La necesidad de una política de comunicación en un contexto de polarización

Por: Mesa Ciudadana

El contexto actual Desde el golpe de Estado de 2009, Honduras enfrenta desde hace trece años una polarización extrema que no parece reducirse con el paso del tiempo. Cuatro elementos contribuyen a su comprensión: ideologización, partidización, judicialización y criminalización.

LA IDEOLOGIZACIÓN

Manipulada artificialmente, que intentó, y todavía lo intenta, revivir fantasmas de la guerra fría y utilizar el argumento del anticomunismo como una guía para comprender lo que ocurre en nuestro país, pese al anacronismo de su uso y abuso.

LA PARTIDIZACIÓN

Como contaminación partidaria del funcionamiento de importantes instituciones del Estado, entre ellas el sistema de justicia, que potenció la visión maniquea que reduce el debate a la confrontación entre buenos y malos.

LA JUDICIALIZACIÓN

De la conflictividad política y social que convirtió al sistema de justicia (Corte Suprema, Ministerio Público, Código Penal y leyes conexas) en instrumento para perseguir a los contrarios, desvirtuando a la justicia y complicando la comprensión de la realidad nacional.

LA CRIMINALIZACIÓN

Que aplica a todas las anteriores y agrega la represión oficial y oculta con el uso de militares y policías, y la manipulación de los hechos con el uso de medios de comunicación e iglesias, en particular las evangélicas, lo que contaminó la naturaleza de las demandas sociales y exacerbó la polarización que arrastramos. Lo anterior sigue presente en el gobierno que inició en enero de este año, producto de una coalición tardía encabezada por el partido Libertad y Refundación (Libre) contra el cual se han agrupado todas las fuerzas desplazadas del usufructo poder político.

En la actualidad, la polarización ha llegado hasta el Congreso Nacional en el cual el partido Nacional y el partido Liberal, como principales desplazados del poder político, parecen atraer a otros aliados iniciales del partido Libre aludiendo a su independencia y al respeto a su condición de aliados.

En esa confusión parecen tomar protagonismo los mismos que usaron y abusaron del poder político en los últimos años, más los nuevos que parecen no poder diferenciar entre contradicciones principales y secundarias. La ausencia de una política y estrategia de comunicación.

La ausencia de un manejo político adecuado de la relación gubernamental con aliados actuales y potenciales, y de una política de comunicación que se anticipe para prevenir conflictos, que salga a contrarrestar la manipulación con habilidad y creatividad, obliga al gobierno de la presidenta Xiomara Castro a echar a andar una política y una estrategia de comunicación que contrarreste falencias por ahora identificadas como: a) inoperancia de un gabinete de comunicación que impulse la política y le dé seguimiento a la estrategia; b) protagonismo mediático de actores clave dispersos, confusos, polarizados y polarizadores; c) confusas relaciones con los grupos mediáticos y ausencia de canales de transmisión y de información oportuna y con fundamento, d) bajo perfil de los temas de interés estratégico; e) discurso político confrontado entre el gobierno y la oposición f) percepción de un paralelismo en el ejercicio del poder; g) desinformación que se propaga ante la inexistencia de canales adecuados de información y h) confrontación discursiva contraproducente entre voceros del gobierno y sectores de la alianza y de la oposición.

DOS NARRATIVAS

Así, el arranque del gobierno ha quedado atrapado entre dos narrativas, comprensibles en un primer momento, pero contraproducentes en la actualidad: la del gobierno saliente de JOH y la del entrante de Castro, en una competencia de mensajes y de mutuos reproches que favorecen los escenarios de la polarización que vive el país y potencia las agendas mediáticas de resaltar el conflicto ahogando los esfuerzos gubernamentales por unir al país e impulsar los cambios que se necesitan.

Los desafíos por enfrentar Al acercarse el primer año de gestión del gobierno del bicentenario, es necesario un esfuerzo conjunto por poner fin a la polarización que tanto daño hace y propiciar un esfuerzo conjunto entre sectores políticos, sociales, económicos y mediáticos por mejorar el discurso e informar adecuadamente sin la contaminación ideológica y partidaria.

Un factor clave del éxito de una política y estrategia de comunicación en este momento es potenciar el liderazgo de la presidenta Castro y romper la percepción de un paralelismo de poder, al margen de su decisión de delegar el manejo de aspectos operativos de su gobierno. De igual importancia es la definición y visibilización de los ejes prioritarios del gobierno a nivel interno y externo, inmediato y mediato, político y social, principal y secundario.

El gobierno debe superar la constante alusión al pasado para justificar su posición ante sus detractores pues su manejo insistente e inadecuado contribuye a exacerbar la polarización, exaltar las emociones y propiciar un ambiente de mucha tensión en el país.

Es urgente la elaboración de una política de comunicación que explicite lo que el gobierno va a hacer en esta materia, precisando el qué hacer, por qué, para qué, con qué, en cuanto tiempo y con qué resultados.

De igual manera, la elaboración de una estrategia que precise con detalles cómo se va a ejecutar esa política a través de un gabinete de comunicación conformado o reestructurado para ese fin.

Es fundamental dentro de la estrategia precisar la relación con los medios de comunicación, el manejo de redes sociales, la apropiada utilización de los canales oficiales y la necesidad de bajarle el tono a la confrontación.

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