Por: Redacción CRITERIO.HN
Tegucigalpa. – Una situación “extremadamente crítica” con decenas de comunidades totalmente aisladas y sin ningún tipo de comunicación, se vive en varias zonas del territorio nacional de Honduras como en las vecinas repúblicas de Nicaragua, Guatemala y El Salvador, por la pandemia de Covid-19 y el efecto combinado de los huracanes y tormenta tropical Eta e Iota que del primero al 18 de noviembre asolaron la región centroamericana.
El panorama ya era difícil con el cierre de las economías a causa del Covid-19, pero los daños que en la primera semana de noviembre ya había dejado el huracán Eta y ahora la estela de muerte, puentes, vados, accesos a comunidades, vías nacionales, cosechas, hogares y su menaje, medios de producción y emprendimientos en ruinas, una semana después por la tormenta tropical Iota, ahondan la tragedia de millones de personas desplazadas o albergadas en Honduras y Nicaragua, los países más afectados de la región.
En una conferencia de prensa vía zoom la Convergencia Ciudadana para la Gestión de Riesgos, organismo independiente integrado por Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, describió un panorama desolador con cifras oficiales que no registra a los que sufren penurias fuera de los albergues y rozan la mendicidad ante la pérdida de sus hogares, medios de vida, menaje y enseres personales y que en el caso de Honduras, sólo cuentan con la extraordinaria solidaridad mostrada por el pueblo hondureño ante esta lamentable situación.
La Concertación Ciudadana de Gestión de Riesgos, oenegé de sociedad civil con filiales en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, y la Mesa Ciudadana de Incidencia para la Gestión de Riesgos de Honduras, advirtió que el contexto de la pandemia y sus efectos ocultan el tema del cambio climático y las anomalías y fenómenos extremos que algunos informes de los centros de investigación científica anticiparon el año pasado y que estos afectarían a la población más vulnerable.
Exhortó a los gobiernos nacionales, municipales y a otros espacios de la sociedad efectuar un abordaje serio y formal del nivel de riesgos para adoptar sistemas de alerta, socializar planes de contingencias, reconocer el cambio climático como una amenaza global seria, que los efectos de los recientes huracanes complicaron aún más el ya complicado contexto de la pandemia.
Además de garantizar seguridad alimentaria, que el gobierno genere condiciones de participación ciudadana para el reordenamiento territorial en el área de países del Sistema de la Integración Centroamericana, (SICA).
La exposición por Honduras reportó 88 fallecidos; no estimó el número de personas que están fuera de los albergues en improvisadas champas en áreas verdes públicas en diferentes ciudades del país, la ausencia de la Comisión Permanente de Contingencias, (COPECO), la falta de lanchas en zonas críticas, el semi abandono de muchos albergues ni señalamientos a la presen como pasadas administraciones de gobierno que ignoraron la resonancia de fenómenos del clima devastadores, como los huracanes Fifí, en septiembre de 1974 y Mitch, octubre de 1998.
Los datos oficiales actualizados de la Convergencia Ciudadana de Gestión de Riesgos destacan, además, que el 36% de la población hondureña, unas tres millones 361 mil 366 personas han sido afectadas, 272 mil 233 fueron evacuadas y que esas labores siguen en desarrollo.
Además, 135 mil viviendas dañadas, 380 destruidas y otras 34 mil 939 con distinto grado de afectación; 124 mil 808 personas en albergues en condición vulnerable por el riesgo mayor de propagación de Covid-19, así como requerir de apoyo psicológico para enfrentar el trauma de las muertes y los daños materiales que han sufrido.
La infraestructura vial reporta 35 puentes destruidos, daños en otros 51, 130 vías deterioradas, 190 tomas de carreteras arrasadas, mil 523 derrumbes y caídas de árboles en todo el país.
La experiencia de esta tragedia en el escenario del cambio climático confronta la creencia que la mente domina la naturaleza cuando fenómenos catastróficos como los huracanes Eta, Iota y la pandemia del patógeno viral, demuestran que se requieren protocolos integrados para varios eventos.
Que se deben mejorar las capacidades de desarrollo económico y social y prepararnos para eventos más a gran escala concluyó Dennis Humberto Meléndez Aguirre, de la Mesa Ciudadana de Incidencia para la Gestión de Riesgos de Honduras.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas