Juan Nasry Asfura Zablah, no presentó un plan de gobierno y tampoco tuvo un discurso político que impactara. Sus alocuciones se limitaron a repetir hasta el cansancio: “trabajo y más trabajo”
Tegucigalpa. –Fue semanas antes de las elecciones internas del 2016 cuando el ahora aspirante presidencial nacionalista, Nasry Juan Asfura Zablah, se paseaba sin cinturón de seguridad al volante de su pick-up Volkswagen Amarok gris, escondido bajo la opacidad de los vidrios polarizados. En compañía de un periodista, de un canal muy bien posicionado por su coloquial lenguaje y que barre en cobertura en los pueblos, barrios y colonias más populares.
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Quizás la entrevista más folklórica que alguien se pudiera imaginar. Malabareando entre sus manos dos celulares Motorola B3 -los de última tecnología antes de la entrada de los teléfonos inteligentes- Nasry ´Tito´ Asfura o´Papi a la Orden´, como le dicen popularmente- dio una cátedra de cómo se infringe la ley de tránsito y se es irresponsable al volante.
Mientras conducía atendía múltiples llamadas simultáneas, mostraba a su vez las obras de infraestructura ejecutadas en la capital, bajo su administración. “Este es el túnel de Ruby Tuesday que tiene 200 metros de largo. Se supone que para el mes de junio ya lo vamos a estar poniendo al servicio de la ciudad. La licitación fue de 42 millones. Fue la oferta más baja, Consorcio Santos y compañía – JF Construcciones. ¡Marcio! Si no ocupás el camión de bacheo hasta mañana…”, exclamaba al atender el teléfono, mientras hacía alusión a una de las obras realizadas por su administración.
Casualmente, Asfura se refería a una obra ejecutada por la constructora de la familia del candidato presidencial en el 2009 y actual diputado por el partido Liberal, Elvin Santos, acusado por la de desmantelada Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) en el famoso caso Pandora.
El alcalde hablaba del tema mientras despachaba asuntos diarios por el teléfono con uno de sus asistentes. “Aquí ya viene… Nos entregan este diseño que es el carril aéreo desde la Presidencial, desde Industrial Ferretera (Indufesa), hasta Ruby Tuesday. Son 1.5 kilómetros. Este está a cargo del diseño de la compañía Tecnisa. Nos lo está entregando en el mes de marzo para licitarlo en abril… para descongestionar toda la zona, que ya viene el Edificio Cívico Gubernamental,” explicaba, Asfura, con el carro detenido frente a la Iglesia San Juan Bosco, haciendo alusión a una obra que, en efecto, fue entregada a mediados del 2021.
La alcaldía capitalina marcó el lanzamiento como político de proyección nacional a Nasry, pues en los últimos años fungió como regidor, cargo desde el cual fue cuestionado por ser el propietario de la empresa recolectora de basura, la que años después dijo no pertenecerle, es decir, tiene el tinte de un funcionario-proveedor.
Después de ocho años frente a la alcaldía del Distrito Central, cargo al que llegó con un triunfo arrollador en los dos periodos recientes 2014-2018 y 2018-2022, su partido, tras una racha de cuestionamientos y bajo el control del actual presidente, Juan Orlando Hernández, lo ungió como su candidato al vencer, en las elecciones primarias de marzo, a un maginado presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, quien se le unió en las últimas semanas.
En la entrevista mencionada, curiosamente, «Papi a la Orden» condujo antes de llegar al túnel de Ruby Tuesday, frente al Ministerio Público, institución que a través de su brazo investigativo de la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (Uferco) recientemente logró una sentencia incriminatoria en su contra por haber manejado con fines ilícitos cerca de un millón de dólares del dinero de la municipalidad a través de sus cuentas bancarias personales.
Asfura, de 63 años, nació el 8 de junio de 1958 en la ciudad que un día dirigiría como alcalde. Recibió su educación básica y secundaria en el Instituto San Francisco, que para aquel entonces formaba a los hijos de las familias más privilegiadas, como los también políticos como Porfirio Lobo y Salvador Nasralla. Durante la juventud de Asfura, la ascendencia palestina de su familia no era sinónimo de alto estatus social, como lo es hoy en día.
En aquel entonces, las familias cristianas que emigraron a Honduras de la zona cercana al actual Estado de Israel eran sinónimo de comerciantes sin grado educativo superior ni capital político como para aspirar a dirigir políticamente a una sociedad étnicamente distinta que los acogía. Pero Asfura no es un hombre de letras, sino de acción. Como él mismo revela sin complejos. Éste es un déficit qué fácilmente perdona el pueblo capitalino a este campechano hijo de familia inmigrante que ha prosperado en la vida sirviendo al Estado como funcionario y proveedor.
En un principio, tras abandonar los estudios de ingeniería civil, Asfura forjó su ética de trabajo acompañando a su padre en giras comerciales a pueblos del interior del país. Pero con el paso de los años volcó su perfil empresarial al principal y más lucrativo negocio en Tegucigalpa: ser un proveedor del Gobierno. De ahí su frase: “trabajo y más trabajo, porque lo que yo sé hacer es trabajar”.
Este popular estribillo es para analistas el reflejo de una carente formación política e ideológica, la que también combina con su vestimenta: jean azul desteñido, camisa azul y zapatos “burros” (zapatos de trabajo), de hecho, en la presente campaña política se hace llamar “el hombre de los burros”.
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CARRERA POLÍTICA Y EMPRESARIAL
No obstante, la tacha en la figura pública de Asfura se efectuó en San Pedro Sula, como reveló una investigación publicada en una plataforma de periodismo de denuncia, cuando cobró de la municipalidad, en 2011, USD 8.1 millones a través de una empresa de nombre Sulambiente de la cuál él era socio con 50% de las acciones.
Al igual que su principal negocio de Tegucigalpa, esta empresa ganó en 2001 la concesión para la recolección de los desechos sólidos de San Pedro Sula. En este lucrativo caso, a través de un litigio, Sulambiente terminó cobrando sin nunca haber realizado un servicio de recolección, por fallo judicial. Fue éste, quizás, un capital semilla para ambiciones más grandes.
«Papi a la Orden» ha hecho carrera en el sector público por más de 30 años militando en el Partido Nacional. Su principal campo de acción, sin embargo, no ha sido el escenario nacional, sino la municipalidad de Tegucigalpa. A excepción de los cuatro años de la administración del liberal Roberto Acosta (1994-1998), la alcaldía capitalina siempre ha permanecido leal al mandato del Partido Nacional.
Asfura inició su carrera pública como fiscal municipal y asistente de la alcaldesa Nora de Melgar. De 1994 a 1998 se desempeñó como gerente de servicios públicos, y entre 2006 y 2010 fue regidor de la alcaldía en la administración de su predecesor, Ricardo Álvarez.
Tras el golpe de Estado de 2009, que llevó al Partido Nacional al poder, Nasry Asfura pasó a ser diputado del Congreso Nacional. Pero su poca adecuación por el trabajo legislativo fue revelada por él mismo, al poco tiempo de asumir el cargo. Pasó entonces a ser ministro del Fondo Hondureños de Inversión Social (FHIS). Desde allí, y una vez que su predecesor político Ricardo Álvarez dejó vacante la candidatura a la alcaldía del Distrito Central, para perseguir una desventurada candidatura presidencial en las primarias de su partido contra el entonces presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, Nasry Asfura volvió a las aguas municipales, donde mejor rédito ha tenido, hasta la fecha, como político y empresario. Fue allí cuando en los últimos días como encargado de la gerencia de los servicios públicos en la municipalidad de la capital, su empresa Cosemsa fue favorecida con el contrato de la basura mediante el marco de emergencia No. 02098.
Cabe resaltar que ese cargo le otorgaba, como empresario-proveedor, información privilegiada. Fue en ese puesto técnico, de bajo perfil público, con el que Asfura labró las bases de su estructura política y empresarial. Ya en aquel entonces, la empresa Cosemsa, era dirigida a través de la compañía Alvehsa por Johnny Kafati Segebre, compañero de laberintos mercantiles y societarios con Asfura.
Kafati Segebre es también propietario, dicho sea de paso, de la concesionaria Volkswagen que vende los vehículos Amarok como el acorazado que usa el alcalde en la entrevista otorgada a HCH en 2016. Es, además, figura recurrente en el papeleo legal de los conflictos judiciales que Asfura ha tenido a lo largo del siglo XXI por acusaciones de corrupción, infracción de la Ley de Contratación del Estado, entre otras desavenencias.
En todo caso, tras convertirse en el proveedor del servicio de tren de aseo de Tegucigalpa en 1998, le fue adjudicada en 2001 a Sulambiente, la concesión para la recolección de los desechos sólidos de San Pedro Sula, y en la que Johnny Kafati Segebre tuvo también participación. Así pues, la red de sociedades mercantiles, personas de confianza y procedimientos ilícitos para ocultar su relación societaria, o mover fondos, tiene origen también en estos primeros contratos municipales.
Al igual que en la entrevista realizada, sin cinturón de seguridad al volante de su Amarok, pareciera que la Ley de Contratación del Estado, como la Ley de Tránsito, entre otras constricciones legales, no fuesen aplicables a la autoridad revestida de campechanía del alcalde Asfura.
´Papi a la Orden´, está relacionado comercialmente con 10 sociedades mercantiles conocidas. De éstas, seis tienen contratos con el Estado. Las empresas constituidas por Asfura son: Agac de Centroamérica S.A. de C.V., Desarrollo Construcciones y Equipo S.A. de C.V. (Decoesa), Constructora de Desarrollos Nacionales S. de R.L. de C.V., Codena, Ama Honduras Sociedad Anónima de Capital Variable Amahsa, Crédito Inmobiliario Jacaleapa Sociedad Anónima, Credinjasa, Compañía Constructora y Servicios Múltiples S.A. de C.V. Cosemsa, Inversiones Varias Sociedad Anónima Invasa, Alquileres y Ventas de Honduras Sociedad Anónima Alvehsa, Eléctrica Nacaome, S.A. de C.V., Sulambiente, S.A. de C.V. (Conformada por Agac y otros).
En este año 2021, la sentencia a la solicitud del proceso especial de antejuicio presentada por el Ministerio Público a través de sus agentes de tribunales Gelmer Humbert Cruz y Luis Javier Santos, de la Uferco, cita a varias de las empresas antes mencionadas. Previo a la sentencia, Asfura se había excusado al respecto con cinismo diciendo que fue un préstamo entre cuentas que hizo para “agilizar “ las cosas y no detener así la dinámica de trabajo. La justicia hondureña entonces le creyó, dejándolo libre de responsabilidad, y en libertad para participar como candidato en la elección presidencial.
Se utilizaron 17 personas, incluidos empleados de Decoesa y Cosemsa para crear un laberinto financiero con el fin de ocultar el origen del dinero sustraído a la municipalidad. La picaresca trama cobra matices grotescos cuando la corrupción se trafica con las manos de empleados de bajos ingresos, que desde su posición desalentada han prestado su complicidad.
Nombres como el de Yadira Ckrisell Bustillo Guzmán, recepcionista de Cosemsa, figura en un depósito de 2,972,257.51 lempiras. Ricardo Josué Sánchez, motorista de Cosemsa, firmó un ingreso de 2,048,367.52 lempiras. También se hizo presente en estas transacciones, como beneficiario de 6 cheques por un total de 735,599.81 lempiras, Johnny Kafati, presidente del Consejo de Administración de Cosemsa desde 1998.
Las liquidaciones hechas con estos fondos incluyen pagos a la joyería Casa de Oro, o transferencias domésticas, como las tarjetas de crédito de las hijas de Asfura. Los mecanismos de blanqueo de activos en esta trama delictiva denunciada por la Uferco incluyen la sobrevaloración de ataúdes para labores de caridad social en una funeraria en la que Nilvia Ethel Castillo Cruz, coacusada por la Uferco junto al alcalde Asfura, fue antiguamente gerente de esa empresa.
La sentencia de antejuicio cita textualmente que: “A veces en los cambios de cheques lo que hacía era que por las mañanas se cambiaban cheques de cien mil (L.100,000.00) a ciento veinticinco mil lempiras (L.125,000.00) con entrega de ayudas, entonces los cheques se contaba la cantidad exacta para entregar las ayudas, una vez que cambiaba el cheque a nombre de mi persona, yo se la entregaba a Roger y Roger sacaba las cuentas para dividir las ayudas desde cuatrocientos lempiras (L.400.00), ochocientos lempiras (L.800.00) a mil quinientos lempiras (L.1,500.00)”.
“Dichas ayudas nosotros las llenábamos, a veces él les ponía el monto, ponerles un valor más alto, por decirlo así, se entregaba a la persona mil lempiras (L.1000.00) a mil quinientos lempiras (L.1,500.00) y se ponía que se había entregado diez mil lempiras (L.10,000.00), seis mil lempiras (L.6,000.00), seis mil quinientos (L.6,500.00) u ocho mil lempiras (L.8,000.00), lo único que se cambiaba era la portada de la ayuda, la página principal y se falsificada la firma o huella. Eso era lo que nos ponían hacer a nosotros como asignación, cuando había uno hecho, habiendo así los pagos de tarjeta, a veces nos ponía a lo que era las constancias se llaman de ayudas, nos ponían a llenar los formularios en la computadora de poner cantidades altas, poner cantidades de ayudas de veinticinco mil lempiras (L.25,000.00), de diez mil lempiras (L.10,000.00) y las cantidades nunca eran entregadas a las personas con el dinero exacto, sino que sólo se les entregaban mil quinientos (L.1,500.00) a mil lempiras (L.1,000.00)”, declaró el testigo protegido identificado con clave “A” de la Uferco.
En la entrevista de hace cinco años con la que inició este perfil del aspirante nacionalista, se produjo una escena quizás reveladora de la acusación por parte de la Uferco de la práctica financiera que hoy judicialmente se considera demostrada.
Mientras revisaba el bacheo de una calle en la colonia Universidad Norte, la puerta del lado del conductor, ocupado por el alcalde Asfura se abrió de forma abrupta e invasiva, abusiva o por lo menos confianzuda.
“Tito, ay disculpe que lo interrumpe en este momento”, dijo uno de los operarios. “No, dígame, ¿Qué quiere?,” respondió con cercanía el alcalde. “Me puede prestar 10,000 Lempiras”, dijo el hombre que abrió de forma repentina la puerta polarizada. “No se preocupe, yo le voy a ayudar. Dígale a Marcio… yo le voy a llamar a Marcio.” Segundos después, tras intercambiar algunas impresiones con el periodista que le acompañaba, desenfundó uno de sus fieles teléfonos B3, con una llamada.
“Marcio: Dieguito tiene una necesidad de 10,000. Tiene un problema, para que por favor me lo atendás a fin de mes. Me acordás por favor, ¿verdad? Que tiene un problema con un terreno. ¿Y la coneja? ¿Qué quiere la coneja?”, dijo con diligencia este hombre señalado por corrupción, campechano, sencillo, que encarna tan bien el alma de la ciudad que dirige.
De acuerdo con la Uferco, el señor Marcio David Andrade Zelaya, quien se desempeña desde el 10 de febrero de 1987 como jefe de cuadrilla de albañiles para la empresa Decoesa, fue beneficiado con cheques emitidos de la cuenta del señor alcalde Nasry Juan Asfura Zablah, Cinthia Elizabeth Borjas Valenzuela y Nilvia Ethel Castillo, identificándose tres cheques y un retiro que sumaron L.423,500.00, cobrados en efectivos.
Como una máquina recolectora de cómplices, la dinámica financiera de lavado de activos provenientes de las arcas públicas del alcalde Asfura, de acuerdo con la acusación de la Uferco, ha ido por Tegucigalpa aunando las firmas de personas dispuestas a recibir ayudas a cambio de certificados de recepción de sumas de dinero sobrevaloradas, con el propósito de blanquear capital sustraído.
Hay que decir, que, si bien ha ocupado un papel central y protagónico en esta dinámica de aspersión económica a través del dinero de la corrupción, el alcalde Asfura no ha hecho más que encarnar con carisma el espíritu de la principal actividad económica de Tegucigalpa: el clientelismo político.
OTROS SEÑALAMIENTOS Y LA CORRUPCIÓN INTERNACIONAL DE ASFURA
Asfura es sin duda el candidato presidencial de Honduras con más señalamientos de corrupción tanto en Honduras como a nivel internacional, recientemente, fue salpicado en la investigación internacional “Pandora Papers” en la que se vinculan a políticos corruptos del mundo con la creación de empresas en paraísos fiscales como Panamá e Islas Vírgenes Británicas.
Asfura puso en operaciones la empresa offshore y se registró, en enero de 2006, con el nombre de Karlane Overseas S.A. en Panamá. La empresa fue creada por un bufete panameño, Galindo y Lee, mejor conocida como Alcogal. Los movimientos de la sociedad eran notificados el grupo financiero Ficohsa, según detalla la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
Luego, la empresa a nombre de Asfura, pasó a ser de la poderosa familia Atala dueños del banco Ficohsa. En 2007, los certificados fueron anulados y se reemplazaron por nuevos, uno a nombre de Asfura y otro de Enrique Rodríguez Burchard, quien fungió como diputado suplente del Partido Liberal en 2006.
Además, faltando diez días para las elecciones generales en Honduras, en Costa Rica, se le señaló en la “Operación Diamante” en la que se acusó a varios alcaldes de esa nación centroamericana por presuntos sobornos.
En Honduras, la noticia fue que Asfura intercedió para favorecer a la empresa Explotec del empresario costarricense, Daniel Cruz, luego que el edil de San José, Costa Rica, Johnny Araya, contactara a Asfura para lograr el permiso de tránsito de mercadería explosiva por Honduras.
En la investigación se reveló que se interceptaron varias llamadas en las que Asfura dio instrucciones al secretario de Defensa Nacional, Freddy Díaz Zelaya, para que este firmara el permiso a favor de Explotec.
Asimismo, Asfura fue nombrado en 2020 presidente de la Coalición de Ciudades de las Américas por el Cambio Climático pese a ser señalado como un devastador del medio ambiente al remover un 35% de áreas verdes, según denuncias de la Alternativa de Reivindicación Comunitaria y Ambientalista de Honduras (ARCAH).
En 2019, fue denunciado internacionalmente ante la Coalición Internacional de Medio Ambiente en Suiza por haber concedido permisos para la construcción de una residencial en los alrededores del parque nacional La Tigra, primer parque nacional de Honduras y área protegida.
Con esta carta de presentación, Nasry Juan Asfura Zablah se presentará el 28 de noviembre a las elecciones en busca de salir favorecido con el voto popular bajo las filas de un desgastado y manchado Partido Nacional, tras doce años en el poder.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas