El coronavirus es la excusa perfecta para justificar la gran recesión en marcha, aduciendo que, como la economía “se cerró” durante el forzado confinamiento, ahora el mundo debe pagar por esta tragedia “natural” de la que ninguna culpa se le puede deducir a nadie.
Por: Mario Roberto Morales
El régimen financiero especulador ―causante de la crisis del 2008 y de la recesión en marcha, ambas debidas a la desregulación financiera neoliberal y a que el Estado (de Obama-Clinton-Soros-Wall Street) salvó a la banca estafadora y no a la gente estafada― está a punto de resetearse para que la oligarquía financiera mundial siga dominando a la humanidad mediante el empobrecimiento, la manipulación mediática y las políticas de despoblamiento sistemático.
El coronavirus es la excusa perfecta para justificar la gran recesión en marcha, aduciendo que, como la economía “se cerró” durante el forzado confinamiento, ahora el mundo debe pagar por esta tragedia “natural” de la que ninguna culpa se le puede deducir a nadie.
El reseteo mencionado se hará mediante un cambio en la política que rige la concesión de deuda, trasladándola del petrodólar como respaldo de la moneda a la de los “dólares verdes” sustentados en las tecnologías desindustrializadoras de la llamada “energía limpia”. Estas tecnologías incluyen a las 5G: tanto las de control mental y espionaje, como las que sustituyen la mano de obra con la mecanización de los servicios y la productividad física. También, las que sirven a las políticas de despoblamiento planetario según la tesis malthusiana de que los recursos del mundo son insuficientes para alimentar a toda la humanidad, lo cual “obliga” a eliminar a buena parte de ella.
El ecologismo catastrofista (tipo Al Gore) está al servicio del proyecto desindustrializador para imponer tecnologías digitales supuestamente “limpias”, que son las que resetearían el sistema neoliberal globalizador financierista, impulsado por Soros mediante revoluciones de colores para que Trump no se reelija, como las actuales ―contra el racismo― en EEUU y el mundo. La corrección política es la “mística” que anima a las progresías del orbe que apoyan ―junto a “preocupadas” estrellas de cine― estos activismos culturalistas que son la cara maquillada del neoliberalismo reseteándose, ahora mediante el uso geopolítico del miedo al coronavirus.
La alternativa a este reseteo suicida es la alianza de China, Rusia y Estados Unidos en una economía de productividades físicas nacionales y regionalizadas con respaldo en el patrón oro. El yuan y el rublo están respaldados por oro. Falta que el dólar también lo esté. Esto es lo que busca Trump. Por desgracia, éste oye cada vez más las voces que lo enfrentan a China como estrategia electoral, y por eso su petulante discurso antichino se ha vuelto peligroso. Las voces al oído de Trump son las de los agentes del Imperio Británico, pues éste alberga a la City de Londres, corazón del financierismo especulativo, del que Wall Street es una sucursal.
El golpe de Estado (con revolución de color) en marcha contra Trump por parte de Obama-Clinton-Soros, la City de Londres y Wall Street, se vio potenciado por el asesinato de George Floyd y por las protestas pacíficas que fueron infiltradas por grupos pagados por Soros (como ANTIFA y otros) para violentar y saquear, y así entorpecer la urgente alianza de China, Rusia y Estados Unidos en un proyecto global de productividad física apoyado en el patrón oro y con control estricto de las tecnologías 5G.
No se trata de defender el racismo de Trump, sino de decidir si queremos más especulación fraudulenta (ahora reseteada), o un nuevo paradigma de productividad material que neutralice la “necesidad” neoliberalista de la guerra nuclear para instaurar su “nuevo orden mundial”.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
2 respuestas
Non-specific Low-down Far this outcome
Bravo Lic. Morales!