Tegucigalpa.- Las niñas de Honduras también son víctimas de la violencia, la inseguridad y la alta tasa de criminalidad que día a día arrecia a toda la población, cada mes las cifras e incidencias de muertes violentas a las niñas van en aumento y con ello también aumenta la impunidad.
Según datos del observatorio especializado en muertes violentas de mujeres, niñas y adolescentes (Keres), de la Red Lésbica Cattrachas 25 niñas menores han perdido la vida en lo que va del 2022, las edades comprenden de 1 a 18 años.
Fátima Ulloa quien es la investigadora del observatorio de Cattrachas manifestó en entrevista con Criterio.hn que de esas 19 muertes violentas de niñas solo 6 fueron judicializados.
Agregó que la mayoría de los casos de muertes violentas en niñas se dan por arma de fuego, asfixia y otras por arma blanca.
Ulloa expuso además que, para el año 2021 este observatorio registró 38 casos de muertes violentas a niñas menores de 17 años. “estamos alarmados por esta problemática porque esta cifra nos indica que este año van en aumento las muertes violentas a las niñas, todavía estamos en septiembre y no ha cerrado el año”.
Agregó que las zonas con mayor incidencia son Francisco Morazán, en la zona central, Cortés, en San Pedro Sula, al norte y Olancho que se ubica en la zona oriental del país.
“Es importante que las autoridades trabajen para potenciar la investigación de muertes violentas a mujeres y niñas, es necesario que las autoridades fortalezcan las entidades encargadas de investigación para que estos casos no queden impunes”, apuntó Ulloa.
Es importante que el Estado realice nuevas estrategias para capturar a los victimarios tanto de muertes violentas de niñas como de mujeres, deben ejecutar una investigación con las escenas del crimen y procurar proteger los cuerpos de las víctimas, concluyó Ulloa.
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Los niveles de impunidad en las muertes de niñez y adolescentes en Honduras según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), alcanzan el 95% en todos los casos de muertes violentas.
Es importante mencionar que según datos recabados por la Coordinadora de Instituciones Privadas pro las niñas, niños, adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden), con base a reportes de medios de comunicación, solo el mes de abril se reportaron 47, en mayo 49 y en junio 44 y de esos 44 casos de junio, 38 pertenecen a jóvenes y niños, es decir, el 86% fueron hombres y seis niñas y jóvenes, equivalente al 14%.
Para los tres meses las niñas y los niños hacen un total de 12 entre las edades de 0 a 18 años, la Coiproden estima que en Honduras se está reportando un promedio mensual de 50 muertes violentas de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
La organización también destacó que en el primer trimestre del 2022 (enero a marzo) fueron asesinados 158 niñas, niños y jóvenes.
Por su parte el sociólogo Armando Orellana en entrevista con Criterio.hn manifestó que la muerte violenta en las niñas tiene mucha relación con una sociedad que está rodeada de desigualdad, pobreza y el esquema de vida fundamentada en esquemas autoritarios ha expuesto a la niñez en situaciones de violencia.
“Recordemos también que hay una violencia estructural en los centros educativos donde el niño pobre y de escasos recursos se ve expuestos a situaciones de exclusión y marginación”, subrayó Orellana.
Agregó que esta problemática también se debe analizar desde el hogar y desde la propia economía de los mismos, esa situación puede traer como efecto la violencia contra los niños.
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Relató que para transformar este flagelo las autoridades deben plantear acciones en asistencia a jóvenes en riesgo principalmente, además se deben prevenir los actos de violencia y eso solo se hace con el verdadero apoyo por parte del Estado.
A juicio de Orellana se deben hacer verdaderos diagnósticos no superficiales, “no maquillajes como los que se hicieron en el pasado” que trataban estos temas en los hoteles de lujo, “estos temas se trabajan desde los barrios marginales, desde las comunidades vulnerables, desde la aldea más pobre del país, solo así se logran políticas públicas que van al fondo del problema”.
Orellana manifestó que se requiere un interés muy fuerte de parte de las autoridades y que trabajen con empeño para la creación de un buen diseño de políticas sociales que saquen a las niñas y niños de los niveles de exclusión y pobreza en que se encuentran actualmente.
Según un informe publicado por la Asociación para un Sociedad más Justa (ASJ), en Honduras cada seis horas un menor sufre o es víctima de abuso sexual, sin embargo, muchos de los crímenes permanecen sin ser esclarecidos.
El nivel de impunidad de los casos es de 83,74, mientras que hasta el 90% de los abusos se produce en el entorno del menor, según un estudio divulgado el 27 de abril de 2022 llamado «Índice de Impunidad y respuesta institucional ante el abuso sexual infantil en Honduras», presentado por la asociación antes mencionada.
Además, el informe apunta que, del total de denuncias de violencia sexual infantil, solo en 1.454 de los casos, es decir, el 16,25 % logran sentencia condenatoria, por lo que el 83,74 % están impunes.
Un informe de muertes violentas registradas por Casa Alianza, titulado Situación de los derechos de las niñas, niños y jóvenes en Honduras, publicado el pasado mes de abril del presente año arrojó que 49 casos de muertes violentas en el país corresponden a niñas, conformadas en las edades de 0 a 17 años haciendo un 38% para el sexo femenino.
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