Por: Juan Carlos Zelaya
Las ONGs se pusieron de moda en los momentos posteriores a la guerra de baja intensidad o de la bipolaridad mundial, como para que las potencias mundiales se lavaran las manos en los asuntos de violación a los derechos humanos, medio ambiente, gobernabilidad y otros temas para que los compas “revolucos” financiaran su “lucha”, y así se hicieron famoso los proyectos de desarrollo, la transparencia en el manejo de los fondos, los cierres, los listados de beneficiarios y tantas condiciones puestas por la ayuda internacional para elegirnos como confiables para financiamiento de los “famosos proyectos”.
Así vemos a compañeros que gritan más fuerte en las tomas y en las movilizaciones porque tienen fresquito el cheque recién venido de la “devolución española” o de cualquier otra organización caritativa (incluyendo La CIA); y estos beneficiarios se sienten con autoridad para desplazar o no a profesionales que no adulan a estos seudo revolucionarios o revolucionarios parásitos pues dirigen los fondos a su libre albedrío.
También crean necesidades para hacer la lucha: Que necesitan carros último modelo doble tracción, tecnología de punta, cámaras y Laptops de última generación para tomarse las fotografías y los videos para que miren la lucha por los más necesitados.
En ese afán se inventan proyectos, copian y pegan documentos de la web, copian resoluciones judiciales y demás documentos de ejecución para justificar fondos y financiamiento además inventan listas de beneficiarios que no existen.
Un vocabulario adecuado tienen que manejar: Deben decir “todas y todos”, “compañeros y compañeras” deben estar de acuerdo en el aborto, en el matrimonio gay, en el feminismo a ultranza y en las consignas aburridísimas de los setentas; “pueblo únete” “el pueblo unido jamás será vencido” “alerta la lucha revolucionaria sigue en Latino América” y hay que saberse de memoria las canciones de Guaraguao.
Nota relacionada El peligro de USAID y las ONGs que le sirven
Pobres no saben que ahora existe música contestataria como Calle 13, Residente, Subverso, Molotov y tantos otros que solo es cuestión de resetear el cerebro y usar el milagro llamado internet con un poco más de apertura mental.
Los onegeros arengan, gritan, se emocionan y hablan que son más honrados que el Ché y en la vida práctica pactan con todo mundo hacen tratos hasta con los enemigos del movimiento popular hondureño y a ellos si les pagan cantidades astronómicas de dinero -por bajeras- pero a los que luchan sin dinero y con sacrificio les pagan míseros dineros por consultorías o trabajos profesionales.
Pobres, no saben que la revolución verdadera no se financia con fondos oscuros, es más la revolución solo necesita moral y ejemplo y no financiamiento de organismo poco transparentes y oportunistas. La revolución, ante todo -mis abnegados lectores- es desprendimiento sin interés ni cálculos.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
4 respuestas
Qué descripciòn! Carlos Hernàndez de ASJ/APJ/TI/etc, etc, qué????
Quiero agregar que los onegeistas son personas de gustos muy refinados disfrutan de los buenos quesos vinos y jamones mientras se degarran sus vestiduras alrededor de temas como las injusticias la pobreza las inequidades exclusión social y demas temas de interes de sus asocios internacionales! !!
Excelente analisis !!!!! Felicitaciones Juan Carlos !!!
Lo dicho línchenlos si no entregan buenas cuentas están para servir sus comunidades no un dictador aganselo saber pidiendo cuentas y sino lincharlos es la solución