Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa.- Los reportes de las últimas semanas de los hospitales públicos dan una idea clara del impacto de la pandemia de Covid-19 en la salud de la población de Honduras, que se adentra en la segunda ola a 10 meses de los dos primeros casos declarados en marzo del año pasado en este país.
A tres días de arribar a 10 meses de confinamiento y restricciones económicas el país supera 128 mil 701 casos positivos y 3 mil 285 decesos a causa del patógeno viral.
El ambiente sanitario se agita debido a que referentes de opinión han detectado la llegada tardía de personas enfermas a los triajes y hospitales, y no descartan la presencia de la cepa inglesa en el territorio nacional.
Tesis reforzada al detectarse casos de personas que con dos días con síntomas de Covid-19 rápidamente empeoran y en algunos casos mueren.
A estas horas al menos 873 personas están hospitalizadas, 676 están en condición estable, 171 en condición grave y 26 en unidad de cuidados intensivos, destacan las cifras oficiales.
Este martes autoridades del Hospital Escuela y del Instituto Nacional Cardiopulmonar u Hospital El Tórax, confirmaron el colapso de sus Unidades de Cuidados Intensivos, UCIS.
El martes anterior en seis horas la Unidad de Cuidados Intensivos estaba al 100% de su capacidad, dicen las autoridades.
A estas fechas el Distrito Central, con sus 1,514 km² de extensión territorial, 43 aldeas y 538 caseríos y alta densidad poblacional, muestra 80% por ciento de positividad en las pruebas realizadas expresó el doctor Carlos Umaña, presidente de los médicos del seguro Social de San Pedro Sula.
Mientras tanto, los epidemiólogos, el Colegio Médico, el consorcio del Observatorio del Covid-19 y Dengue de UNITEC, así como autoridades de los centros asistenciales apuntan a las celebraciones de navidad y a las fiestas de fin de año como detonante del rápido aumento de casos registrados.
Hoy los triajes de Tegucigalpa reportaban 80% de positividad, pero esto empeorará cuando se sumen las secuelas de incumplir las medidas de bioseguridad, de no controlar la movilidad por dígitos y la circulación en los mercados y por sus dimensiones demográficos a finales de marzo el colapso de los hospitales de la capital será total, ha advertido Umaña.
“No se trata de pitonisos, se trata de la ciencia epidemiológica que ofrece un panorama aún más preocupante de persistir la tendencia de subrogar la prestación de servicios de salud”, acota Suyapa Figueroa, presidenta del Colegio Médico de Honduras.
El subdirector del Hospital Escuela, Franklin Gómez, a corroborado que el colapso obedece a los excesos vistos a finales del año pasado.
“No vamos a salir de esta pandemia si la población continúa con la indiferencia y pasarán los años y nosotros seguiremos combatiendo el virus”, advirtió el galeno.
San Pedro Sula, el segundo centro poblacional del país, las unidades de cuidados intensivos están a su capacidad máxima al igual que las UCIS de la capital de la república.
El colapso de los hospitales resulta más mísero cuando seis de los siete módulos móviles adquiridos por Invest-H a un costo de 47 millones de dólares para enfrentar la crisis sanitaria, siguen sin prestar servicio alguno para la población.
Numerosas investigaciones del Consejo Nacional Anticorrupción documentan la opacidad en el manejo de la pandemia, sin que hasta la fecha asome el brazo de la justicia para Marco Bográn y a su jefe, el titular del Poder Ejecutivo, Juan Orlando Hernández Alvarado y a los miembros de la Junta Interventora de Invest-H, como a Gabriel Rubí, titular de la Comisión Permanente de Contingencias, (COPECO), hoy incorporado como flamante diputado del Partido Nacional en el Congreso Nacional de la República.
Mientras, el patógeno viral devasta a las potencias de Europa y a Estados Unidos, tiene en Brasil, México y Perú entre las naciones más afectadas, las recomendaciones para preservar la salud son las mismas, uso correcto de la mascarilla, limpieza con gel y distanciamiento social, tú me cuidas yo te cuido, reza la campaña en una pálida y saqueada Honduras.
