Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
Hacia 1600 en el continente europeo florecen las grandes monarquías. La española ha conquistado América y prevalecido contra el turco poco antes, en Lepanto. Pero la contradicción ahora es interna, entre los nuevos poderosos polos de sus ambiciones. La Armada de Felipe II viene de naufragar en una tormenta frente a la escarpada Escocia y, como mal agüero, ese rey emblemático muere antes del alba del siglo XVII. Las flotas españolas pesadas y artilladas contra el corso ya se desplazan lentamente. Hacia 1650, derraman sangre aun y viseras las guerras religiosas, y los askenazi son empujados hacia el Este. Europa es la nueva rica, que se desgarra entre dogmas, pretensiones, herejías y delirios. Sus mentes más geniales Hobbes, Descartes, Spinoza, Bayle huyen del estado y de la academia.
Con ayuda de Ming, también antes de iniciarse el s. XVII, Joseon había rechazado invasiones de los japoneses, entre quienes el de Tokugawa se iba consolidando como clan del samurái. Pero aquellas agresiones habían dejado daños graves en la economía agrícola y un trauma político. Los mongoles aprovechan, invaden en 1626, asaltan Hanyang (Seul), toman rehén al Rey Injo de Corea, y lo conducen a la estepa para humillarlo hasta que acepta el tributo. Kim Man-Jung (1637-1692) cuenta la historia de un coreano de carne y hueso. Pocos años después, igual los manchúes aprovechan los desórdenes y el descontento en China para instalar en 1644 Pekín la nueva dinastía, la Qing que, mimetizándose duraría un par de siglos, hasta fines del s. XIX.
Era un cambio de época. El Renacimiento. A finales del s. XV, todavía una veintena de las ciudades del Oriente, sus redes de pensamiento y comercio, eran las más grandes del planeta, con poblaciones de más de 100 mil habitantes. Pero ya superan ampliamente esos niveles de urbanismo los puertos mayores del Mediterráneo junto con las capitales europeas principales hacia 1700. Y para 1850 había ya más ciudades grandes (redes urbanas) en la Europa central que, en el Oriente Lejano, el cual parece retroceder por siglo y medio a un tercer plano.
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No le habrían hecho del todo bien a España el oro del Darién y la plata de Potosí, porque no tenía capacidad de producir, de modo que, con el derrame, más bien aumentan las corruptelas y los precios. Feijoo sabía cómo había que reformar el estado, pero gobierna Lerma en el vacío. Aprovechando que está sobre extendida, sus enemigos -que son todos, ingleses y franceses, portugueses y holandeses, piratas y corsarios- se han alzado con las rutas de navegación, establecen cabezas de playa en todas las islas y continentes, y exploran otros.
Alboreó el siglo XVII en España con El Quijote, que exponía el ideal modernísimo de individualidad, libertad, dignidad. D. Velásquez retó y pintó las meninas y una cruz de calatrava en su capa en 1656. En el mundo colonial hispano se gestan nuevas articulaciones e identidades, desinteresadas de las pasiones metafísicas y de los tesoros de la corona, la población vuelve a crecer; y Sor Juana escribe el Primero Sueño.
A Shakespeare también interesaban del mundo, las pasiones, el amor y la ambición, los celos y la traición, más que la religión de los puritanos. Y sus dramas quedaron grabados en nuestra imaginación. Pero casi nadie recuerda los enclosures con que los terratenientes ingleses despojaron de sus patrimonios a los campesinos, desplazándolos a la ciudad, como obreros, para producir lana y la nueva industria textil de exportación. Aunque bajo el Rey Sol que muere en 1715 Francia ha prevalecido en el Continente, rematando su triunfo con la Guerra de la Sucesión con que puso en el trono español a borbones ilustrados, ¡tan superiores los primeros, a los últimos!
Luego de decapitar a su rey rebelde, esos ingleses fundaron su primera república sobre la vieja carta magna. El parlamentarismo engancha talento y avanza el Gran Diseño de Cromwell. Para 1664 Nueva York era inglesa y tenía 5 mil habitantes, lo mismo que Salem MA, San Agustín Fa. Jamaica controla el Caribe. La holandesa es otra república puritana con un proyecto colonial mercantil, como el de Portugal, desembozadamente esclavistas.
Tres cuartos de siglo después, la Ilustración francesa enciende la mecha de la Revolución que explosiona a un Antiguo Régimen caduco, libera a los esclavos en Haití, genera ideales republicanos que –allá- se fusionan con los ingleses, y los angloamericanos utópicos.
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La derrota de la Revolución Francesa por los emperadores da lugar al neo mercantilismo que toma auge con la multiplicación de las compañías. (La primera alianza pública privada que dicta la pauta del régimen económico moderno.) Aunque los europeos para industrializarse se valen de regímenes de explotación genocidas. Y para no evitar responsabilidad aparcelan el globo en protectorados, que siglos después devienen estados fallidos de naciones fragmentadas, tierras baldías y mortíferas. Y se llevan de encuentro en su fatua prepotencia la dignidad que le quedaba a los vecinos no digamos a los otros. Bajo el primer Napoleón (que ocupa Egipto y vende La Luisiana), y bajo el tercer Napoleón, en México 1860, Polinesia y África subsahariana. Con esa ambición y racismo la modesta Bélgica aterroriza a El Congo, llevando el White Man s Burden.
Aun después de sus grandes fiascos, Francia sigue siendo potencia cultural y hospedero de la ciencia. Pero el verdadero imperio es el inglés esclavista, justificado antaño por el genial David Hume, y paradójicamente por los conceptos idealistas de John Locke. Bajo la nueva dinastía de Hannover, avanzan el parlamentarismo, el comercio y la ciencia.
Durante el siglo siguiente, Inglaterra impulsa la primera Revolución Industrial y establecería un imperio colonial, marítimo, en que no se ponía el sol, aunque perdió prematuramente a las trece joyas de América. Hacia 1850 Britania ostenta orgullosa su imperio oceánico, en La India y el Commonwealth que incluye a Australia y al Caribe hasta casi hoy. En los intersticios del fracaso revolucionario galo, sobrevive España, se consolida el poder de la Gran Rusia, a la vez que se forman nuevas naciones poderosas: Alemania e Italia, que igual se industrializan y quieren figurar en el mundo. Ser modernos es la única opción; la democracia ya fue derrotada.
El Centro ya está en Europa Occidental y se desplaza hacia el Atlántico Norte a finales del s. XIX. Es en ese contexto, que antes los europeos que los norteamericanos, se lanzan sobre el Oriente a rematar. Aunque hoy da pena y se esconde la infamia y la rapiña, los más civilizados instrumentalizan la explotación etnocida. Trafican esclavos orientales. Inducen y fundan industrias criminales. Venden opio en China, humillan y saquean a México y El Caribe.
Después de independizarse en los albores del siglo XIX, pero bajo conducción de elites sin arraigo, pero celosas, América Latina deambula en círculos, perdida en el laberinto del cacicazgo provincial, en casi un siglo de 1810 a 1880 de guerras civiles y entre naciones hermanas y enemigas, etnocidio, pérdidas de territorios, dictaduras feroces, hambrunas y servidumbres destiladas en nacionalismos autodestructivos.
COREA
Jeong Yakyong Dasan planteaba reformas a principios del s. XIX. Yulgok dijo por primera vez que cualquiera que estudiara bien podía ser un sabio y un hombre superior. Pero luego de largo aislamiento defensivo, a mediados del s. XIX, el único actor paralelo al europeo en Asia es el Japón post Meiji, que se adelanta y se moderniza. Pero ejerce presiones idénticas a las de los estadounidenses y europeos, como si esa exigencia prepotente fuera consustancial con el modo de operar del modelo. Joseon se ha debilitado luego de tres siglos; se ha diluido el cemento que daba coherencia a su régimen, prevalecen la corrupción y el tradicionalismo disociador. Los coreanos entienden el dilema igual que los japoneses: la reacción no tiene salida. Encerrarse los condena, pero no tienen el centro, los líderes o las instituciones que organicen la apertura. Las grandes familias no quieren arriesgar nada; nadie puede retarlos.
Inicialmente no hay intención de forzar la mano. Solo se les obliga como a los demás a abrirse al trato y se los humilla. Los tratados de Kanhwa y luego el de Incheon obligan a abrir los puertos coreanos cerrados, y someten a Joseon. A fines del siglo XIX Corea es campo de batalla entre las potencias vecinas, en las guerras continuas entre China, Rusia y Japón. Al final, el Protectorado Japonés impuesto, expulsa de Corea, a la mismísima China Qing, al tiempo que el europeo la humilla. Mo Yan cuenta -mejor que las historias dinásticas- las tropelías europeas que dan cuenta de las debilidades internas de la Dinastía Qing, a lo largo de las guerras del opio y los tratados, desde el de Nankín hasta la rebelión de los boxers. Todo es degradación y vergüenza, solo los campesinos tienen dignidad Japón eventualmente invadirá a la misma China con la fuerza brutal del estado militarista, las armas modernas. Impone concesiones territoriales y remata el desprestigio y la caída Qing, que abrirá el capítulo de la historia contemporánea de China, su Revolución y luego su modernización. A los escritores coreanos de fines del s, XIX, les duele la patria.
Japón eventualmente anexó a Corea con una serie de actos de fuerza, la humilló y la ocupó hasta perder la guerra mundial en 1945… cuando tuvo que liberarla, pero fue imposible cohesionar la península ante las contradicciones de posguerra. Mi mujer, que también amó a Corea, había nacido ese año, yo nací en 1948 en que se declaró la guerra civil y se constituyó la República de Corea. La cual, saliendo de la guerra, combate privilegios, reforma el agro, reforesta sus campos, limpia y rescata sus ríos, y cultiva la inteligencia de su pueblo. Y que luego de un movimiento democrático, hacia 1970, se vale de inversiones estratégicas estadounidenses y después japonesas para industrializarse, globalizar su economía y convertirse en una potencia mundial. Construye el mejor sistema educativo hasta hace diez años y el que aún hoy –cuando lo rebasan China, Japón, los escandinavos y Singapur– produce más graduados universitarios per cápita; instituye uno de los mejores sistemas de salud pública universal. Explosiona su comercio y estratégicamente empieza a exportar capital y tecnología.
El Carmen 22 de Agosto de 2023
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas