La hora después

La hora después, Fantasía en clave de SI Mayor…con Plan B

La Lista Denton

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

a la Plataforma, que podría catalizar a otra Honduras

Tampoco ese fue un diálogo. Escuchen al Embajador Hugo Llorens declarar valiente que la culpa de la catástrofe que es hoy Honduras la tienen ¡la insistencia de JOH en reelegirse contra ley y la política cínica de Trump! Y miren a JOH –descoyuntado- reírse de la oposición que somos todos, el país entero, diz que no lo preocupan las antorchas ociosas, tiene de su lado a la gringa y al general, a la mancha brava y a los enanos morales de su clica.

De espaldas al rigor de mi oficio, mirando sobre el hombro del prójimo, oteo el horizonte. Los vaticinios de los analistas políticos son menos fiables aunque los pronósticos de los climatólogos. Por razones análogas, lo que quieren predecir está más sujeto a incógnitos aleatorios que a factores conocidos por su incidencia, y termina prevaleciendo la propia preferencia. Si la historia es análoga a un laberinto con salidas alternativas, el futuro se parece más a un caleidoscopio hechizo y timador. No es incognoscible, porque se desprende también de las necesidades del presente. Está claro que no es solo que sea posible, si no que necesitamos otra Honduras, un nuevo comienzo. Y nada puede impedir este acto de la imaginación que es fantasear a mi antojo y criterio sobre qué puede pasar. Todos entendemos que JOH se tiene que ir. Con su gobierno podrido. Pero también que esa ruindad es síntoma de la corrupción y la democracia impostada que genera el régimen.

La casi inevitable salida de JOH, empero apenas es el inicio de ¿Qué? Todos entendemos que, sacándolo solo a él, su régimen queda intacto, y no es aceptable. Puesto que un golpe siempre es muy dañino (como aprendió en 2009), Pepe Lobo declara que él busca una mera renuncia con impunidad acordada, lo acompañan algunos liberales. Un Designado asumiría, pero ¿Cuál? Especulo.

Ninguna de las alternativas previsibles puede proveer lo que justo se necesita, decencia, credibilidad, confianza, fe en el gobierno, ya que los sucesores mentados están siendo investigados o han sido señalados. (Hay -como excepción- una designada en rebeldía, ¿que pudiera servir, junto con un cambio inmediato en las tres ramas de gobierno, si quieren, con un nuevo gabinete conducir a elecciones?) No es una revolución strictu sensu, ni en sentido lato que se vislumbra. Solo dos momentos sucesivos.

Con un traslape, una previsión del siguiente en el primero y un lastre del anterior en el segundo. En el momento antes, aquí el Señor H por fin entiende que es insostenible y que los miles que le piden que se vuelva a reelegir son amigos imaginarios, acepta hacer sus maletas y escoge un destino, Florida ¿o Mallorca? Sale, y con él, un círculo íntimo y duro. En el momento posterior y en ese vacío, se articula un nuevo ejecutivo provisional, que no va a ser mera sucesión, ni tendría derecho ni puede solo quedarse gobernando ni impostarse de proyecto. Junto con el golpe y los abusos para reprimirnos, la reelección ilegal, el forzoso recambio presidencial por inopia e incapacidad es otra razón para llamar a una constituyente a la que tenemos que ir todos a extirpar sin clemencia el furúnculo fétido de la reelección. ¿Qué duda cabe?

Debe asumir el mando una Junta opositora tan amplia que deberá incluir al Partido Nacional y a la milicia capaz de mantener el orden indispensable, en que pueda darse una transición. Para administrar el interinato y mantener bajo control los remezones que se pueden esperar, en diversos rincones, la Junta debe convenir nuevos nombramientos en los puestos claves, defensa y seguridad, cancillería y gobernación, ¿hacienda? y comercio, educación y salud, presidencia y Banco Central. Aceptando renuncias voluntarias, lo demás puede esperar, no hay prisa. Y ha de convocar -bajo una autoridad electoral renovada y con nuevas garantías internacionales- a elecciones para una Constituyente.

Durante varios días se irán resolviendo incógnitas y ecuaciones complejas del cambio. (¿Cómo hacer con el Poder Judicial que designó un voto comprado? ¿Y para sustituir al Congreso -hoy por hoy el más acusado de corrupción?  A sabiendas de que ahí hay pocos representantes del pueblo y muchos de la mafia. ¿Habrá que definir un Consejo Consultivo? Con la minoría de legisladores que no han sido mencionados por los órganos de justicia, complementados con una representación directa integral de las corporaciones civiles, asociaciones profesionales, el empresariado, el campesinado, el sindicalismo, los pueblos originarios. Si los militares restauran el orden público violado merecerán un reconocimiento, pero en todo caso necesitaremos a los soldados –luego- para proteger a los nuevos gobernantes.

Aun entonces ese cambio de gobierno y la convocatoria a una Constituyente también son umbral y alborada. Muchos le temen a la luz, al cambio, pavor a la decencia, la limpieza. ¡Los vampiros!

El problema como decía Niki es que la poca, pero muy poderosa gente beneficiada por la constitución anterior hecha añicos, entiende perfectamente bien, esta precavida, y determinada a impedir un cambio que les resta poder y puede acarrearles responsabilidades. No sabe -si no- como asegurar sus privilegios corporativos o blindar los beneficios de su casta. Mientras que mucha de la población -que se beneficiaría del cambio democrático y profundo- no acaba de entenderlo. Aquellos atacaran feroces, y esta ¿estará dispuesta siquiera a defender una idea? ¿Aunque casi abre los ojos y si despierta, es invencible?

Ineludible será un problema que -esta vez- hay una vanguardia consciente, indispuesta a contentarse tranquila con menos que un cambio verdadero profundo, transformador de las estructuras sociales, económicas, políticas del país. Esta masa organizada es Libre y va a luchar para conseguir más que un cambio nominal.

La contradicción es vieja ya. Detonó el golpe e inspira la resistencia. Lleva diez años de arder.  No debe asustar más que, como dice, creo que Emerson, a las mentes estrechas. En El Mundo Real, aquí, bajo la luz de la luna, ningún bando puede, en la actual circunstancia, ganar una guerra total. Hay diferentes salidas concebibles, pero, a mi ver, para llegar tiene que reconciliar a esos opuestos, como producto de una negociación con garantías. Al final si disminuidos, los partidos se quedan si son maquinarias de clientelas con base local y con un antiguo arraigo que no va a desaparecer de la noche a la mañana. ¡Fuerza!

En Honduras no va a desaparecer la empresa privada, y no tenemos con que sustituir a una inversión extranjera dispuesta a respetar políticas nacionales. So pena de tener que recurrir a la esclavización. Tampoco se va a evaporar una izquierda definida, socialista, si no están contemplando una limpieza política sangrienta que ya no es compatible con la norma del siglo. ¿Cómo podrían convivir los opuestos? En despejar esa incógnita reside la posibilidad de una prosperidad prolongada y compartida en forma menos desigual o la final degradación de un estado a una sociedad fallida, incapaz de retener a un mínimo de población o respetar derecho alguno. La Plataforma puede ser lo que faltaba. ¡Astucia!

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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