Tegucigalpa. – El último Informe de Índice Global de Crimen Organizado 2021, ubica a Honduras en el puesto número 138 en puntuaciones de resiliencia, de 193 países a nivel mundial y en el puesto número diez en puntuación de criminalidad.

El estudio, que mide con un índice de uno a diez—siendo el puntaje más favorable el uno y el diez menos favorable—ubica a Honduras en las puntuaciones de criminalidad en la posición número 10 con una puntuación de 6,98 de 10.

En los últimos doce años Honduras ha estado gobernada por una élite corrupta y criminal, con un narco gobierno que cooptó los poderes del Estado y la violencia se incrementó debido a las narcoactividades y a la impunidad practicada desde las organizaciones persecutoras del delito.

Entre 2016 y 2022, gracias a un convenio de extradición con Estados Unidos, varios cárteles que operaban por distintas zonas de la geografía hondureña fueron desarticulados y sus cabecillas sometidos a la justicia estadounidense.

Prueba de que la narcoactividad se filtró a los más altos niveles es que el expresidente Juan Orlando Hernández se enfrenta a un juicio por narcotráfico en la Corte del Distrito Sur de Nueva York, misma que en marzo de 2021 condenó a su hermano, Juan Antonio “Tony” Hernández a cadena perpetúa más 30 años de presión por participación en la narcoactividad.

Asimismo, el hijo del expresidente Porfirio Lobo, Fabio Lobo, fue condenado a 24 años de cárcel y cinco años en libertad condicional.

Para entender el flagelo y por qué este llegó a las élites, también fue extraditado el exdirector de la Policía Nacional, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla y los mismos narcos han confesado que además de la policía, recibieron protección de las fuerzas armadas y de las autoridades del Ministerio Público.

El informe, que analiza la economía ilícita a nivel mundial ubica a Honduras en el puesto número 42, Y en mercados criminales (promedio) le otorga una puntuación de 5,70, en delitos contra los recursos no renovables 5,0, comercio de heroína 2,0, comercio de cocaína 7,5, comercio de cannabis 7,5, comercio de drogas sintéticas 3,0.

En las puntuaciones de actores criminales, Honduras ocupa el lugar número tres para los actores criminales (promedio) 8,25, grupos de tipo mafioso 8,5, redes criminales 8,0, actores integrados en el estado 8,5, actores extranjeros 8,0. Estos tres ámbitos se utilizan para asignar a cada país una puntuación de criminalidad y una puntuación de resiliencia.

Criterio.hn consultó a varias fuentes conocedores de tema de seguridad, quienes aseguran que lo que hay en el país es falta de voluntad política y consideran que hay procesos que se están manejando con poca celeridad en investigación y otros casos, simplemente no tienen ni siquiera un expediente.

El coordinador de Justicia y Seguridad de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Kenneth Madrid, expresó que no es nada alentador que Honduras se ubique en estos puestos. Al tiempo que lamentó que la población no tenga los niveles de satisfacción necesarios, porque no tiene la expectativa necesaria creada por el Estado para poder combatir el crimen organizado de la manera más viable.

En entrevista con Criterio.hn, Madrid dijo ante la falta de reacción por parte del Estado, en muchas ocasiones, los ciudadanos buscan otros mecanismos para salir de esta situación, como la migración irregular.

Madrid es de la opinión que, si no se buscan nuevas formas de trabajo, “será imposible que nosotros mejoremos en los índices de percepción de este tema”. Dijo que a Honduras tiene una investigación deficiente y es ahí donde tiene que trabajar el Estado para poder llegar al meollo del asunto.

El informe expone además que la explotación de personas, en la forma de trata de personas, se ha convertido en la economía criminal más generalizada del mundo, un hecho que sirve como amargo recordatorio del impacto deshumanizador del crimen organizado. Se determinó que la trata de personas es el mercado criminal más generalizado en todo el mundo (con un promedio global de 5,58).

Honduras vive los más altos niveles de violencia, especialmente contra las mujeres y niñas. Datos del Centro de Derechos de Mujeres (CDM), en el informe Organizaciones de Mujeres Actuando contra el Delito de Trata de Personas en Honduras, refieren que en el 2021 Honduras registró al menos 42 mujeres víctimas de trata de personas.

El crimen es fomentado en Honduras por los altos niveles de impunidad, de hecho, este país centroamericano reporta una de las mayores tasas de impunidad a nivel global, para el caso en los femicidios alcanza el 90%, en la comunidad LGTBIQ+ 90%, los comunicadores sociales y periodistas 93%, niñez y adolescentes 95%, y en los defensores de derechos humanos, del territorio y la tierra el 97%.

En puntuación de resiliencia el informe ubica a Honduras en el puesto número 138, con un análisis de resiliencia (promedio) de 3,92. Esto significa que el país no cuenta con políticas de estado para prevenir y contrarrestar la violencia.

En liderazgo político y gobernanza la puntuación es de 2,0, transparencia gubernamental y rendición de cuentas 3,5, cooperación internacional 5,5, políticas y leyes nacionales 4,0, sistema judicial y detención 3,0, cuerpos de seguridad 4,5, lo que significa que por su poca resiliencia Honduras va en declive en la constitución de un Estado de derecho.

El informe señala además que tres cuartas partes de la población mundial vive en países con altos niveles de criminalidad y en países con baja resiliencia al crimen organizado. La gran mayoría de la población mundial (79,2 %) vive en países con altos niveles de criminalidad y en países con baja resiliencia (79,4 %).

Aproximadamente el 40 % de los países del mundo (77) se encuentran en el cuadrante de baja criminalidad y baja resiliencia.

La semana pasada el nuevo gobierno de Honduras oficializó la operatividad de una Policía Comunitaria, sin embargo, varios analistas entrevistados por Criterio.hn, aseguran que esto no es la solución para contrarrestar la violencia arrasadora que viven los hondureños, pues consideran que esta nueva institución no va a cumplir con su rol a largo plazo.

Arguyen que para que tenga éxito se requiere de la creación de una política de seguridad porque actualmente se sigue trabajando sobre la base de un modelo fallido.

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Madrid considera que se deben tomar acciones concretas para mejorar estos indicadores, pero que esto depende de la actividad que realice el Estado y que pasa por la socialización de implementación de políticas con los diferentes sectores de la sociedad.

“Para poder atacar este flagelo no solo puede actuar el Estado por sí solo, sino que todos los sectores, la empresa privada, sociedad civil y así poder tratar este tema”, subrayó.

A juicio de Madrid, deben implementarse mesas ciudadanas, mesas de trabajo, para despertar líderes de cada comunidad, tratar la complejidad del problema de estar inmersos en ese punto, hacer uso de la denuncia y que todos los operadores de justicia trabajen de manera efectiva en un solo lazo para garantizar efectividad.

Madrid recomienda a las actuales autoridades plantearse nuevas estrategias de análisis que permitan que la resiliencia del ciudadano ante el crimen organizado pueda ser más efectiva, concluyó.

Los resultados del índice apuntan a una serie de implicaciones que contribuirán a una mejor formulación de políticas y a la creación de respuestas eficaces y sistemáticas al crimen organizado a nivel nacional, regional e internacional

El análisis de este informe demuestra de manera concluyente que el crimen organizado es la amenaza más perniciosa para la seguridad humana, el desarrollo y la justicia en el mundo actual.