En cien años, el territorio ancestral de La Puntilla, como se conoció a Puerto Castilla en Colón, ha sido arrebatado por el Estado de Honduras para cederlo a extranjeros en al menos dos ocasiones, haciendo a un lado el asiento de dominio útil de 1889 a favor de la comunidad garífuna de Cristales y Río Negro, expone Ofraneh
Tegucigalpa, Honduras. – A menos de una semana del atentado contra Mirian Miranda, coordinadora general de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), un nuevo ataque se perpetró contra nueve defensores del territorio garífuna en Puerto Castilla, Colón, nororiente de Honduras.
Entre las nueve personas heridas se encuentra la defensora Norma Lino, quien junto a sus compañeros fueron atacados por tres hombres que portaban al menos una escopeta de balines, que habría sido utilizada de forma indiscriminada, hiriendo incluso a un menor de edad, denunció la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras.
Tras recibir atención médica hospitalaria, las personas se movilizaron a las oficinas de la Policía Nacional de Trujillo a interponer una denuncia por intento de asesinato.
Sin embargo, “tal como es su práctica racista, en dicha institución les dijeron a las defensoras y defensores que el tipo de municiones era para matar palomas no gente, y que el agresor no iba a estar retenido mucho tiempo. Expresaron que la denuncia no procedía por intento de asesinato, si no por amenazas, aún cuando hay otros antecedentes con ese mismo perpetrador”, señaló la Red Nacional de Defensoras.
La organización expresó indignación por el ataque y apuntó que “la escalada de agresiones contra las luchas y vida de las comunidades se incrementa a niveles criminales”. Advirtiendo que si el gobierno hondureño no interviene “será responsable de muertes que pueden prevenirse”.
Noticia relacionada: Impunidad, principal motor de asesinatos contra defensores indígenas tolupanes en San Francisco de Locomapa
Este nuevo ataque contra el pueblo garífuna ocurrió tras un fin de semana en el que se registraron los asesinatos de una mujer indígena pech y un líder campesino. Sus nombres son: Juana María Martínez quien fue asesinada e incinerada en Dulce Nombre de Culmí, Olancho; y José David Fortín, líder campesino en el Valle del Aguán en el departamento de Colón.
MIRANDA LLAMA A REDOBLAR LUCHA POR LIBERACIÓN DE TERRITORIOS
Tres días después del atentado que sufrió Miranda, la Ofraneh publicó un video en redes sociales en el que la lideresa llamó a seguir en pie de lucha, movilizarse y recuperar los territorios que pertenecen ancestralmente al pueblo garífuna.
Afirmó que cegar su vida, no detendrá la lucha del pueblo garífuna, tal como la lucha de Berta Cáceres no finalizó con su asesinato el 2 de marzo de 2016.
“Es importante decir que este atentado responde a una estrategia de callar las voces, pero también es una estrategia para que detengamos nuestra lucha. Están totalmente equivocados o equivocadas, aquí no nos vamos a detener, lo dijimos claramente cuando asesinaron a Berta Cáceres. Lo dijimos y lo vamos a seguir sosteniendo”, remarcó Miranda.
La coordinadora general de la Ofraneh sostuvo que su lucha es la defensa de la vida del pueblo garífuna, la construcción de un país en el que los pueblos indígenas tengan derecho a vivir mejor, y “cambiar la historia de miseria” y vaciado de los territorios que son posteriormente entregados a inversionistas.
Miranda hizo hincapié en la necesidad de redoblar la lucha para la liberación de los territorios. A la vez que afirmó que el pueblo garífuna enfrenta el tercer destierro.
Lea el especial Pueblos Olvidados: Los garífunas y su tercer destierro
“La resistencia y lucha del pueblo garífuna, a nivel nacional nadie las va a detener y queremos ser enfáticas en eso, vamos a seguir exigiendo nuestros derechos ancestrales territoriales y este atentado contra la vida de una defensora no nos va a detener”, aseguró Miranda.
LA DISPUTA CENTENARIA DEL TERRITORIO GARÍFUNA DE LA PUNTILLA
El pueblo garífuna realiza la recuperación del predio conocido como Intermar, cuyo tracto sucesorio se remonta al siglo XIX, cuando en mayo de 1889 el general Luis Bográn reconoció tres millas de ancho por doce de largo en favor de la comunidad garífuna de Cristales y Río Negro, documenta la Ofraneh en su sitio web.
Pese a esto, en 1912 el entonces presidente Manuel Bonilla aprobó la contrata entre el Estado de Honduras y la Truxillo Rail Road Company, representada por Victor Camors, quien a la vez fue representado por Juan Glynn.
No obstante, no fue sino hasta abril de 1921, que la comunidad garífuna “accedió a ceder 239 hectáreas del terreno de La Puntilla, por un término de 99 años” a la Truxillo Rail Road Company. El terreno fue devuelto por la transnacional a la comunidad garífuna de Cristales y Río Negro en 1942, explica la Ofraneh en la publicación.
Pasarían 35 años para que nuevamente el territorio fuese arrebatado a los garífunas y esta vez bajo la implementación de la doctrina de seguridad nacional. La Ofraneh establece en su sitio web que en noviembre de 1977 se decretó la cancelación del asiento que constaba el antecedente de dominio útil a favor de la comunidad de Cristales y Río Negro, pasando el Estado a otorgar la tierra de la Puntilla — cómo se llamó previamente a Puerto Castilla — en favor de la Empresa Nacional Portuaria (ENP).
“Según testimonios de los habitantes de la comunidad de Cristales, el General Álvarez Martínez, pistola en mano, obligó a la comunidad a ceder las tierras de la Puntilla en el año de 1976”, escribe la organización.
La Ofraneh indica que supuestamente fue la ENP la que vendió o cedió cinco manzanas de tierra a la compañía Intermares del japonés Satoshi Sasaki, territorio que en la actualidad figura a nombre de Dennis Weizemblat Oliva.
