Tegucigalpa, Honduras. En medio del panorama polarizado por las tres fuerzas políticas de Honduras, la injerencia por parte de los grupos religiosos está ocasionando una división aún más grande dentro de la ciudadanía contraviniendo los propósitos de la iglesia al evidenciar inclinaciones partidarias e ideológicas.
Muestra de ello son los discursos de líderes religiosos que, por un lado, condenan el proselitismo político de ciertos sectores, pero por otro, respaldan abiertamente a candidatos vinculados a partidos conservadores, evidenciando una postura selectiva frente a la participación política.
Aunque la Constitución establece que Honduras es un Estado laico, las iglesias han tomado partido en temas clave durante los últimos años, un hecho que a criterio de especialistas consultados por este medio, contradice el papel que deberían tener los grupos religiosos en una sociedad democrática.
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ACUSACIONES CON DISTINCIÓN PARTIDARIA
A causa de la crisis generada por la falta de consensos entre los consejeros del Consejo Nacional Electoral (CNE), el pasado 18 de julio la iglesia católica y la Confraternidad Evangélica, convocaron a una caminata nacional de oración por la paz, una movilización que tiene como objetivo “unir a los ciudadanos” por la crisis institucional y por la polarización política.
Sin embargo, desde las propias iglesias el discurso de división se continúa replicando, y un claro ejemplo de ello, son los hechos registrados luego que la candidata presidencial del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) Rixi Moncada fuera acusada de proselitismo al ingresar al templo de la iglesia Santa Cruz en Amapala.
No obstante durante la tarde, de ayer 4 de agosto, Patricia Bracamontes, miembro activo de dicha iglesia declaró para un medio local que las acusaciones en contra de Moncada eran presuntamente falsas, pues afirmó que su entrada fue autorizada por el padre Jonathan Hernández con el propósito de hacer una oración.
Aunque la acusación contra Moncada puede ser válida, llama la atención que las iglesias no hayan emitido pronunciamientos similares contra otros candidatos que también han mostrado cercanía con sectores religiosos o han utilizado discursos alineados con creencias religiosas.
Un ejemplo claro de ello son las diversas declaraciones brindadas por el candidato presidencial del Partido Liberal, Salvador Nasralla, quién a lo largo de su campaña política ha emitido discursos conservadores alineados a la iglesia, siendo una de sus recientes declaraciones que al ganar las elecciones creará el “Ministerio de la Fe” como parte de la estructura del Estado.
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IGLESIAS DEBEN PEDIR PERDÓN
El abogado constitucionalista y doctor en derechos Humanos, Joaquín Mejía, explicó a Criterio.hn, que las iglesias al igual que cualquier sector social tienen derecho a manifestar públicamente sus posiciones, no obstante, aclaró que estos no poseen mayor sabiduría que la relacionada con el tema de sus dogmas religiosos.
Mejía señaló que es necesario que las cúpulas religiosas reflexionen si con las marchas y otras convocatorias colaboran o no con el ambiente de polarización y conflictividad que hay en el país, ya que cuando se originó el contexto del golpe de Estado jugaron un papel nefasto.
El jurista remarcó que el papel de las iglesias debe ser más el de un mediador y enfatizó que en los casos en los que participe o exprese posiciones, debe reflexionar en el papel que tuvieron sus posturas pasadas y pedir perdón por lo que manifestaron durante el golpe de Estado, pues de lo contrario no serían creíbles.
“Lamentablemente las religiones, sobre todo los fundamentalismos religiosos y las cúpulas han incidido fuertemente en la política hondureña”, afirmó el abogado constitucionalista Joaquín Mejía.
POSTURAS DE LAS IGLESIAS EN LOS ÚLTIMOS PROCESOS ELECTORALES
Pese a que la Constitución de la República establece en su artículo 77 la garantía del libre ejercicio de religiones y cultos sin preeminencia y sin que contravengan las leyes y el orden público, en la práctica las iglesias en Honduras han ignorado ese principio constitucional anteponiendo sus dogmas a decisiones cruciales de desarrollo e influyendo abiertamente en sus seguidores a través de discursos que cruzan la línea entre lo espiritual y lo político.
La oposición de las iglesias ha sido evidente en debates recientes como la Ley de Educación Sexual Integral y la liberación de la PAE, dos avances en derechos humanos que han sido condenados desde los púlpitos. Lograron vetar la primera y hoy se encuentran en una lucha legal para prohibir el fármaco, una acción que vulnera los derechos sexuales y reproductivos de más de la mitad de la población hondureña.
Sin embargo, la intromisión de estas no solo se limita en las leyes, sino también en los procesos electorales y eventos cruciales de opinión pública, siendo el golpe de Estado de 2009, uno de los episodios más recordados, cuando el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, una de las máximas figuras de la Iglesia Católica en el país, se pronunció públicamente a favor del golpe en contra del entonces presidente Manuel Zelaya Rosales, quien pretendía impulsar la consulta popular mejor conocida como cuarta urna.
No obstante, siete años después, el discurso de Rodríguez Maradiaga cambió, tras que se dieran a conocer las intenciones del Partido Nacional y sus autoridades de impulsar la reelección de Juan Orlando Hernández. Un hecho al que prefirió no referirse al señalar que era asunto de los partidos políticos.
Además de los católicos, los representantes de la iglesia evangélica también han evidenciado un doble discurso, ejemplo de ello es el pastor evangélico, Evelio Reyes, que es considerado un de los principales promotores del Golpe de Estado al considerar que Zelaya Rosales pretendía quedarse en el poder y hacer alianzas con el gobierno venezolano. Sin embargo, en 2017, previo a los comicios generales cambió su forma de pensar, al avalar la reelección del entonces presidente Juan Orlando Hernández e invitar a la ciudadanía a prestar su voto.
Reyes no ha sido la única figura evangélica en acuerpar al Partido Nacional, pues otro de los rostros conocido es el pastor Gerardo Irías, presidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras, que en 2021 participó en una reunión de campaña del Partido Nacional en la que dejó ver que Nasry Asfura era la mejor opción que tenía Honduras en ese momento.
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¿ES VÁLIDA LA POSICIÓN DE LAS IGLESIAS?
Sobre la posición que están teniendo las iglesias en este proceso electoral, el doctor en teología, Lorenzo Cáceres lo calificó como un dilema que a veces se vuelve complicado, pero que a su criterio es válido, siempre y cuando tenga el objetivo de centrarse en una misión especial.
Cáceres aclaró que las iglesias católicas, protestantes y evangélicas pueden actuar cuando se trate de apelar a la justicia y a la verdad sin sacar partido de las condiciones o para favorecer a un grupo específico.
El teólogo advirtió que, en muchas ocasiones, los grupos religiosos no actúan guiados por el principio de justicia, como ejemplo, señaló el silencio que guardaron durante el gobierno del expresidente Juan Orlando Hernández, una postura que les generó críticas y señalamientos de haberse alineado con el poder a cambio de favores.
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PODER DE LAS IGLESIAS
De acuerdo con el sondeo de opinión pública del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC), en Honduras las iglesias son una de las instituciones con mayor confianza por la ciudadanía, en contraste con los partidos políticos y el Congreso Nacional.
Los datos cotejados por el ERIC, señalan que la religión evangélica y católica son las que predominan en Honduras con el 38.6% y el 37.1% respectivamente. Por otro lado sobre el papel de la iglesia en la política el sondeo indicó que un 60.7% de los ciudadanos opinaron que no deben tener participación política
A criterio de un 49.1% de los encuestados, los políticos están haciendo uso de las iglesias para sus intereses personales y partidarios, un 20.7% opina que la Iglesia no debería involucrarse en asuntos políticos y un 11.1% considera que la iglesia es un mediador de partes en conflicto.
PAPEL DE LAS IGLESIAS
Para Rolando Sierra, director de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO),el papel de las iglesias es clave, ya que son instituciones con altos niveles de confianza, sin embargo, aclaró que en el caso de Honduras estos porcentajes no son tan altos como en otros países en los que representan el 75 u 80%.
Sierra explicó que por los niveles de confianza de la ciudadanía las iglesias deben ser las encargadas de generar los espacios de consenso y diálogo entre los diferentes actores del sistema político en Honduras, pero aclaró que no deben asumir una posición política en relación con determinados partidos o ideologías.
El sociólogo señaló además, que las iglesias deben ser las encargadas de llamar a la reflexión y orientar a la ciudadanía en función de los valores democráticos y de contribuir a la construcción de una cultura política democrática que es, lo que a su criterio, se requiere en Honduras.
Sierra afirmó que la laicidad del Estado se ve afectada cuando las iglesias no se quedan no se quedan en el ámbito privado, sino que trascienden al ámbito público, el sociólogo hizo hincapié en que cada vez es más común ver que los actos públicos son antecedidos por actos religiosos cuando Honduras es un Estado laico.
“Yo creo que el papel de las iglesias es un papel más bien de formación ciudadana, de propiciar los espacios de diálogo para que en el país fortalezca una gobernabilidad democrática”, manifestó el director de FLACSO Rolando Sierra.
Al cierre de esta nota, congresistas y militantes del partido Liberal realizaban un plantón con oraciones en los bajos del Congreso Nacional
