El encuentro reafirmó la defensa de los territorios y la construcción de modelos de democracia popular, comunitaria y anticapitalista, frente al avance de megaproyectos y crisis climática.
Durante el pronunciamiento se exigió justicia por los defensores asesinados y se reiteró el compromiso de mantener la lucha activa por la autonomía y la libre determinación de los pueblos.
En paralelo, la revista Time destacó a Bertha Zúniga Cáceres como una de las líderes emergentes más influyentes, en un contexto de nuevas amenazas contra el Copinh y su familia
Tegucigalpa, Honduras. –En el Tercer Encuentro Mesoamericano de Movimientos Sociales, llevado a cabo en Honduras, las organizaciones participantes hicieron un llamado a la unidad, frente al creciente clima de hostilidad y hostigamiento impulsado desde el gobierno de Estados Unidos.
El encuentro comenzó el pasado 28 de septiembre en la ciudad de La Esperanza, Intibucá, en el Centro de Encuentros Utopía. Durante tres días, delegados y delegadas de distintas organizaciones coincidieron en que el papel del movimiento debe orientarse hacia la construcción de la unidad, que debe ir de la mano de una serie de principios enraizados.
Los 337 delegados y delegadas provenientes principalmente de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá, junto a otros pueblos, articularon proyectos, luchas y resistencias, al tiempo que reflexionaron sobre el contexto de tensión generado por Estados Unidos, con el objetivo de controlar los bienes comunes estratégicos de la región en el marco de la reconfiguración del orden mundial.
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DE LA DECLARATORIA
En su declaración colectiva, las organizaciones sociales y populares reafirmaron que el movimiento debe encaminarse en la unidad apegándose a principios enraizados en la defensa y liberación de los territorios y por la construcción y reconstrucción de los modelos de democracia popular, comunitaria, solidaria, participativa, anticapitalista, antipatriarcal y antiimperialista.
Apuntaron a que la imposición del sistema capitalista ha sido el motivo principal de las desigualdades sociales históricas, del despojo y sometimiento de los pueblos, la violencia generalizada y la crisis socio ambiental y política.
El movimiento señaló que el imperio estadounidense profundiza la disputa por el control de los bienes comunes y estratégicos de los territorios, un hecho que agudiza la militarización y el resurgimiento del autoritarismo, el racismo, el patriarcado, el odio a los migrantes, el clasismo, el negacionismo de la ciencia del cambio climático, y el fundamentalismo religioso como instrumento de dominación y manipulación.
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Asimismo, se denunció el hostigamiento bélico de Estados Unidos en el Mar Caribe, las políticas racistas y clasistas, y la complicidad de gobiernos títeres entre los que señalaron el de El Salvador, también se hizo hincapié en la continuidad del modelo extractivista energético y monocultivos en complicidad de los estados y corporaciones nacionales y transnacionales.
Los integrantes del movimiento se declaran guardianes y guardianas permanentes de los territorios en el ejercicio pleno de la autonomía y libre determinación y afirman que mantendrán una lucha activa por una sociedad de libertades y a continuar impulsando iniciativas locales.
Los delegados y delegadas acordaron continuar profundizando en la articulación de los pueblos y anunciaron su participación en el Cuarto Encuentro Internacional de Afectados por Represas y Crisis Climática y en la Cumbre de los Pueblos que se realizará en la Amazonia brasileña para denunciar lo que denominaron las falsas soluciones que se discuten durante la COP 30, que se celebrará entre el 10 al 21 de noviembre de 2025 en la ciudad de Belém, Brasil.
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RECONOCIMIENTO POR LA LUCHA
En paralelo al encuentro, la revista Time reconoció a Bertha Zuniga Cáceres como una de las personas emergentes más influyentes del mundo, tras lograr avances significativos en la búsqueda de justicia por el asesinato de su madre, la lideresa lenca y defensora ambiental Berta Cáceres, ocurrido en 2016.
La publicación resaltó que, desde que asumió como coordinadora del Copinh, Zúniga Cáceres ha enfrentado amenazas y atentados sin dejarse intimidar, continuando con la labor de defensa de los derechos de los pueblos indígenas y manteniendo vivo el legado de su madre.
El reconocimiento se da en el marco de una nueva escalada de hostigamiento y campañas de amenazas y difamación, tras la filtración de datos confidenciales vinculados a las medidas de protección del Copinh y la familia Zúniga Cáceres.
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