Oposición y desinformación dejan a la niñez hondureña sin acceso a justicia internacional

Es falso que se pervierta a la niñez con la ratificación del Tercer Protocolo de la CDN

Bajo la premisa de argumentos falsos, la niñez hondureña sigue vulnerable ante la falta de mecanismos efectivos para denunciar violaciones de sus derechos

Tegucigalpa, Honduras. – Los diputados y diputadas del partido Liberal y el Partido Nacional rechazaron la aprobación del Tercer Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), una herramienta internacional que habría permitido a niñas, niños y adolescentes denunciar violaciones a sus derechos ante las Naciones Unidas cuando el Estado no responde de manera efectiva. 

La decisión, respaldada principalmente por las bancadas de oposición, impide que la niñez hondureña cuente con un mecanismo adicional de acceso a la justicia en casos de vulneración de derechos.

¿QUÉ VERIFICAMOS?

Verificamos las afirmaciones realizadas por Tomás Zambrano, jefe de bancada del Partido Nacional, quien argumentó que la aprobación del Tercer Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) podría vulnerar la niñez y la familia hondureña, dar poderes a un comité internacional sobre decisiones nacionales, e incluso abrir la puerta a tratamientos hormonales y cambios de nombre o sexo en menores de edad.

“El Protocolo vulnera la niñez, atenta contra la soberanía del país y da poderes a un comité internacional para imponer decisiones como tratamientos hormonales o cambios de nombre y sexo en menores”.


— Tomás Zambrano, jefe de bancada del Partido Nacional, al justificar el voto en contra.

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¿QUÉ DICE EL PROTOCOLO FACULTATIVO?

El documento en discusión es el Tercer Protocolo Facultativo de la Convención de los Derechos del Niño relativo a un procedimiento de comunicaciones, aprobado en Naciones Unidas en 2011.

El Mirón [la sección de verificación de Criterio.hn], analizó el referido protocolo. Este documento tiene como objetivo crear un mecanismo para que niñas, niños y adolescentes o sus representantes denuncien violaciones de sus derechos ante el Comité de los Derechos del Niño, cuando su país no haya garantizado justicia de forma efectiva.

El protocolo que consta de 24 artículos regula cómo presentar comunicaciones, cómo el Comité evalúa los casos y de qué manera los Estados deben responder.

Respecto a los argumentos de los partidos de oposición y de los grupos fundamentalistas religiosos, El Mirón constató que no regula temas de orientación sexual, identidad de género, tratamientos médicos ni “imposiciones internacionales”. No hay un solo artículo sobre familia, matrimonio, cambio de sexo o identidad.

Tampoco. El Protocolo no impone sanciones ni decisiones obligatorias. El Comité de los Derechos del Niño emite observaciones y recomendaciones, que los Estados pueden considerar para mejorar sus políticas, pero no tienen carácter vinculante judicialmente. Honduras seguirá decidiendo sus leyes internas.

El Mirón dialogó con el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Honduras, Bastiaan vant’ Hoff recordó que el propósito del protocolo es fortalecer los mecanismos de justicia y rendición de cuentas para que niños y niñas tengan la posibilidad de ser escuchados cuando sus derechos sean vulnerados.

“La desinformación pone en riesgo los derechos de la infancia.” Bastiaan van’t Hoff, representante de UNICEF en Honduras. Foto: Jorge Burgos/Criterio.hn

Van’t Hoff aclaró que este tratado es parte integral de la Convención de los Derechos del Niño, aprobada por Honduras desde 1990, y que su principal valor es que permite a los niños, niñas y adolescentes presentar denuncias ante el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas cuando en su país no encuentren justicia.

“El tercer protocolo tiene que ver con garantizar que los niños sean escuchados, que tengan la posibilidad real de defender sus derechos y que los Estados rindan cuentas” sostuvo. La rendición de cuentas es un aspecto fundamental en un país como Honduras, donde la niñez históricamente ha estado en situación de vulnerabilidad.

La negativa de los diputados evidencia un preocupante desconocimiento y falta de información entre los legisladores, según Grecia Moreno, coordinadora del Observatorio de Violencia de Casa Alianza Honduras (CAH).

Grecia Moreno lamentó que se haya dejado pasar la oportunidad de dotar a la niñez de un mecanismo internacional de justicia, subrayando que el protocolo “permite que niños, niñas, familiares, cuidadores y defensores denuncien violaciones de derechos ante Naciones Unidas cuando el Estado de Honduras no responde”.

Además, la coordinadora de del observatorio del CAH recalcó que el objetivo del protocolo no es imponer nuevos derechos ni vulnerar los ya existentes, sino garantizar que derechos fundamentales como la vida y la salud, establecidos en los artículos 6 y 24 de la CDN, puedan ser reclamados en instancias internacionales cuando las autoridades nacionales no responden. Puso como ejemplo la muerte de dos menores de edad en un centro de internamiento sin que el Estado haya dado seguimiento o reparación, casos que con el protocolo podrían ser presentados ante la ONU para exigir justicia.

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¿DE DÓNDE SURGE LA CONFUSIÓN?

El discurso político del Partido Nacional y de quienes se oponen a esta herramienta internacional mezcla este Protocolo con narrativas sobre la “ideología de género” –un término que surgió en 1990 como una construcción política y discursiva impulsada principalmente por sectores conservadores y grupos religiosos para oponerse a los avances en derechos sexuales, reproductivos y e igualdad de género – para manejar temores sociales alrededor de la familia y la niñez. 

Para Wilmer Vásquez, director ejecutivo de la Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (COIPRODEN), la decisión de los diputados se basó en “argumentos completamente falsos” y un desconocimiento de los compromisos internacionales de Honduras.

“La niñez y la adolescencia no es una prioridad en las agendas de sus partidos políticos, mucho menos en sus planes de gobierno”, subrayó Wilmer Vásquez, director ejecutivo de Coiproden.

El director de Coiproden describió como “bochornoso” el debate parlamentario, señalando que incluso profesionales del derecho, médicos y periodistas incurrieron en afirmaciones equivocadas. “Escuchar al diputado Tomás Zambrano decir que este protocolo facultativo implicaría tratamientos hormonales, cambio de sexo, cambio de nombre, honestamente da vergüenza que un profesional del derecho tenga este tipo de argumentos para escudarse en sus propósitos mezquinos, políticos y partidarios”, reclamó Vásquez.

Vásquez reiteró que el Tercer Protocolo no tiene relación con supuestas “agendas de género” o procedimientos médicos, sino que su único propósito es garantizar el acceso a la justicia a la infancia y adolescencia hondureña. “El Estado de Honduras perdió una oportunidad histórica de enviar al mundo el mensaje que somos un país garante y tutor de derechos”.

La narrativa en contra del Tercer Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño no solo se quedó en el ámbito legislativo, sino que fue activamente replicada y amplificada por diversos medios de comunicación y por el movimiento «No te metas con mis hijos». 

Estos actores, de acuerdo con analistas consultados por El Mirón, contribuyen a difundir argumentos desinformados y alarmistas sobre supuestas amenazas a la familia y la niñez, reforzando la oposición en la opinión pública y dificultando un debate fundamentado sobre el alcance y propósito del protocolo.

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UNICEF PIDE AISLAR A LA NIÑEZ DE LA POLITIQUERÍA

En Honduras, los temas relacionados con la niñez y las mujeres han sido recurrentemente utilizados como banderas políticas, tal como ocurrió con el veto a la Ley Integral de Prevención de Embarazos en Adolescentes. De manera similar, iniciativas y debates que buscan garantizar derechos y protección a la infancia terminan politizados y atravesados por narrativas impulsadas por grupos fundamentalistas, que emplean el miedo y la desinformación como herramienta para influir en la agenda legislativa y reforzar sus propios intereses, dejando de lado el enfoque en los derechos humanos y la justicia social.

Bastiaan van’t Hoff subrayó que la niñez no debe ser parte de disputas ideológicas o electorales “Debemos evitar que niños y niñas sean parte de la politiquería. Ellos y ellas deben ser libres de todas estas discusiones y deben tener plenas posibilidades de ejercer sus derechos”, afirmó.

Además, indicó que UNICEF siempre recomienda a los Estados firmar y ratificar los protocolos opcionales porque demuestran un compromiso real con los derechos humanos y con la infancia.

El Mirón concluye que el argumento que el Protocolo Facultativo de la CDN “pervierte la niñez” u obliga a Honduras a aceptar cambios de sexo y tratamientos hormonales en menores como lo asegura Tomás Zambrano y los grupos opositores es FALSO. Se trata de un instrumento de derechos humanos cuyo fin es dar a la niñez una vía internacional de protección ante violaciones de derechos, y no tiene ninguna disposición sobre identidad de género ni sobre la familia.

  • Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía.
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