Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
para mis estudiantes, donde sea que estén, y para Yesy
1.-La fundación de San Pedro Sula el 29 de junio de 1536 sobre la sangre de la guerra de resistencia que lideraba el Jefe Cicumba o Cozumba, coincidente con la de los otros jefes, desde Olancho hasta Lempira y desde doce años atrás, contra la agresión y el esclavismo de los invasores. Un año antes en 1535 la Reina había prohibido la esclavización. Ya no podría el conquistador simplemente vender a los vencidos, como hasta entonces era común, sin que lo estorbara su supuesto Protector. Después de la batalla definitiva, Pedro de Alvarado seleccionó y organizó a una cincuentena de sus soldados para ser vecinos de una villa que fundó con el nombre y en el día de su santo, repartiéndoles otras tantas encomiendas de los pueblos conquistados que, en adelante, debían tributar productos y servicios en los términos que ellos dictaban. En el Occidente, continuaría la lucha el Lempira hasta su propia debacle un par de años después, a manos de F. Montejo. Pero luego de la conquista de Alvarado, en la Costa los indígenas habían quedado sin cabeza, reducidos a contemplar la pantomima del conquistador y someterse a su extorsión.
Leí en Sheptak que Cicumba se retiró vencido a Ticamaya con sus mujeres y contempló impotente la imposición de un régimen de salvaje explotación encomendara, que él entendía que destruiría la capacidad de las comunidades indígenas de sobrevivir y reproducirse. Porque la encomienda les arrebataba todo su excedente cacaotero, cuando ya dependían de él para la adquisición de otros insumos, granos y sal, y asimismo les quitaba el tiempo para la milpa, ya que debían servir en las cuadrillas gambuceras. (Protestó, y exigió que el conquistador corrigiera el exceso, pero fue apresado y murió maltratado en prisión.) Aprovechando esa explotación abusiva, la colonia local –de que era símbolo la novel fundación– prosperó con el oro lavado en los ríos (que se fundía en San Pedro a pura leña) y era reexportado a España hasta 1542. Y luego implosionó con la muerte y fuga de los indios sobrevivientes que -aunque se intentó- no pudieron reemplazarse eficazmente con esclavos africanos, que –igual- se fugaron ese mismo año. El oro seguía refulgiendo en las arenas de los ríos de Sula, pero no había quien lo sacara. Un par de décadas después ¡y por tres siglos! San Pedro tendría solo diez vecinos.
2.-Ya en los estertores humeantes de la Segunda Guerra Mundial en todo Centroamérica se organizaron contra las dictaduras movimientos que exigían democracia. En el marco de las protestas nacionales contra el continuismo, que llevaba doce años de T Carias, el 4 de Julio de 1944, los líderes de tres partidos y de las organizaciones sociales, sobretodo sindicatos, organizaron en San Pedro Sula una marcha de protesta pretextando la celebración de la fiesta de la Independencia de EUA. Se habría organizado una huelga de brazos caídos, que obtuvo licencia del gobierno para una marcha silenciosa y pacífica dos días después. Pero el 6 de Julio de 1944, al anunciarse el final, su manifestación fue ametrallada en la Calle del Comercio, Tercera Avenida 2 Calle Sur con un número no claramente determinado, de entre 30 y 80 muertos según Euraque cita informes consulares estadounidenses. Con la tolerancia tácita de los EUA, que se llamaron a silencio, el terror de la represión sangrienta terminó en apariencia con el movimiento huelguístico. Pero tuvo una serie de consecuencias subterráneas tan difíciles de precisar como innegables. Generó en la población local una nueva conciencia de su situación real, una solidaridad transversal entre géneros, grupos étnicos, clases, generaciones, partidos políticos, en un sentimiento de rechazo de la dictadura consentida desde el exterior. Y aun, en la élite, un sentimiento de compromiso patriótico.
Años después, cuando estalló en 1954 la huelga contra las bananeras primero y otras empresas anexas más tarde, el gobierno encabezado por Juan Manuel Gálvez, a quien los huelguistas del 44 responsabilizaban de la matanza del 6 de Julio, se rehúsa a dar una orden de fuego y todas las clases sociales se unen contra la prepotencia de la empresa, que queda aislada. El gringo procura incidir, pero de manera más sutil, mediatizando liderazgos. Y la huelga, que fue lo más cerca que el país estuvo jamás de una revolución en el siglo XX, triunfó y logró sus reivindicaciones, dándoles a todos los opositores un sentimiento de confianza nueva. Que impulsaría el cambio de régimen que se dio en 1956.
3.-Yo lo viví. A fines de 1972, el Presidente Dr. Ramón E Cruz ordenó reprimir al movimiento campesino agrarista que demandaba tierras pero, en vez de disparar contra los campesinos el General Oswaldo López A, antes dos veces Jefe de Estado, consiguió que los oficiales lo acompañaran para establecer un gobierno militar progresista (émulo de los de Alvarado en El Perú y O Torrijos en Panamá) dedicado a la Reforma Agraria. Ese régimen convivió con el movimiento campesino, abrió la frontera agrícola en el Oriente, fundó las grandes cooperativas palmeras, repartió en dos años más tierra que otros en el resto del siglo e impulsó la producción. Hasta que. a su vez. cayó a raíz de una serie de escándalos que desembocaron en el Banagate y en un golpe de barraca, encabezado por el General Juan A Melgar C. en abril de 1975. Un par de meses después los campesinos de ese golpe se aprestaban a reclamar la continuidad del proyecto reformista, marchando de nuevo sobre Tegucigalpa. Temerosos de la fuerza y el peligro de la movilización, los oficiales a cargo de detenerlos le tendieron una emboscada a la marcha, capturaron a quienes la encabezaban, conduciéndolos a la inmediata hacienda de Los Horcones donde, por temor, la tropa obedeció la orden de disparar, un día antes del cumpleaños del Jefe de Estado, el 25 de junio de 1975, se escenificó así la masacre de Los horcones.
Aquella masacre marcó el final, en su último resguardo que era Olancho, del campesino ancestral, y el movimiento agrarista que reivindicaba el derecho a continuar su modo de producción tradicional, cada vez más arrinconado por la expansión de la frontera agrícola mercantil y la privatización de la tierra.
Un par de años después, hacia 1977, buena parte de la cúpula militar había sucumbido a la tentación del narcotráfico, aprendido a Somoza, hasta que se sintió amenazada y lo bastante fuerte para dar su propio golpe de barraca. En 1978, bajo presión cuando triunfó el Sandinismo la última junta militar convocó a elecciones al tiempo que la situación internacional se degradó cuando el presidente Reagan desató sus guerras proxy, de supuesta contención del comunismo internacional. La CIA y el alto mando se convirtieron en grandes traficantes aliados. Se afianzó la contra y se profundizó la corrupción. La masacre de 1975 produjo catorce mártires y otra nueva conciencia social y política que alimentó el triunfo popular del liberalismo en 1982. Pese a la pretendida y relativa transición a gobierno civil, la democracia funcional se fue postergando, mientras se estancaba el desarrollo socioeconómico. Y Honduras entró en una etapa de guerra social de baja intensidad, que fue una genuina tragedia. Mel pidió investigar a la contra y se opuso a las desapariciones.
4.-El golpe de estado del 28 de junio 2009 puso fin al esfuerzo articulado por el Movimiento Popular, el Bloque, a la cabeza del cual hábilmente se había ubicado el mandatario Manuel Zelaya R, con su ala del liberalismo progresista, para aprovechar en favor de los sectores olvidados, la condonación de la deuda, conseguir una democratización y una reconfiguraron legal que asegurara los derechos humanos, civiles y populares. En un movimiento afín a los que entonces ya gobernaban a una decena de países americanos de la llamada Alianza del Alba. Yo estaba ahí, ¡lo vi!
El antecedente profundo de ese movimiento era la conflictividad social que se había generado desde 1990, por la marginalidad que generaba un modelo económico de capitalismo globalizante, prepotente cuyos únicos beneficiarios reales las corporaciones transnacionales y sus aliados en la burguesía.
El antecedente inmediato fue el intento oficial de abrir el mercado de energéticos, realizando una subasta del aprovisionamiento internacional, la determinación de aprovechar la condonación para impulsar la economía, reduciendo las tasas de encaje, la de ponerle coto a la explotación inmisericorde de recursos naturales y destrucción del medio ambiente con varias formas de desbocado extractivismo, la osadía de impulsar el reparto de tierras que no estuvieran en uso, mediante una ley que obligaba a acuerdos, sin abrogar derechos y el real aumento del salario. Se quiso pretender que Mel había salido de la nada, que estaba actuando ilegalmente, que lo motivaba permanecer en el poder, aunque supuestamente, al mismo tiempo, ya era un títere de Chávez. El riesgo estaba claro, pero había que asumirlo o darse por vencido.
El golpe se gestó en una conspiración de la alta burguesía local, asustada de estar perdiendo su control férreo del país, con apoyo de la derecha regional latinoamericana, más sectores del capital internacional irritados con las restricciones que se les quería poner y ramas del gobierno estadounidense, específicamente de la CIA y el Southcom, que querían prevenir la ampliación de la esfera de influencia de la Venezuela de Chávez, las argollas de los partidos políticos tradicionales, ambos, y la aleación ideológica de fundamentalistas de distintas denominaciones. Junto con una cúpula militar penetrada y alienada, a la que Mel -sin opción- le había aceptado su renuncia y que había conseguido permanecer en su puesto, gracias a la connivencia de una judicatura corrupta. Y gracias al encubrimiento y apoyo sistémico por parte de los medios de comunicación comerciales, perfectamente alineados.
El 28 de junio de 2009 la bestia golpeó. El pueblo hondureño respondió masivamente a lo largo y ancho del país con protestas masivas sin precedentes, que se tomaron calles y carreteras, al punto que se pensó que pudiera prevalecer, incitando al primer intento de retorno del caudillo. Pero los militares que secuestraron a Mel otra vez dispararon contra el pueblo y se impuso el terror de estado para apoyar a una sucesión de gobiernos impuestos en elecciones fraudulentas, un régimen de terror -en el que los gobernantes son meras marionetas de una sicopatía elitista- y que solo ha sido coronado –ahora- con el terror de Covid-19. ¿Y ahora qué? pregunta Ana Elsy. Y no sé, pero mañana será otro día.
Todas las dictaduras han tenido mal fin. Ninguna se quedó. ¿Que les hará pensar a estos que la suya es para siempre? Pasado mañana, vamos a brindar la efeméride feliz, del 14 de Julio de 1789, cuando el indignado pueblo de París, tomándose un cuartel, derrocó el despotismo y el privilegio en que, luego de un milenio, degeneró la noble forja de Martel. ¡Y coronó a la solidaridad, la democracia y la libertad para siempre! Hay que tomarse la cancha del juego, vestir a la justicia con tapaojos y aceitar la guillotina.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas