Por: Rodil Rivera Rodil
La sorpresiva alianza de Libre con Nasralla y el Pinu a mes y medio de las elecciones le imprimió un giro de ciento ochenta grados a un escenario político empañado por el temor de la ciudadanía a que un apretado resultado trajera consigo la violencia que presenciamos en el 2017. Aunque ya para entonces se comenzaba a manifestar en las encuestas una tendencia ascendente de Xiomara Castro sobre Nasry Asfura.
Pero ahora, con la certeza de la victoria de la alianza, el miedo es que la desesperación que ha hecho presa de Juan Orlando y sus secuaces los lleve a cometer cualquier desatino. Forzar, por ejemplo, el uso de la vieja tarjeta de identidad para montar otro monumental fraude, lanzar a las calles a su enloquecida “mancha brava”, derrochar centenares de millones de lempiras del presupuesto nacional para comprar votos y sobornar delegados a las mesas electorales, hasta, si se dan las condiciones, propiciar un golpe de estado u obligar a la Corte Suprema de Justicia a que anule los resultados de los comicios alegando cualquier cosa.
Dicho sea de paso. No deja de ser inexplicable, para decir lo menos, que los medios tradicionales de comunicación y cierto sector de la sociedad civil, estén respaldando, consciente o inconscientemente, las maniobras del Partido Nacional para que se vote con la antigua cédula, a sabiendas de que en el censo que sirvió de base para emitirlas figura el más de un millón de muertos y residentes en el extranjero que este ha utilizado en el reciente pasado para alzarse dolosamente con el triunfo. Si hay dudas acerca de que el Registro Nacional de las Personas podrá entregar a tiempo suficientes identidades nuevas debe o debió acudirse a cualquiera otra modalidad para subsanar el problema, pero no a un mal mucho mayor que hace más probable el riesgo que se quiere evitar.
Pero también se puede apreciar que, en prevención de que no pueda detener la derrota, y en el afán de compensarla, JOH ha introducido una variante en sus planes continuistas, con el abierto objetivo, por un lado, de buscar el control del próximo congreso nacional, para lo que necesita el apoyo del Partido Liberal. Así, a la implacable presión y amenazas que ha estado ejerciendo sobre la dirigencia y el candidato liberal para que no se incorporen a la alianza, ahora, con sus periodistas a sueldo, ha emprendido una campaña de advertencias y halagos para convencer a las bases del partido que no voten por ella, como todo indica que ocurrirá.
En esta última estrategia se les dice a estos liberales que su partido va a ser “el fiel de la balanza”, lo que no es más que un eufemismo de “partido bisagra”, como lo fue el demócrata cristiano durante varios años. Pues lo que en realidad quiere JOH es que sus diputados, junto con los del lado oscuro del partido liberal que resulten electos y los que obtengan los partidos minoritarios que se hallan a su servicio, consigan la mayoría del congreso nacional y así poder boicotear y chantajear al gobierno de la alianza.
He aquí, por consiguiente, otra de las grandes contradicciones y paradojas que han llevado al partido liberal a su debacle actual. Los líderes del lado oscuro arguyeron en el 2014 y en el 2018 que entregaban el control del congreso a Juan Orlando para salvaguardar la “gobernabilidad” del país. Y en esta tercera oportunidad parece que, sin el menor pudor, van a hacer lo mismo. Aunque, desde luego, esta vez no será para la “gobernabilidad” de la nación sino justo para lo contrario, para la “ingobernabilidad”. El único cambio consistirá en que, para salvar las apariencias, se escogerá un liberal para presidente del congreso, cuyo nombre, incluso, ya ha sido divulgado en las redes sociales.
De otro lado, JOH pretende conservar las alcaldías de San Pedro Sula y Tegucigalpa. Con respecto a la primera, incurrió en el craso error, por no decir estupidez, de negarle la inscripción a la alianza encabezada por Roberto Contreras, con lo que lo único que logró fue victimizarlo, lo cual es fatal en política. Ello, sin contar que olvidó que se podía frustrar la trampa escogiendo un sustituto temporal, tal como lo hicieron hace unos años los dos partidos tradicionales.
Y en cuanto a la segunda, la principal baza de la alianza quizás sea, irónicamente, el propio candidato del partido nacional. Su bravuconería y vulgaridad le han granjeado el repudio de buena parte del pueblo capitalino, sin distinción política. Se trató, sin duda, de una pésima selección de JOH. Está visto que las dotes de ese señor, naturales y adquiridas, solo le dan para ser jefe de la mancha brava del partido, como lo demostró en el sorteo de posiciones electorales que llevó a cabo el CNE.
Y mientras esto ocurre, Juan Orlando continúa dando pistas sobre sus planes para evadir la justicia norteamericana. La firma del tratado de límites con Nicaragua le proporcionó, por si lo llegara a necesitar, un refugio más o menos seguro a prueba de extradición y de otros inconvenientes parecidos.
El último rastro que ha dejado de sus intenciones es el libro que acaba de presentar en Washington, cuyo título: “Juntos hicimos historia, 8 años de Juan Orlando” (plagiado, por cierto, de una obra de la actual ministra de economía de México editada en el 2019) habla por sí solo de su patológica vanidad. Pero, además, ha suscitado varias interrogantes. Entre ellas, ¿por qué, a diferencia de todos los ex presidentes del mundo que han hecho igual, no lo publicó después sino antes de concluir su mandato? ¿Y por qué, si es para informar acerca de su gestión, no lo presentó al pueblo hondureño? En el evento, JOH brindó la siguiente justificación:
“Muchos se preguntan por qué venimos a Estados Unidos a presentar este libro. Estamos aquí porque es donde está la mayoría de la representación de países que conocen el trabajo que hemos hecho”.
Por supuesto que esta aclaración no se la cree nadie, ni siquiera él. Que no reparó en que, si esos países ya conocen su “trabajo”, ¿para qué ir a presentárselos a ninguna parte? Pero, seguramente sin quererlo, enseguida ofreció la clave de la verdad de su desplazamiento a la capital norteamericana, pues al referirse al contenido del libro quedó claro que este no es más que una ampliación de todas las refutaciones que ha intentado formular a las denuncias de corrupción y narcotráfico que se le han hecho en la fiscalía de Nueva York.
La explicación del enigma es, por tanto, muy simple. El libro no lo dio a conocer a ningún país. Lo presentó en Estados Unidos porque su real destinatario es, precisamente, la fiscalía de Nueva York y lo que en verdad encierra es su defensa personal ante dicho tribunal. Y, finalmente, lo hizo siendo presidente porque si lo hubiera hecho después corría el serio peligro de ser capturado al solo pisar suelo norteamericano.
De todo lo anterior, estimado lector, se concluye que si usted quiere que se acabe esta vergüenza nacional y que Juan Orlando y el juanorlandismo salgan del poder -como es el clamor de la gran mayoría de los hondureños, incluyendo a un fuerte número de nacionalistas- debe votar “en plancha” por cada lista de candidatos de los partidos que integran la alianza de la oposición, en tanto que los que deseen hacerlo por el Partido Liberal deben cruzar el sufragio para impedir que los del lado oscuro que se aliaron o vendieron a Juan Orlando vuelvan a ser diputados, distinción de la que demostraron ser indignos, al igual que traidores al partido.
Tegucigalpa, 16 de noviembre de 2021.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
5 respuestas
Excelente la reflexión les felicito!
Buena Reflexión.
Dios quiera :Dios nos ilumineva los Hondurenos a votar por los mas honestos y que quieran sacar a Honduras de taos baches.
No nos dejemos engañar Pueblo Hondureño.
Todos los malos políticos estan desesperados.
Los Hondureños no somos izquierdistas, ni abortistas, Ni LGTB, ni feministas.
Si creemos en Dios
y la Virgen
Buen artículo, esperemos que nuestros compatriotas entiendan que no se deben vender por nada, que 1000 lempiras de mordidas solo van a empeorar su futuro y el de su familia.
Todos contra la narco – dictadura. Vota Xiomara y la alianza
Todos a votar por Marlon Escoto profesional capaz de desarrollar Honduras.Fue el que enderezo el Ministerio de Educacion