Nuevos hallazgos en Támara ponen en evidencia la profundidad de la criminalidad dentro de las prisiones y la necesidad urgente de fortalecer la supervisión, la rendición de cuentas y la colaboración entre instituciones para recuperar el control
Tegucigalpa, Honduras. – El reciente hallazgo de un arsenal de armas de alto poder, drogas, libretas, chalecos y municiones en el Centro Penitenciario Nacional de Támara ha vuelto a poner la mirada en el sistema penitenciario.
En las últimas semanas, se han registrado traslados de privados de libertad que residían en la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto de Tamara a los diferentes centros penitenciarios del país, como parte del cuestionado plan de clasificación penitenciaria ya que organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado “abusos y arbitrariedades”.
“Cómo íbamos a encontrarlo antes (caletas) si esto estaba lleno de privados de libertad” justificó el general Ramiro Muñoz, presidente de la Junta interventora del sistema penitenciario hondureño.

En ese sentido, Javier Acevedo, director ejecutivo del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), reconoció que parcialmente el general Ramiro Muñoz, tiene razón al afirmar que el traslado de privados de libertad facilitó la demolición e inspección de caletas ocultas en Támara.
Sin embargo, Acevedo subrayó que el INP debe dotarse de herramientas tecnológicas que permitan identificar caletas de armas y drogas sin depender exclusivamente del traslado masivo de reclusos. “Es fundamental que el Instituto Nacional Penitenciario cuente con tecnología que permita detectar estas caletas, independientemente de si se tiene el control absoluto o si se debe mover o no a la población privada de libertad”, afirmó Acevedo.
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CALETA DE ARMAS Y DROGAS EN LA PENITENCIARÍA NACIONAL DE TÁMARA
Las autoridades penitenciarias hondureñas informaron ayer martes sobre el hallazgo de una nueva caleta de armas y drogas en uno de los módulos de la Penitenciaría Nacional de Támara, en un operativo que evidencia la persistencia de estructuras criminales dentro del sistema carcelario.

Ramiro Muñoz, detalló que el descubrimiento se produjo tras el traslado de un grupo de privados de libertad en el módulo sentenciados 1, lo que permitió dejar los módulos libres de privados de libertad y proceder a una inspección minuciosa. “Vamos a seguir encontrando más cosas, vamos a tener más hallazgos”, señaló Muñoz.
Durante la revisión, las autoridades encontraron un arsenal compuesto por pistolas de diferentes calibres, municiones, fusiles y cargadores listos para ser utilizados.
Muñoz aseguró que en el centro penal “se acabaron pulperías, restaurantes, bodegas, venta de droga y licor, y prostitución y todo delito que aquí se ha podido conjugar”, en referencia a la eliminación de actividades ilícitas que operaban en el interior del centro penitenciario.
Actualmente, más de 30 privados de libertad están siendo procesados en relación con estos hechos. Muñoz advirtió que los operativos continuarán y que las autoridades no se detendrán en su labor de “limpiar los penales”.
LA IMPORTANCIA DE LA TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS
Nelson Castañeda, director de Seguridad y Justicia de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) señaló que la intervención en los centros penitenciarios responde a la alta deficiencia en el manejo y supervisión que históricamente han padecido estos recintos. “Los centros penitenciarios no solo son puntos de ingreso de armas y drogas, sino que también funcionan como centros de operación del crimen organizado”, afirmó.

Ante los constantes hallazgos, Castañeda subrayó la necesidad de evaluar y verificar, los informes de rendición de cuentas que está obligada la Junta Interventora del Sistema Penitenciario. Informes que detallen la cantidad de drogas y armas que ingresan a los penales. “Es fundamental que se informe con claridad cuántos centros penitenciarios a nivel nacional están libres de estos objetos ilegales”, explicó. Solo así, asegura, la sociedad civil y el pueblo hondureño podrán tener certeza de que la intervención está dando los resultados esperados.
Además, el especialista en temas de seguridad destacó que la colaboración activa del Ministerio Público, Medicina Forense y los laboratorios de la Policía Nacional es clave para certificar el armamento encontrado. “Es importante determinar si esas armas han participado en hechos delictivos en distintas partes del país”, indicó Castañeda, ya que esto puede abrir nuevas líneas de investigación y combatir la impunidad.
Castañeda, también hizo un llamado a redoblar esfuerzos por parte de la junta interventora y las instituciones de seguridad y defensa para desmantelar el sistema penitenciario corrupto. “Si siguen ingresando armas y no hay resultados tangibles, eso indica que aún existe corrupción dentro de las direcciones de estos centros”, alertó.





