando que la casa que alquila podría ser la siguiente en derrumbarse por la falla geológica en esa zona de la capital hondureña.
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El 11 de septiembre del 2022 varias familias se quedaron sin su vivienda debido a un derrumbe en la colonia Guillén que provocó que los pobladores de ese sector y otros aledaños decidieron abandonar los escombros de lo que un día fueron sus viviendas donde vieron crecer a sus hijos.
Días atrás, el equipo de Criterio.hn se trasladó hasta la zona para conversar con los habitantes y escuchar los testimonios de los afectados.
Mientras caminábamos por la calle principal de la zona del desastre, en la colonia Guillén, Yanoris, observaba con tristeza y nos mostraba el lúgubre panorama que persiste en el sector, a varios meses del desastre, pues los escombros continúan allí, siendo un recordatorio de la fragilidad de al menos 116 barrios y colonias del Distrito Central.
“Actualmente estamos cerca del derrumbe, tenemos que estar alertas, pero como le digo no hay condiciones para irse a vivir a un lugar más seguro, es imposible, porque los alquileres están por los cielos”, se quejó.
La mujer, de 31 años, relató a Criterio.hn las horas de angustias que vivió ella y toda la comunidad de la colonia Guillén y Nueva Santa Rosa, el 12 de septiembre del 2022, luego de escuchar cómo tronaban las paredes y el suelo, producto de un deslizamiento de tierra.
“No nos sentimos seguros, pero como algunas personas no tenemos un empleo para poder pagar el alquiler de un cuarto o una casa tuvimos que regresarnos, a vivir en la zozobra y en el peligro”, relató.
Nos expuso que, en virtud de su precaria situación económica, seguirá viviendo en la zona a pesar del riesgo que esto implica para ella, sus dos hijos y el resto de su familia. En conclusión, no tiene para pagar una renta en otro lugar que sea más barato a lo que ella paga actualmente.
PROMESAS INCUMPLIDAS DE LA ALCALDÍA
Han pasado más de seis meses del deslizamiento de tierra que provocó el hundimiento de al menos 60 viviendas en la colonia Guillén y Nueva Santa Rosa y el agrietamiento de otras más que podrían ceder producto de una falla, cuyos estragos vienen siendo advertidos tras el huracán Mitch en 1998.
El daño del suelo ocasionó, la madrugada del 12 de septiembre de 2022, que alrededor de 900 habitantes, que habitan unas 180 viviendas, fueron instados a abandonar la zona por la Alcaldía Municipal del Distrito Central. El ofrecimiento en ese momento fue llevarlos a albergues mientras pasaban las torrenciales lluvias.
Luego, la alcaldía entregó un bono de 10,000 lempiras a las familias afectadas y prometió reubicarlas, porque la zona es inhabitable.
En primera instancia se habló de habilitar Ciudad Mateo para reubicar a las familias afectadas, pero entre las opiniones encontradas de geólogos y expertos en temas de urbanización, se llegó a la conclusión que estas personas serían trasladadas a un terreno ubicado a la salida al departamento de Olancho, porque la primera opción podría traer consecuencias adversas al medio ambiente y al agua que consumen los capitalinos.
En las últimas semanas este medio digital se trasladó a la zona y al consultar a varios vecinos estos aseguraron que las autoridades municipales no les han dado respuesta, por lo que, ante la falta de soluciones a largo plazo, varias familias retornaron a lo que queda de sus casas; mientras que otros, que alquilaban, se fueron a vivir a otra parte.
“De la alcaldía nos dijeron que nos iba a dar casas, no nos dijeron dónde pero no han vuelto a mencionar que nos darán un lugar seguro donde vivir con nuestras familias”, aseguró Yanoris Flores.
Para conocer como marchaba el proceso, hace tres semanas, Criterio.hn entrevistó al director del Despacho Municipal, Russel Garay, quien aseguró que ya existe un proceso de licitación privada—debido a la emergencia—y un presupuesto de más de 100 millones de lempiras para la construcción de una urbanización en la salida a Olancho donde se reubicaría a los pobladores.
Este medio de comunicación le ha dado seguimiento al tema y hasta el momento no se ha informado sobre los avances del proyecto.
El día de la entrevista, Garay argumentó que la tardanza en el inicio de la construcción de las viviendas se debe, en parte, a que primero se hizo un estudio de suelo que es un requisito importante para saber la estabilidad del terreno.
Agregó que el estudió arrojó que el terreno donde serán reubicadas las 180 familias no es una zona de riesgo y garantiza la estabilidad del inmueble por los próximos 100 años.
“Ya con ese visto bueno, nosotros estamos finalizando los diseños que considera el estudio de suelo y en este mes [febrero] lanzaremos la licitación privada, se deben invitar alrededor de unas 10 empresas para que participen en esto y se debería poder adjudicar, bueno, a principios del siguiente mes y con ello poder iniciar la construcción de la urbanización”, declaró.
Explicó que el proyecto de la alcaldía no es solo la construcción de las 180 viviendas, sino que una urbanización que incluya un centro escolar y otras obras comunitarias.
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POBLADORES PROTESTAN EN LAS CALLES
En virtud de la lentitud del proceso de reubicación, varias familias residentes de las colonias Reparto por Bajo, Santa Rosa y Cerrito Blanco, efectuaron, el lunes 20 de marzo, una protesta cerrando las calles que conducen de Tegucigalpa a los municipios de Valle de Ángeles y Santa Lucía.
“¡Señor Aldana, nos llegó de nuevo el invierno. Usted y su equipo no nos resolvieron nada!”, fueron las consignas de los pobladores que fueron afectados en septiembre de 2022 por una falla geológica que los dejó sin vivienda.
Los pobladores salieron a las calles ante el miedo desatado por las lluvias inusuales de la temporada seca y que han comenzado a caer en Honduras, producto de los efectos del cambio climático.
Los habitantes de la zona afectada por los deslizamientos solicitan la instalación de drenajes para canalizar el agua de la lluvia que se ha registrado en las últimas horas.
Una de las afectadas, Scarleth Zelaya, explicó a este medio digital que las autoridades municipales no les han dado respuestas concretas sobre las acciones en favor de las comunidades afectadas.
Scarleth dijo que las principales exigencias son soluciones ante el problema de vivienda por el que atraviesan desde hace seis meses, obras de mitigación en la colonia Guillén, monitoreo de suelos para saber con precisión si existe riesgo de nuevos deslizamientos.
La pobladora comentó que las autoridades de la Alcaldía Municipal del Distrito Central “únicamente han ido a dizque monitorear los suelos y a tomarse fotografías, pero realmente el trabajo no lo han comenzado, estamos ya en el mes de marzo y ya está cerca el invierno”.
Scarleth manifestó que mientras pasa el tiempo, más crece el riesgo aun en el verano, ya que debido al cambio climático las estaciones del año no son tan marcadas como antes. En ese sentido, comentó que la lluvia que cayó en la capital la tarde del sábado 18 de marzo, alarmó a los residentes de esa zona.
“Mientras el gobierno no decida poner mano, esta zona se va a seguir perdiendo, únicamente falta la voluntad del gobierno para que pongan a trabajar a la alcaldía”, comentó.
Afirmó que, la municipalidad les había anunciado que se haría un estudio casa por casa para ver si las viviendas que estaban en esos alrededores podían volver a ser habitadas, pero hasta el momento la Alcaldía Municipal no ha tomado ninguna acción concreta.
Asimismo, expuso que mucha de la tubería de la colonia Guillén ha colapsado luego del derrumbe y ahora el agua está provocando la saturación de los suelos.
De igual manera, Jeovani Sierra, habitante de la colonia Reparto por Abajo externó que las lluvias del fin de semana provocaron un pequeño dique en la zona del derrumbe, lo que ha ocasionado miedo en los vecinos ante un eventual y nuevo deslizamientos de tierra.
Jeovani Sierra, poblador de la colonia Reparto por Abajo, teme un nuevo deslizamiento producto de un dique que se ha originado en la colonia Guillén.
NUEVA RESPUESTA DEL ALCALDE
En respuesta a la protesta de los pobladores, el alcalde del Municipio del Distrito Central, Jorge Aldana, dijo desde su cuenta de Twitter que la próxima semana comenzará un proceso de socialización de las obras.
Asimismo, que el 15 de abril habrá un diálogo sobre la construcción de viviendas en Villa Solidaridad (salida carretera a Olancho) y el 20 abril se comenzará con las obras de mitigación en la colonia Guillén.
Aldana aseguró que el dinero disponible será destinado exclusivamente a la construcción de viviendas en Villa Solidaridad.
El 23 de septiembre de 2022, el alcalde capitalino Jorge Aldana anunció la disponibilidad de 120 millones de lempiras para la construcción de 180 viviendas para la población afectada por los deslizamientos de tierra en la colonia Guillén y sectores aledaños. El edil hizo el anuncio al firmar un acuerdo tripartito entre la Alcaldía Municipal del Distrito Central, el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS) y la Comisión Nacional de Vivienda y Asentamientos Humanos de Honduras (Convivienda)
VULNERABILIDAD ANTE EL INVIERNO E INCLEMENCIAS DEL CLIMA
La capital de Honduras es una zona vulnerable ante los desastres naturales y deslizamientos de tierra provocados por la filtración de agua y la misma actividad humana. La desoladora situación en la colonia Guillén y Nueva Santa Rosa es una muestra de ello.
En septiembre del año pasado, pobladores de ambas colonias se despertaron con la noticia de que sus viviendas habían quedado reducidas a escombros por la falla geológica que recorre al menos 116 barrios de Tegucigalpa.
En 2020, el territorio hondureño fue fuertemente golpeado por los estragos de las tormentas tropicales Eta e Iota, que trajeron consigo una estela de lluvias e inundaciones en todo el país, especialmente en la zona norte, donde varios municipios de Cortés y Atlántida sufrieron el embate de ambas catástrofes naturales, ocasionando además de daños en viviendas e infraestructura, millonarias pérdidas económicas en el sector agroindustrial.
A consecuencia de ambas tormentas tropicales hubo una saturación de agua en los suelos capitalinos que acrecentó aún más el problema de las fallas geológicas.
En el año 2002 la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional conocida como (JICA) realizó un estudio sobre el Control de Inundaciones y Prevención de Deslizamientos de Tierra en el Área Metropolitana de Tegucigalpa. Según el documento, las principales causas de los deslizamientos de tierra en la capital hondureña son las filtraciones de agua, la expansión urbana y la deforestación.
Dicho informe destaca que la cantidad de precipitación de lluvias anual varía entre 800 milímetros y 1,500 milímetros y el promedio del área es de 1,000 milímetros por año. De acuerdo con la cantidad de precipitaciones puede llegar a ser entre 1,200 mm y 1,400 mm en la cuenca del río Guacerique, el río Grande y en la montaña de La Tigra. Por otra parte, la cantidad de precipitaciones en el área sudeste, las cuencas del río Sabacuante y el río Canoas pueden llegar a ser tan poco como 850 milímetros y la evaporación total anual es de 800 milímetros.
Sumado a esto la Agencia Hondureña de Aeronáutica Civil (AHAC) registró en el 2021, en Tegucigalpa, al menos 501 milímetros de lluvia y en el 2022, entre enero y agosto, 610.3 milímetros de precipitaciones (lluvia).
Durante las primeras semanas de septiembre del 2022 la Comisión
Permanente de Contingencias (Copeco) declaraba alerta verde en 11 departamentos del país por 48 horas debido a las constantes lluvias y la saturación de los suelos.
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SATURACIÓN DE SUELOS Y FILTRACIÓN DE AGUA
El geólogo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Maynor Ruíz, señaló que básicamente estos deslizamientos cuando ocurren se estabilizan y dependiendo de cuánta agua pueda llegar se vuelven a reactivar. Normalmente se activan en deslizamientos más pequeños como el que ocurrió en las colonias Guillén y Nueva Santa Rosa.
Detalló que anteriormente la UNAH, la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA, por sus siglas en inglés) y la misma Alcaldía del Distrito Central realizaron un estudio en conjunto con la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).
Expuso que el grupo de investigadores identificó que el agua que escurría por la filtración y saturación de los suelos, era un elemento desencadenante o el factor que disparó los deslizamientos.
Ruiz manifestó que el equipo que participó en el estudio le recomendó a la municipalidad capitalina mantenerse alerta ante cualquier evento que pudiera pasar, en virtud de que, previo al periodo de lluvias, se observó que los censores mostraban bastante actividad.
“Lo que creemos que ocurrió fue que hubo entrada de tanta agua superficial, es decir, el agua que las personas vierten en las calles, y el agua que se vierte producto de lluvia, esa entró a esta masa que ya estaba susceptible a moverse y de ahí se generó el deslizamiento”, comentó.
Sumado a lo anterior, la tubería del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) se rompió provocando que el agua activara los deslizamientos.
Por su parte, el geólogo Carlos Sabillón explicó en una entrevista con Criterio.hn que toda fractura en la corteza terrestre se llama falla geológica y en el Distrito Central se ha identificado una falla a la que se le ha denominado la “falla de Tegucigalpa”.
Sabillón detalló que la falla de Tegucigalpa se extiende desde Comayagüela, específicamente del barrio Las Crucitas y la colonia Tres de Mayo, luego cruza por el cerro El Berrinche hasta llegar al municipio de Valle de Ángeles.
El geólogo refirió que además de la filtración de agua hay otros elementos que ayudan a que las fallas geológicas se fortalezcan y provoquen desastres como el ocurrido el 12 de septiembre de 2022 en las colonias Guillen y la Nueva Santa Rosa.
Precisó que la deforestación de toda la falda de El Picacho, las diferentes urbanizaciones y demás actividades que realiza el ser humano y las aguas residuales que se han filtrado en el suelo, han resultado en un caldo de cultivo que ha permitido que esa zona de Tegucigalpa sea muy inestable.
El geólogo aconseja que toda la zona adyacente al cerro El Picacho, en la que se encuentran las colonias Guillén y Nueva Santa Rosa, no se permita la construcción de viviendas porque es un lugar muy inestable.
Por su parte, el expresidente del Colegio de Arquitectos de Honduras, Dino Rietti, recomendó tener cuidado con las filtraciones de agua por ser un factor que incrementa el riesgo de las fallas geológicas, por lo que cuestionó que las autoridades municipales no hayan procedido de inmediato a reparar la tubería rota.
¿QUÉ MEDIDAS SE DEBEN IMPLEMENTAR PARA EVITAR FILTRACIONES DE AGUA?
El geólogo Maynor Ruiz recomendó que para contrarrestar las filtraciones de agua y que estas deriven en deslizamientos de tierra, se construya un sistema de cunetas que recolecte el agua lluvia incluso el agua que sale de las casas.
El especialista en geología indicó que existen otras obras de mitigación como la construcción de muros de contención.
Los geólogos Maynor Ruiz y Carlos Sabillón y el arquitecto Dino Rietti coinciden en que las colonias Guillén, Nueva Santa Rosa y otras adyacentes al cerro El Picacho sean declaradas inhabitables.
El geólogo Carlos Sabillón recomienda a la Alcaldía Municipal del Distrito Central que tome en cuenta las medidas sugeridas por JICA en las faldas de El Berrinche, específicamente la construcción de drenajes subterráneos.
¿ES CIUDAD MATEO UNA ZONA VIABLE PARA TRASLADAR A ESTAS LAS FAMILIAS AFECTADAS?
Criterio.hn consultó además sobre la factibilidad de habitar Ciudad Mateo. Para el geólogo Maynor Ruiz, el proyecto habitacional si se puede habilitar, siempre y cuando se construyan sistemas de tratamiento de aguas residuales, para no afectar la cuenca del río Guacerique.
Señaló que Ciudad Mateo, como tal, en este momento, no está ejerciendo presión, contrario a lo que está ocurriendo con proyectos agrícolas y áreas de cultivo que generan algún tipo de contaminación debido a los insumos que se utilizan.
No obstante, el también geólogo Carlos Sabillón es del criterio que a pesar de que Ciudad Mateo está bien ubicada geológicamente no debe ser considerada para ser habitada.
Sabillón señaló que el problema con habilitar ese proyecto es que se estaría atentando contra los habitantes de Tegucigalpa, pues cerca de Ciudad Mateo está ubicada la represa Los Laureles que provee de agua potable a una cantidad considerable de habitantes del Distrito Central.
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