Pepe Lobo

Pepe Lobo y las gallinas

Oscar Marroquin

Por: Oscar Miguel Marroquín

Es comprensible que este «cachureco» no quiera abrir la boca, supongo que es por el temor que le guarda a Juan Orlando Hernández, o seguramente, porque no quiere ver a “mi Rosa” como la llama a su esposa, asesinada en alguna cárcel de Honduras, digo que es comprensible porque de un dictador todo lo malo se puede esperar, sobre todo cuando este se siente poderosamente apoyado por los Estados Unidos.

Sin embargo, parece que al señor Porfirio Lobo ya ni siquiera dignidad le queda, JOH lo ha visto y tratado como un pedazo de trapo viejo e inservible, es decir, como un «cachureco» en el cesto de la basura y, todo esto debido a la falta de valentía y dignidad que cualquier hombre debe mostrar ante una situación adversa cuando de defender a la familia se trata; ante esta falta de valentía y dignidad, parece que el señor Porfirio Lobo ha optado por utilizar a terceros con el propósito de atacar a Juan Hernández, esto naturalmente desdice mucho de alguien que se precie llamar realmente hombre.

Creo sin lugar a equivocarme que el señor Porfirio Lobo perdió lo que a las gallinas les sobra.

Particularmente y siendo un expresidente dudo mucho que no conozca o tenga información que pueda conducir a esclarecer cómo y de qué manera Juan Hernández, su mujer y demás colaboradores han obtenido tanta riqueza en un poco tiempo y en el que, dicho sea de paso, justamente cuando han fungido como funcionarios públicos; ¿O será que Pepe Lobo quiere seguir salvando la democracia? Tal como lo expreso en su oportunidad cuando dijo que él conocía el saqueo que el partido nacional haba llevado a cabo contra el seguro social, pero que en favor de salvar la democracia prefirió guardar silencio.

Que forma más obscena la de salvar la democracia.

Parece que con el silencio Pepe Lobo opta por salvar al Partido Nacional más que a la democracia y a su familia, no cabe duda entonces que “hechor y consentidor pecan por igual”.

Creo que Pepe Lobo debería ir a las puertas de casa presidencial, arrodillarse y pedirle perdón al dictador, pues este como ya lo dije anteriormente, está bastante desprovisto de lo que a las gallinas le sobra, seguramente con esta acción poco digna y varonil probablemente el dictador se apiade y de la orden de liberar a “Mi Rosa” o al menos de dejarla que esta se defienda en libertad, como ha ocurrido con el resto de los criminales que también forman parte del partido nacional.

Parece que por más donaciones que hagan las gallinas al señor Porfirio Lobo, este prefiere seguir como un verdadero eunuco.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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