Las muertes violentas de mujeres en Honduras están siendo atribuidas, por la Policía Militar del Orden Público, exclusivamente al crimen organizado. Sin embargo, la evidencia revela una realidad más compleja y arraigada en una cultura patriarcal que refleja no sólo una crisis de violencia de género, sino también la ausencia de una política de Estado que aborde la problemática de raíz.
Tegucigalpa. – En Honduras, la violencia contra las mujeres ha alcanzado niveles alarmantes, posicionando al país con la tasa más alta de femicidios en América Latina y entre los cinco países más peligrosos del mundo para las mujeres. Cada día, las hondureñas se enfrentan a una violencia estructural como resultado de una arraigada cultura patriarcal que perpetúa la desigualdad de género.
Pese a esta alarmante realidad no se han adoptado medidas preventivas para abordar este flagelo ni se ha incluido un enfoque de género en los planes de seguridad implementados por el gobierno.
LA FRASE
“¿Por qué hay tanta mujer que muere? Es sencillo, hombre, ellos (crimen organizado) la obligan a hacer el trabajo de los hombres, entonces el resto de los hombres la están viendo como si fuera otro hombre, un objetivo al que hay que eliminar”.
“Usted no mira que la señora que sale a la iglesia o a trabajar fue la asesinada. ¿Quién es? La policía lo sabe, siempre alguien tiene un vínculo o con el narcotráfico, o con narcomenudeo o con transacciones que refieran al crimen organizado”: Ramiro Muñoz, jefe de la Policía Militar del Orden Público.
En recientes declaraciones, en un canal televisivo, el coronel y director de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), Ramiro Muñoz, afirmó que todas las muertes violentas de mujeres en Honduras están relacionadas con el crimen organizado y el narcotráfico.
Esta percepción, que tiene el enfoque de criminalizar a las mujeres, surge en vos de Muñoz, quien también preside una junta interventora que delegó el control de las 25 cárceles hondureñas a la PMOP, como parte de un estado de emergencia aprobado a raíz de la masacre en la que perdieron la vida, en junio de 2023, 46 privadas de libertad en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS).
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LA REALIDAD DE LOS FEMICIDIOS Y MUERTES VIOLENTAS DE MUJERES
El análisis simplista de este funcionario atribuye las muertes violentas de mujeres a su participación en la venta de drogas, aunque la evidencia muestra que la mayoría de las muertes violentas de mujeres y los femicidios son el resultado de dinámicas de poder y control ejercidas por hombres que consideran a las mujeres como posesiones.
Para el caso, el informe del ONV-UNAH de 2022, sobre las muertes violentas de mujeres y femicidios, indica que sólo el 2.9% de las víctimas estaban involucradas en actividades delictivas.
«De las 308 muertes violentas de mujeres en 2022, sólo 9 estaban vinculadas al crimen organizado», aseguró, en entrevista con Criterio.hn, Migdonia Ayestas, directora del Observatorio Nacional de Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (ONV-UNAH).
El análisis del ONV-UNAH, refiere, además que el 51% de estas muertes mostraron señales de ensañamiento, lo cual subraya la naturaleza personal y violenta de estos crímenes.
Sobre las declaraciones del director de la PMOP, en cuanto a que las muertes violentas de mujeres son exclusivas de su participación en el crimen organizado, Ayestas considera que es una visión reduccionista que ignora las verdaderas causas subyacentes.
«Es crucial entender que muchos de estos crímenes son cometidos por hombres que, independientemente de su involucramiento en actividades delictivas, ven a las mujeres como objetos de su propiedad», acotó la especialista en temas de seguridad.
En enero de 2024 el ONV presentó datos preliminares que indicaban que, en 2023, al menos 380 mujeres habían perdido la vida de manera violenta. Es decir, una muerte violenta cada 23 horas con 3 minutos.
Sin embargo, al ser datos preliminares, la cifra aumentó. Migdonia Ayestas confirmó a Criterio.hn que en 2023 se registraron 410 muertes violentas de mujeres y femicidios. El análisis de los datos para determinar la causa o el tipo de femicidio aún está en proceso, pero, Ayestas señala que el patrón de violencia patriarcal es el mismo.
Además, debido a la falta de investigación efectiva, muchas de las muertes violentas de mujeres se quedan en la impunidad y otras mal tipificadas debido a que en Honduras no se ha implementado el Protocolo Latinoamericano de investigación de muertes violentas de mujeres y femicidios pese a que la Organización de las Naciones Unidas ha instado para que se implemente dicha herramienta.
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MUERTES VIOLENTAS DE MUJERES SON PROBLEMA DE PERCEPCIÓN
Honduras lidera la tasa más alta de femicidios en América Latina, con seis femicidios por cada 100,000 mujeres, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Esta alarmante cifra refleja una crisis profunda que tiene sus raíces en una diversidad de factores como la conflictividad social, la violencia doméstica, y la normalización de la violencia de género.
Jessica Sánchez, directora ejecutiva del Grupo Sociedad Civil (GSC), enfatiza que la violencia contra las mujeres en Honduras no puede ser atribuida exclusivamente al crimen organizado. «No se puede decir que todas las muertes violentas de mujeres son por el crimen organizado porque hay varios escenarios», afirma. Entre éstos, citó el femicidio íntimo, donde la pareja, expareja, novio, exnovio o pretendiente es el agresor.
La falta de aplicación del Protocolo Latinoamericano de investigación en muertes violentas de mujeres y femicidios, ha contribuido para que muchas de estas muertes se queden en la impunidad sin un responsable a quién imputar.
Migdonia Ayestas considera que la aseveración del coronel Ramiro Muñoz es un problema de percepción. «La gente puede pensar que la verdadera problemática es el crimen organizado, pero la verdadera problemática, con evidencia científica, es básicamente una cultura patriarcal», sostiene la investigadora.
Ayestas agrega que muchos hombres creen tener poder absoluto sobre las mujeres con quienes tienen una relación, lo cual deriva en violencia y, en muchos casos, en femicidios.
La evidencia científica del Observatorio de la Violencia refuta la teoría que todas las víctimas están involucradas en actividades delictivas.
En 2022, Honduras registró 308 muertes violentas de mujeres, de las cuales el 63.0% (194) fueron clasificados como femicidios. Este dato revela que más de la mitad de estos homicidios están directamente relacionados con razones de género, evidenciando la violencia específica que sufren las mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
El análisis también muestra que el 23.4% (72) de las muertes corresponden a escenarios homicidas, en los que no se identifican razones específicas de género, pero que siguen representando un grave problema de seguridad y justicia de las mujeres.
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LAS MUJERES COMO VÍCTIMAS Y HERRAMIENTAS DEL CRIMEN
En Honduras, las maras y pandillas han encontrado en el reclutamiento de mujeres una estrategia para desarrollar ciertas actividades de sus estructuras criminales.
Las mujeres son frecuentemente utilizadas para tareas como el transporte de drogas y armas, actuar como mensajeras, y en algunos casos, participar en actos de violencia como la masacre al interior de la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación social (PNFAS), dónde 46 mujeres fueron asesinadas con saña en junio de 2023. en el cuál, aún no se presentan requerimientos fiscales contra los autores intelectuales.
Jessica Sánchez, señala que, en los casos donde el crimen organizado está involucrado, las mujeres a menudo son víctimas colaterales de venganzas entre terceros, más que participantes activas en actividades delictivas.
Este reclutamiento, no sólo perpetúa la violencia y el crimen, sino que también coloca a las mujeres en una posición de vulnerabilidad extrema, sometiéndolas a una doble opresión: la violencia de género y la explotación criminal.
En mayo, durante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en entrevista exclusiva con Criterio.hn, Andrea Pochak, relatora para Honduras, subrayó la importancia de reconocer y abordar la violencia que sufren las mujeres vinculadas al crimen organizado en el país.
De acuerdo con Pochak, este fenómeno ha sido ampliamente invisibilizado, lo que impide una comprensión completa de la magnitud del problema y la implementación de políticas públicas efectivas.
Para la abogada argentina, es esencial que Honduras no sólo aborde la violencia de género en general, sino que también preste atención a la violencia que sufren las mujeres vinculadas con el crimen organizado.
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NECESIDAD DE UNA ESTRATEGIA INTEGRAL
Para reducir la violencia contra las mujeres, es esencial una estrategia de seguridad ciudadana que no sólo se enfoque en el control del crimen organizado, sino también en la prevención de la violencia de género.
Con la implementación del estado de excepción, vigente desde el 06 de diciembre de 2022, la violencia feminicida ha permanecido. Desde que se instauró está medida coercitiva, que suspende garantías constitucionales, 578 mujeres y niñas han perdido la vida de manera violenta.
Haciendo un análisis, las 578 muertes violentas de mujeres registradas durante el estado de excepción demuestran que estas muertes no están necesariamente vinculadas con la criminalidad, el narcomenudeo o las estructuras delictivas.
Este elevado número de muertes, a pesar de estar en un país militarizado, evidencia que la violencia de género sigue siendo un problema profundamente arraigado en la sociedad hondureña, más allá de las actividades criminales.
Estos datos subrayan la necesidad urgente de abordar las causas subyacentes de la violencia contra las mujeres, como la cultura patriarcal y la desigualdad de género, en lugar de reducir el problema a una cuestión de crimen organizado.
En ese sentido, las organizaciones de mujeres plantean que se requiere una colaboración interinstitucional y otros organismos clave que desarrollen una política integral de prevención de la violencia. Además, se necesita una mejora en la investigación y judicialización de los casos de femicidio, asegurando que se tipifiquen correctamente y se reduzca la impunidad.
Luego del análisis de datos y de las fuentes consultadas, Criterio.hn, concluye que la aseveración del coronel Ramiro Muñoz, respecto a que las muertes violentas de mujeres tienen su origen en los vínculos que estas tienen con el crimen organizado, es Falsa. La evidencia demuestra que la mayoría de estos crímenes son femicidios motivados por odio, es decir, una cuestión de género y no por vínculos con el crimen organizado.
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Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas