Tomado de la Vanguardia.com
La Casa Blanca la llama “la crisis de la puerta de al lado”, porque hace tiempo que la epidemia de muertes por sobredosis opiáceos que azota al país dejó de ser cosa de otros. Cada día, 116 estadounidenses mueren por este motivo, el doble en estados como New Hampshire, donde Donald Trump presentó ayer su estrategia para acabar con lo que es, oficialmente, una emergencia de salud nacional.
El nuevo plan federal afronta el problema desde diferentes ángulos, pero para el presidente la clave está en “ser muy duros con los traficantes. Si no, todo lo demás es perder el tiempo. Y esa firmeza incluye la pena de muerte”, anunció Trump, provocando aplausos y vítores entre la audiencia.
“Algunos de esos traficantes matarán a miles y miles de personas a lo largo de su vida y destruirán a muchas más. Y si les pillan, les condenan a 30 días de cárcel o una multa, cuando por matar a una persona te cae la pena de muerte o cadena perpetua”, argumentó.
Trump llevaba meses defendiendo la aplicación de la pena capital contra los traficantes, a menudo poniendo como ejemplo las prácticas de Rodrigo Duterte en Filipinas. Ayer no lo citó, pero aseguró que los países en que se les castiga con la pena de muerte “no tienen problemas de drogas” y anunció que el Departamento de Justicia, en adelante, recurrirá a ella todo lo posible.
La legislación actual sólo prevé este castigo en casos relacionados con tráfico de drogas cuando hay algún homicidio de por medio y no está claro si la Casa Blanca propondrá ampliar esos supuestos, aunque el fiscal general, Jeff Sessions, dijo en un comunicado que pedirá la pena capital dentro de “las leyes federales”. Trump admitió que “quizás el país no esté listo para esto” pero él “personalmente” no tiene dudas.
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Más que medidas de orden público, las comunidades y servicios que afrontan directamente las consecuencias de la epidemia de adicción a los opiáceos reclaman firmeza con las farmacéuticas, las aseguradoras y los médicos, medidas de prevención y más dinero para tratar a los afectados. El plan de Trump, que cuenta con un presupuesto de 6.000 millones de dólares recién aprobado por el Congreso, una cifra sin precedentes, contempla también iniciativas en este sentido.
Estados Unidos se ha propuesto reducir en un tercio, en tres años, el número de recetas de opiáceos como la vicodeína o la oxicodona . Los tratamientos médicos estarán sujetos a mayor control central, para detectar abusos y evitar que esta adicción “sea subvencionada por los impuestos de los americanos”.
Este tipo de analgésicos se han recetado en masa en los últimos veinte años para tratar dolores crónicos o simples migrañas como si fueran inocuos, cuando han demostrado ser altamente adictivos para millones de estadounidenses. Enganchados a estas sustancias, cuando se acaban las recetas, van al mercado negro. Así llegan al fentanilo, un opiáceo sintético muy potente y barato que en los laboratorios clandestinos se mezcla con heroína y provoca fácilmente sobredosis.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
5 respuestas
Los inmigrantes de EEUU que regresen a su país de origen porque serán acusados de narcotraficantes y se les aplicará la pena de muerte.
Por favor llevarse a joh y su pandilla
Trump refiere a ciudadanos. Ciudadanos que son traficantes. El no tiene jurisdiccion en Honduras para imponer pena de muerte.
Q se vayan alistandose sus maletas la Pandilla Hernández Alvarado, Porfirio Lobo Sosa y la cúpula del partido nacional y liberal.
Es un fuerte mensaje para la Pandilla Hernández Alvarado y Porfirio Lobo Sosa junto a la cúpula del partido nacional y liberal.