Honduras en la antesala de la insurrección

Por: Oscar Miguel Marroquín/para Criterio.hn

Los espontáneos acontecimiento políticos y sociales posterior a los pasados comicios, dejan sin lugar a duda, la sensación que este país se encamina hacia una insurrección popular, dado que no se vislumbra por ningún lado el retorno de la institucionalidad.

El presidente Juan Orlando Hernández persiste en el control absoluto de todas las instituciones del Estado, a fin de garantizarse cuatro años mas en la silla presidencial; pero los hechos acaecidos en los últimos días dejan entrever que el absolutismo presidencial, ha encontrado ya una verdadera resistencia social que hasta hace pocos meses era impensable.

La poca reacción que hubo posterior a las elecciones del 20013 cuando la candidata presidencial Xiomara Castro de Zelaya fue prácticamente asaltada por el Tribunal Supremo Electoral, seguramente hicieron creer al presidente y sus asesores que las cosas podían ser manejadas de igual forma en las recién pasadas elecciones, es decir, los cálculos para manejar la situación en un nuevo FRAUDE ELECTORAL no necesitaban, según ellos, ningún cambio sustancial.

La principal razón que llevo al presidente Hernández y sus asesores a creer que todo sería igual que en el 2013, es el echo de haber logrado por parte de la Corte Suprema de Justicia CSJ, el aval para una reelección inconstitucional, sin la más mínima reacción social y política, es decir, la oposición política no paso en aquel momento, de condenar las aspiraciones ilegales del presidente, de manera si se quiere, bastante tibia.

¿Cuál es la chispa entonces el detonante social y político, de los últimos días?

La respuesta es sencilla, una reelección inconstitucional acompañada de un FRAUDE ELECTORAL, estos dos aspectos de la vida política del país son la principal causa del estallido social, incontrolable, por cierto, a pesar de la represión brutal que ha ejercido el gobierno en contra de la protesta pacífica del pueblo.

En un acto desesperado por parte del presidente por controlar el generalizado descontento social, no tuvo más opción que acudir al encarcelamiento, persecución, asesinato y el decreto de un estado de sitio, pero estas acciones represivas terminaron siendo un verdadero fracaso, en todo el territorio nacional la gente salió a las calles para desafiar tanto el estado de sitio como el terror impuesto por el gobernante.

Para cualquier cientista social, el desafío de la sociedad al estado de sitio y la represión daba la pauta para pensar que, la gente se estaba rebasando aceleradamente la desobediencia civil y pasando a un estado prácticamente de pre insurrección, a medida que el que el presidente continuaba de manera ciega en su empeño por conservar el poder a como dé lugar.

Las acciones llevadas a cabo en todo el país el pasado 15 de diciembre, hacen pensar de manera inobjetable que Honduras, está prácticamente en la antesala de una insurrección popular, por demás decirlo, ya fuera de todo control gubernamental, en pocas palabras, el ejército y la policía fueron superados en el terreno de los acontecimientos por las acciones de los manifestantes, a pesar de la despiadada represión ordenada por Juan Orlando Hernández.

Las barricadas en las principales calles de la ciudad y carreteras paralizaron prácticamente por completo el país, quien puede entonces negar, que Honduras está prácticamente al estallido de una insurrección popular en la búsqueda del retorno de la democracia.

En conclusión, si el presidente persiste en mantenerse en el poder a sangre y fuego, la insurrección popular podría tocar las puertas de casa presidencial en pocas horas.